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Opinión

Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara: El mestizaje como discurso político ha enmascarado el racismo

 “Cuando conozco a alguien no me importa si es blanco, negro, judío o musulmán. Me basta con saber que es un ser humano.” Walt Whitman

La servidumbre indígena en los países andinos y el servicio personal de indios durante la colonia, se convirtió en una costumbre para una serie de diferentes quehaceres domésticos en las haciendas o estancias y en las casas de los religiosos, en las de las autoridades y familias españolas o criollas; y se instituyó como el servicio obligatorio en la administración pública en las ciudades, en los centros mineros, en los tambos, en las fiestas, en las parroquias, que se remonta a la llegada de los españoles. Y a diferencia de la servidumbre en América del Norte, la esclavitud era una condición hereditaria.

Para los afro-latinos la esclavitud fue también una condición hereditaria de los antepasados y ha sido difícil encontrar y aceptar su identidad por que el racismo en el América latina y el caribe es asolapado y rampantemente cruel, en un mundo imaginario que ha levantado falsas imágenes de los negros y negras que fueron  señalados como carentes de capacidades intelectuales e iniciativas propias y el negro paso a ser sinónimo de cosas, situaciones y actividades negativas; día negro, negra suerte, negro destino, mano negra etc. y otra expresiones del racismo es el desconocimiento o negación de los aportes y esfuerzos a la formación de lo que hoy es.

El mestizaje como discurso político

El mestizaje ha sido una herramienta de análisis para explicar la pluralidad cultural en el América Latina desde diversas temáticas e inclusive para definir étnicamente a un grupo social, como mestizo. La teoría del mestizaje como ideología ha sido usada para definir conductas, estilos de vidas, sobre la percepción de los individuos y la sociedad como producto del mestizaje, donde las identidades han sido ocultadas, ignoradas, negando el derecho propio de identidad de los pueblos y nacionalidades indígenas, negras en América Latina. La separación de sus lenguas originarias, su historia y origen ancestral, manifestaciones culturales, religión y tradiciones. El mestizaje como discurso político ha enmascarado el racismo y exclusión, dando fuerza a la teoría que todos pertenecemos a una sola raza “mestiza”, y ha sido utilizada para ocultar la discriminación y el racismo.

La idea del mestizaje tiene sus orígenes con la formación de la república, y la formación del estado republicano, dando la idea de la raza única mestiza era un arma de defensa contra otros elementos que podían fragmentar los nuevos estados latinoamericanos. Por medio de esta se buscaba fortalecer los países emergentes al estilo de las naciones europeas, creando una fractura identitaria del Perú como nación en su diversidad étnica cultural y la separación de sus lenguas nativas.

Lo negro se ha presentado en la literatura y textos escolar asociado al mutismo, la invisibilidad, la ignorancia, lo diabólico de la noche, a las historias urbanas tenebrosas, la morbosidad, al sexo anal perverso y en consecuencia a la oscuridad, como lugar por naturaleza inhóspita, desolada, desapacible y llena de vicios, en efectiva contraposición a lo blanco. El discurso político desde la colonia hasta nuestros días está marcado por ese énfasis de ciudadanos de segunda clase, aferrados a un Cristo Morado.

Racismo horizontal y vertical

En el caso del Perú y países de América Latina y Centro América, el fenómeno que ha sido llamado “invisibilidad”. En el Perú los conflictos sociales  visibles han sido entre los andinos y los amazónicos como grupos étnicos, el racismo también es evidente en los andinos y selváticos contra los afro-peruanos, un racismo  horizontal y un racismo vertical que busca crear una supuesta invisibilidad ha ignorado a los afro-peruanos y afroperuanas como sujeto societal en igualdad de derechos y oportunidades en la sociedad, en la educación, salud, trabajo, política, derechos de propiedad, acceso al crédito, y lugares públicos etc.

En el lenguaje cotidiano y las representaciones icnográficas, de “lo negro” se encuentra estrechamente asociado a tipificaciones envilecedoras, vinculado a lo malo, la desgracia, la desdicha, lo perjudicial.  Por ejemplo cuando se habla de mercado “negro”  la referencias son: contrabando, venta, distribución o intercambio clandestino e ilegal de bienes y servicios, el viernes negro (desplome de la bolsa de valores de nueva york), humor negro (satanización de situaciones sociales oscuras, dolorosas, polémicas), un futuro negro, gato negro (símbolo de mala suerte), dinero negro (aquel proveniente de actividades delictivas), magia negra (brujería), inclusive en la farándula peruana y latinoamericana entre otros temas; los cuales son solo una muestra del carácter significantemente vilipendiado de la negritud.

Del Otro contra lo Otro

Pero la llamada invisibilidad es del Otro contra lo Otro que se ve distinto, para el estado este segmento de la población afroperuana ha estado invisible e ignorado, y segregado por el Mundo Andino y Mundo Amazónico. Pero ellos y ellas están presentes en la cultura peruana en la música, arte, danzas, ritmos, la lengua, cultos, religión, la literatura, el arte y expresiones. Es decir, no son invisibles, sino transcienden en la cultura del Perú. Pero el racismo en el Perú es evidente, por ejemplo, una inscripción encontrada en una universidad estatal y en varias líneas de transporte público decía: “Nunca nos van a imponer la estúpida idea de que los negros son peruanos. Perú nunca fue ni será un país de negros, ya es tiempo de vivir entre nosotros”.

Mónica Carrillo del movimiento Lundu nos narra su experiencia personal, en mordiendo el racismo y la injuria contra la mujer afroperuana, ellas nos narran… “Volviendo a casa, un auto me toca el claxon, da la vuelta, me encuentra en el cruce de calles. Se detiene y dice “¿Quieres que te lleve?”. Es la onceava persona que me agrede. Me abalanzo hacia el carro con la esperanza de que se vaya o -aunque no sea “políticamente correcto”- pueda destruirle una luna y hacer que desaparezca. El desprecio del sujeto hacia mí se aviva: “No te hagas la disforzada… A las negras como tú les gusta que les den por el culo (sic)”.

Estas notas gráficas y reproduce la imagen visible de los peruanos entre sí mismo, la fractura identitaria entre las lenguas nativas y su identidad, como se ven ellos mismos, y como son vistos por el Otro. Un constante enfrentamiento en la escuela, el barrio, el centro de trabajo, la universidad, e inclusive en la familia. En el caso del Perú fue un país que no tuvo un proyecto nacional como nación, no tuvo padres de la patria como otras naciones, sino lo contraria fueron extranjeros quienes llevaron el grito de la independencia, el General Argentino Don José Francisco de San Martin proclamó nuestra independencia, con la ayuda de Bernardo O’Higgins, Simón Bolívar, José Antonio Sucre y aun esa fractura identitaria persiste en el existencialismo de más de dos Perú.

No existió una identidad nacional real que unificara al Perú como otras naciones. La peruanidad ha sido presentada desde un ángulo vertical, racista y excluyente que ha creado espacios sociales excluyentes. Discotecas para un grupo determinado según el color de piel y vestimenta, lugares de esparcimientos excluyentes. La educación es el punto medular más evidente de la exclusión entre lo público y lo privado., y podía agregar entre el color y los colores.

Lo negro se ha presentado en la literatura y textos escolar asociado al mutismo, la invisibilidad, la ignorancia, lo diabólico de la noche, a las historias urbanas tenebrosas, la morbosidad, al sexo anal perverso y en consecuencia a la oscuridad, como lugar por naturaleza inhóspita, desolada, desapacible y llena de vicios, en efectiva contraposición a lo blanco. El discurso político desde la colonia hasta nuestros días está marcado por ese énfasis de ciudadanos de segunda clase, aferrados a un Cristo Morado.

La presencia de los afroperuanos desde la colonia en la costa del Perú, el Norte, Lima, Tumbes y los valles de la costa norte, y ciudades del sur, Chincha, Puerto de Tambo de Mora, Ica, Nazca y una presencia en la ciudad de Arequipa y la ciudad de Arica en esa época colonial, han sido invisibles para un segmentado de la sociedad e ignorados en las políticas públicas del Estado.

Simbología identitaria en la cocina afroperuana

El racismo se introdujo en las sociedades Latinoamericanas mediante la asignación de un lenguaje discriminatorio y sería posible institucionalizar, transmitir y mantener el racismo.  En este contexto el lenguaje sin duda se constituyó como un elemento

significativo en el proceso de construcción de sociedades jerarquizada desde la colonia, instaurándose como elemento de fomento, legitimación e institucionalización de las desigualdades. El término “negro/negra”, fue empleado para denominar a las personas africanas secuestradas y esclavizadas, como a sus descendientes (afro- descendiente) nacidos en territorio americano; no obstante, dicha nominación cumpliría una clara y definida función social, la cual sería: diferenciar a todo individuo no europeo, descalificarlo y subordinarlo por el color de su piel.

Desde el exterior en un mundo de migraciones internacionales, hoy la gastronomía peruana busca recrear ese espacio de identidad desde afuera hacia adentro, reivindicando la cocina de afroperuana, la cocina costeña, la cocina andina, y la cocina de la amazonia peruana, en un espacio simbólico de identidad y peruanidad en el exterior.  Pero aún persiste la fractura identitaria, porque la gastronomía se presenta solo como el aspecto de la diversidad de la cocina peruana, y se distancia de las imágenes étnicas del Perú. Como simbología identitaria la gastronomía peruana es una apertura de dialogo abierto a la interculturalidad, el respecto a las diferencias de la diversidad cultural en un mundo globalizado. La gastronomía peruana trae consigo la identidad cultural, étnica, racial y los inmigrantes peruanos traen consigo sus prejuicios sociales que se han levantado con imágenes falsas de los llamados Otros desde inicios de la Republica.

El racismo está presente

En el Perú existen más de 669,443 personas afroperuanas, de las cuales el 54% percibe haber sido discriminado y agredido, especialmente las mujeres, según estadísticas de la Encuesta Nacional Continua (ENCO) del año 2006 y estudios realizados por organizaciones afroperuanas. Dichas cifras fueron citadas en el panel de debate “Diagnóstico sobre la problemática de género y la situación de las mujeres afrodescendientes en el Perú”, realizado en el Museo Nacional Afroperuano, en el Cercado de Lima. No existen políticas públicas que garanticen el desarrollo de mujeres y hombres afroperuanos y esto agrava la situación de exclusión y pobreza en la que viven. Se observa una dispersión y homogenización en las políticas interculturales, en las que la población afrodescendiente no está visible y por ello es necesario contribuir al diseño de nuevas políticas.  Los estudios realizados se conocieron que las enfermedades recurrentes que afectan a los afroperuanos y las afroperuanas son: artrosis, diabetes, hipertensión arterial, cáncer de mama, reumatismo y artritis. Según algunas cifras en cuanto a educación, el 9% de la población afroperuana en edad de saber leer y escribir no lo hacen y que de los 14,854 encuestados 1,994 son analfabetos. Asimismo, la encuesta (ENCO) destacó que el 29% de las mujeres afroperuanas mayores de 50 años son analfabetas, y el 17% del rango entre 36 a 50 años también eran analfabetos.

El mestizaje como discurso político

El mestizaje ha sido una herramienta de análisis para explicar la pluralidad cultural en el América Latina desde diversas temáticas e inclusive para definir étnicamente a un grupo social, como mestizo. La teoría del mestizaje como ideología ha sido usada para definir conductas, estilos de vidas, sobre la percepción de la sociedad como producto del mestizaje, donde las identidades han sido ocultadas, ignoradas, negando el derecho propio de identidad de los pueblos y nacionalidades indígenas, negras en América Latina. La separación de sus lenguas originarias, su historia y origen ancestral, manifestaciones culturales, religión y tradiciones. El mestizaje como discurso político ha enmascarado el racismo y exclusión, dando fuerza a la teoría que todos pertenecemos a una sola raza “mestiza”, y ha sido utilizada para ocultar la discriminación y el racismo.

La idea del mestizaje tiene sus orígenes con la formación de la república, y la formación del estado republicano, dando la idea de la raza única mestiza era un arma de defensa contra otros elementos que podían fragmentar los nuevos estados latinoamericanos. Por medio de esta se buscaba fortalecer los países emergentes al estilo de las naciones europeas, creando una fractura identitaria del Perú como nación en su diversidad étnica cultural y la separación de sus lenguas nativas.

El propósito de este artículo es dar una mirada retrospectiva y reflexiva para desterrar los comportamientos y posturas racistas para una mejor convivencia entre seres humanos, porque que todas las vidas importan.

Miami,  2022.

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