El planeta celebra el Día Mundial de las Abejas, un evento creado por las Naciones Unidas para crear conciencia sobre la importancia de las materias polémicas, las amenazas a las que se enfrentan y su contribución al desarrollo sostenible.
El objetivo principal de esta fecha es proteger a las abejas y otros materiales de polen, resolver los problemas de seguridad alimentaria mundial y hacer una contribución significativa para eliminar el hambre en los países en desarrollo. Como saben, otros materiales polínicos como las abejas, las mariposas, los murciélagos y los colibríes están cada vez más amenazados por la influencia humana.
Naciones Unidas señala que en el caso de las abejas, la polinización es un proceso fundamental para la supervivencia del ecosistema y es necesaria para la producción y reproducción de muchos cultivos y plantas silvestres. Casi el 90% de las plantas con flores dependen de la polinización para reproducirse. Del mismo modo, el 75% de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización.
La gran biodiversidad de la Amazonía peruana es asombrosa. La diversidad de abejas silvestres locales que no son picadas es un relevo para el desarrollo de las comunidades rurales a través de la apicultura. Esto se debe a la valiosa contribución del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) . El instituto ha desarrollado una técnica para mejorar y criar en masa estos insectos voladores mientras se protege la especie.
La cría de estas abejas en las comunidades indígenas y campesinas de la Amazonía se remonta a la antigüedad, pero su uso es numeroso porque los habitantes tenían que adentrarse en la selva y llegar a las colmenas sobre los troncos de los árboles, era muy limitado hasta hace un año atrás. Existe un árbol para la extracción de miel y polen, que es reconocido por sus propiedades nutritivas y medicinales. Para contribuir a mejorar la apicultura rural en la Amazonía y optimizar el aprovechamiento de las abejas melíferas, el Instituto de la Amazonía del Perú (IIAP), con apoyo financiero del Concitec, realizó en 2017 una investigación en la región de Loreto.