El presidente ruso, Vladimir Putin
Rusia impone restricciones de visa a los ciudadanos de países que considera “poco amistosos” debido a las sanciones en su contra por el caso de Ucrania.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha firmado este lunes un decreto que deja sin efecto el proceso de simplificación de emisión de visados de Rusia con países que han impuesto sanciones al país euroasiático, a raíz del conflicto ruso-ucraniano.
Este decreto, publicado en el portal oficial de información del Kremlin, entra en vigor desde esta misma jornada y surge como una respuesta “necesaria” a las “acciones hostiles” de algunos países de la Unión Europea (UE), Noruega, Suiza, Dinamarca e Islandia.
La nueva medida rusa abarca todo tipo de visados, como los múltiples, normalmente entregados a periodistas. También se suspenden los visados de cinco años de vigencia para los titulares de los pasaportes diplomáticos y parlamentarios de los países afectados, así como se elimina la exención de tasas de visado para sus delegaciones oficiales.
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La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, manifiesta que los países occidentales y en especial EE.UU. necesitan a Ucrania como “ariete” contra Rusia.
De igual modo, el 31 de marzo, la Cancillería de Rusia condenó las medidas hostiles que ha tomado la UE contra Moscú y decidió incluir en su lista negra a los principales líderes de los Veintisiete, ciertas figuras públicas y cabezas parlantes de sus medios de comunicación que promueven sanciones e incitan a “actitudes rusofóbicas”, así como la gran mayoría de los miembros del Parlamento Europeo que toman “políticas antirrusas”.
En reacción al conflicto de Ucrania, EE.UU., la Unión Europea y otros Estados y organizaciones occidentales han aplicado varias rondas de sanciones financieras y comerciales contra empresas y funcionarios rusos, incluidos el presidente Vladimir Putin y el canciller Serguéi Lavrov, pese a las repetidas declaraciones de las autoridades rusas que tales medidas no pueden aislar al país euroasiático.
Esto mientras, Moscú ha destacado que su operación, lanzada el pasado 24 de febrero, no tiene como el objetivo ocupar Ucrania, sino “desmilitarizar” y “desnazificar” el país europeo, así como evitar que EE.UU. y otros Estados lo conviertan en una base antirrusa.