“Luchaban, pero nos mataban a nosotros y destrozaban las casas. No dejaron nada de la ciudad”, relató un habitante.
Ahora que Mariúpol se está levantando de las ruinas y las fuerzas ucranianas restantes que actuaban en la ciudad permanecen bloqueados en la planta siderúrgica Azovstal, los residentes locales relatan las atrocidades que cometían los combatientes del regimiento nacionalista Azov.
“Luchaban, pero nos mataban a nosotros y destrozaban las casas. No dejaron nada de la ciudad. Estos son sinvergüenzas”, exclama un hombre recordando los bombardeos.
Subrayó que los militares ucranianos “dispararon a civiles, tomaron rehenes en la fábrica y ellos mismos se sentaron allí, y no dejaban salir a nadie”.
“Fusilaban a niños, los fusilaban a todos […] Estos son fascistas de verdad. ¡Peor que los fascistas! ¡Son Azov!” exclamó el residente.
Antes de atrincherarse en Azovstal, los militares del Ejército y de la Guardia Nacional de Ucrania usaron la infraestructura civil de Mariúpol para complicar la operación rusa, reteniendo a miles de personas en sótanos de edificios sin dejar que puedan evacuar.
Del mismo modo, muchos testigos han denunciado cómo los militares ucranianos destruían deliberadamente edificios residenciales de la ciudad.
