El presidente Boric exhibe el ejemplar del nuevo texto de proyecto constitucional que le entregó la Convención Constituyente.
La Convención Constitucional chilena le entregó al presidente Gabriel Boric el texto definitivo de nueva constitución, que será plebiscitado en septiembre y, si es aprobado, reemplazará a la impuesta por la dictadura militar hace 41 años. Pero el texto final es muy discutido por gran parte de la sociedad chilena, dado que en la Convención predominaron la izquierda y el movimiento indigenista. Esto hace que la nueva Constitución no sea tan popular como podía esperarse, de acuerdo a numerosos sondeos: de hecho, la desaprobación ya supera el 60%.
La propuesta, con 388 artículos y 57 disposiciones transitorias, fue entregada al mandatario por la presidenta de la Convención, María Elisa Quinteros, en un acto formal en el ex Congreso de la capital chilena. En la misma ceremonia Boric firmó el decreto que convoca a un plebiscito de participación obligatoria el próximo 4 de septiembre. “Me siento honrada de presidir este momento histórico”, dijo Quinteros antes de entregarle a Boric una edición de lujo con la propuesta. Añadió que ésta “nos devuelve la esperanza al permitirnos hablar en la constitución de dignidad, inclusión, de igualdad”.
Quince millones de chilenos decidirán la suerte de la nueva Constitución
“Más allá de las legítimas diferencias que puedan existir sobre el contenido del texto”, todos deben estar orgullosos de que en la profunda crisis de 2019, con un estallido social y multitudinarias protestas, “los chilenos y chilenas optamos por más democracia, no por menos”, enfatizó el mandatario tras recibir la propuesta.
Boric destacó que “este plebiscito no es ni debe ser un juicio al gobierno, es el debate sobre el futuro y el destino de Chile”, en alusión a su mayoritaria desaprobación, que no deja de subir y se ubicó en un 61% frente a una aprobación de 34%, según la encuesta semanal de la consultora Cadem. Concluido el pleno y a un año de su instalación, la Convención se disolvió.
El martes comenzará la campaña electoral para el referendo. Cadem que reflejó que un 47% de los encuestados piensa que el “Rechazo” ganará la elección, mientras que un 44% cree que el “Apruebo” vencerá, independiente de lo que estos voten en el plebiscito septiembre. Hace 8 días, otra encuesta, de Pulso Ciudadano, reveló que la opción de “Rechazar” la nueva Constitución se situaba en un 51% de preferencias, superando al “Apruebo” por 18 puntos, el que alcanzó solo un 33% de inclinación de voto. La confianza en la Convención se redujo a un 40%, con una caída de 9% en las últimas semanas.
Poco más de 200 invitados siguieron el acto por 12 grandes pantallas instaladas en una carpa instalada en el exterior del ex Congreso, debido a los aforos impuestos por la pandemia. Más temprano convencionales indígenas realizaron una oración a los pies de un cerro del centro de la capital chilena y luego algunos centenares, convocados por colectivos izquierdistas de la Convención, marcharon hasta el ex Congreso.
Marcela Rivero, una de las asistentes, dijo a Associated Press que “me siento contenta y esperanzada de que Chile entienda que esto es lo mejor para el futuro”, mientras Elisa Loncón, convencional indígena y la primera presidenta de la Convención, señaló que “está Constitución incorpora un Chile unido en su diversidad, reconociendo los derechos de todas y de todos”.
La propuesta señala en su primer artículo que “Chile es un Estado social y democrático de derecho. Es plurinacional, intercultural y ecológico”, con una democracia paritaria. Además, reconoce la existencia de 11 pueblos originarios que representan el 12,8% de los 19 millones de habitantes.
Los chilenos tendrán dos alternativas en el plebiscito de septiembre: votar “Apruebo” y aceptar la nueva Ley Fundamental propuesta por la Convención _integrada mayoritariamente por la izquierda_ o votar “Rechazo” y quedarse con la Constitución impuesta por la dictadura militar de 1973 a 1990, aunque ha sufrido decenas de reformas, algunas muy importantes, pero que sigue siendo ilegítima en su origen.
Hay incertidumbre sobré qué opción triunfará en el referendo. Sondeos públicos de comienzos de año daban un claro triunfo la aprobación, aunque desde abril a la fecha indican que ganaría el rechazo.
Los analistas sostienes que el comportamiento soberbio de algunos convencionales contribuyó más al rechazo que el contenido de la propuesta. El ministro de la Presidencia, Giorgio Jackson, declaró que “hemos visto que hay una muy mala evaluación de lo que ha sido el proceso, de los convencionales”.
Pero también la baja popularidad de Boric contribuye a que sean mínimas las chances de aprobar la nueva Constitución. Según Cadem, la desaprobación del presidente Boric “continúa al alza y llega a 62% (+15pts en un mes) y 33% lo aprueba”.
Si gana el rechazo se abrirá un panorama incierto porque no existe, hasta ahora, un acuerdo político sobre qué hacer con la constitución de los militares que seguiría vigente. La oposición derechista ha reiterado que hay que modificarla, pero no hay una hoja de ruta.
Si se impone la aprobación habría que implementar muchos cambios que tardarían años en concretarse porque primero deberían traducirse en leyes del Congreso, entre ellas normas sobre un sistema nacional de salud universal y público, una descentralización del país, la instalación de dos sistemas de justicia -uno nacional y otro indígena- y la devolución de tierras a pueblos originarios, entre otros.
La nueva carta magna también incluye nuevos derechos, entre ellos “a una vivienda digna y adecuada” e igual remuneración por igual trabajo para hombres y mujeres.
El 4 de septiembre ganará la opción que obtenga la mitad más uno de las preferencias de los 15 millones de chilenos convocados a votar, en un país en el que la abstención bordea el 50%.