Un síncope que provoca una pérdida transitoria de conocimiento puede asustar pero la mayoría de veces no esconde ninguna causa importante. Eso sí, si ocurre hay que consultar con el médico por precaución
Eso sí, debería siempre consultarse siempre con el médico, sobre todo si sucede más de una vez en un periodo corto de tiempo, para averiguar el origen exacto. De ello hemos hablado con el Dr. Miguel Ángel María-Tablado, médico de familia y miembro de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).
El Dr. Tablado aclara de antemano que el término coloquial “desmayo” se denomina médicamente “pérdida transitoria de la conciencia”. Y esto engloba multitud de situaciones en las que una persona deja de tener conciencia de lo que está sucediendo. Hecha esta aclaración, lo más habitual es que esta situación se produzca por un síncope.
El 35 % de la población ha sufrido algún tipo de síncope en su vida. Esta cifra nos da una idea de lo frecuente que puede llegar a ser.
- Se caracteriza por una pérdida de conciencia que se produce de forma brusca, de corta duración y en la que la persona se recupera completamente por sí sola.
- Qué ocurre exactamente. En realidad lo que sucede es que fallan los mecanismos reguladores que se encargan de hacer llegar correctamente la sangre al cerebro para mantener los niveles idóneos de oxígeno que nos permitan mantenernos de pie. Es esa falta de riego lo que origina la pérdida de conciencia durante unos segundos o minutos.
La “Guía de la sociedad europea de cardiología para el diagnóstico y manejo del síncope” establece la siguiente clasificación:
Es el más habitual, no reviste ninguna gravedad y tampoco existe una causa o trastorno concreto detrás que provoque esa falta de riego sanguíneo momentáneo en el cerebro
Como su propio nombre indica se origina por una bajada de tensión provocando que la persona caiga a suelo. El desencadenante suele ser el ejercicio, tras una comida copiosa o después de un largo reposo en cama. Es menos habitual que el anterior.
Es, sin duda, el menos común. En estos casos, el causante de la pérdida de conciencia pueden ser una arritmia, una taquicardia…
- En cualquiera de estos tres tipos síncopes, los síntomas y la pronta recuperación es similar, por tanto es difícil sospechar de qué tipo se trata.
- La única pista que nos puede ayudar es la situación en la que se produce el desmayo. Si, por ejemplo, ocurre cuando entramos en un lugar con mucha gente y dónde hace mucho calor se tratará seguramente de un síncope vasovagal que, como hemos dicho, no es grave.
- De todas formas, la única forma de descartar que la causa sea cardiaca es realizar un electrocardiograma, por lo tanto si se sufre un desmayo lo lógico es consultarlo siempre con el médico.
Los síncopes más inofensivos (vasovagales o por hipotensión) suelen acompañarse del llamado “presíncope”. Se trata de señales que avisan de que va a ocurrir:
Estas señales puede ser detectadas tanto por el propio afectado como por personas cercanas y, tal y como asegura el Dr. María-Tablado, puede ser de gran ayuda ya que, aunque estos síncopes no son graves para la salud, sí que la pérdida de conciencia que los acompañan puede provocar, por ejemplo, una caída grave o un accidente.
Si tienes tendencia a sufrir desmayos o intuyes que alguien cercano va a sufrir uno, no lo animes a ir hasta un lugar seguro o discreto (ir al baño es una acción recurrente) porque seguramente en el camino se desplomará y puede hacerse daño.
- Si notas que te vas desmayar porque empiezas a sudar o estás pálido, lo aconsejable es apoyarte en la primera pared que encuentres y, ayudándote de la mano para deslizarte hacia abajo por ella, sentarte o estirarte en el suelo, o ponerte en cuclillas.
- Así ayudas a que la sangre llegue al cerebro. Esta sencilla práctica, y también evitar las situaciones desencadenantes, pueden ayudar a prevenir el síncope vasovagal en personas con tendencia a sufrirlo.
- Y si le ocurre a alguien cercano, lo ideal es estirarlo en el suelo y levantarle las piernas. Por supuesto, no hay que forzar a la persona a mantenerse en pie.
La causa del desmayo podría ser grave si:
- Hay dolor en el pecho.
- Se presenta fatiga.
- La persona tiene antecedentes de problemas cardiacos o diabetes, se está medicando por hipertensión, lleva un marcapasos…
- Sencillamente el desmayo no se asocia a ninguna situación que lo provoque (ambientes calurosos, ejercicio, tras comer…).
- Y, lógicamente, en el caso de los desmayos o síncopes el tiempo es clave: si la persona tarda mucho en recuperar la conciencia podría tratarse de algo más grave como un infarto, un coma diabético, una epilepsia… Cuanto más se prolonga en el tiempo, más posibilidades hay de que no se trate de un síncope vasovagal.