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Internacional

Asambleísta ecuatoriana: “Habrá más persecución política”

Partidarios de Guillermo Lasso, presidente electo de Ecuador - Sputnik Mundo, 1920, 16.04.2021

Guillermo Lasso ganó las elecciones en Ecuador ocultando en gran medida su plan de gobierno. Su presidencia, que comenzará el 24 de mayo, implicará seguramente una profundización del neoliberalismo, un alineamiento con Estados Unidos, una nueva oleada de persecución sobre el correismo.
Guillermo Lasso ganó las elecciones del pasado 11 de abril contra Andrés Arauz y asumirá como presidente de Ecuador el próximo 24 de mayo. Remplazará al gobernante saliente Lenin Moreno, quien cuenta con un elevado rechazo social, alrededor del 90% de la población, y dejará una crisis económica, sanitaria, y social.
El próximo presidente quedará al frente del ejecutivo de un país bajo promesas de reencuentro, como repitió a lo largo de su campaña, asesorado por Jaime Durán Barba, artífice en el 2015 de la victoria de Mauricio Macri en Argentina. Lasso promete generación de empleo, desarrollo, apertura al mundo, democracia, libre empresa, apertura de la sociedad, entre otras cosas.
Sin embargo, la distancia entre su discurso de campaña y su programa de gobierno seguramente sea grande. Lasso escondió en gran medida sus planes neoliberales durante su campaña, sabiendo que no generarían consenso en la mayoría de la sociedad. También buscó negar su vínculo con Moreno y su influencia en la política económica que ha desembocado en la actual crisis que vive Ecuador.
Lasso, seguramente al igual que Macri, mostrará su verdadero programa cuando comience a gobernar. Para algunos no será una sorpresa: “las políticas económicas de Lasso son muy obvias, la privatización de las empresas del Estado, de la salud, la educación”, explica Jahaira Urresta, defensora de derechos humanos y recién electa asambleísta bajo las filas de la revolución ciudadana que llevaba a Arauz como candidato a presidente.
Urresta, quien tenía 27 años cuando perdió un ojo por la represión del gobierno en octubre del 2019 en el levantamiento popular, recuerda de donde viene Lasso, el candidato banquero, que durante su campaña buscó negar su historia y su proyecto.

Política internacional

Lasso envió un mensaje especial luego de ganar al “presidente Álvaro Uribe Vélez”, a quien calificó de “gran líder latinoamericano (…) amigo al que respeto, admiro y le tengo un gran cariño”, y afirmó que seguirá su “lección”.
La referencia de cercanía con Uribe, ex presidente acusado por sus vínculos con el paramilitarismo, fue otro indicativo de cuál será la política internacional del gobierno de Lasso. El proyecto del próximo presidente será tener como aliado principal a Estados Unidos, algo que se traducirá en su agenda de política exterior en América Latina.
Uno de esos posicionamientos continentales ya fue anunciado por Lasso: su política hacia Venezuela, y su decisión de no reconocer a Nicolás Maduro como presidente, e invitar a Juan Guaidó a su toma de posesión.
“Yo creo que Venezuela no vive una democracia hoy, cerca de 50 países del mundo desconocen al gobierno de Nicolás Maduro y reconocen en Juan Guaidó el legítimo presidente de Venezuela, pero más allá de declaraciones tenemos que llegar a una práctica real, donde quien gobierna Venezuela sea quien tiene realmente el poder, y ahí hay un tema pendiente”.
La política exterior de Lasso se presenta, al igual que en otros puntos, como una continuidad de la que llevó adelante Moreno en sus años de gobierno: relación prioritaria con Washington, implementación de la agenda del departamento de Estado para el continente, cercanía con los gobiernos de derecha, desintegración de los instrumentos de unidad como la Unión de Naciones Suramericanas, acompañamiento de la estrategia contra el gobierno venezolano.

Persecución política

“Pienso que va haber aún más persecución política, el 10 de abril fue detenido nuestro compañero asambleísta Fausto Jarrín, fueron detenidos algunos compañeros que fueron candidatos, inventan múltiples causas para perseguir a las personas”, afirma Urresta.
La joven asambleísta tiene presente tanto la respuesta de Moreno ante el levantamiento de octubre del 2019 que se cobró once vidas y mutiló a varias personas, así como el apoyo a esa represión que manifestó Lasso. Esos hechos quedaron en la memoria de muchos, como quedó evidenciado cuando Lasso fue impedido de ingresar a una comunidad en Guamote, donde en aquel octubre fue asesinado el dirigente indígena Edgar Yucailla, quien era parte de las protestas.
Guillermo Lasso, presidente electo de Ecuador - Sputnik Mundo, 1920, 13.04.2021

América Latina

Lasso gana en Ecuador, pero, ¿significa eso el fin del correísmo?

“Las víctimas de octubre no tendremos reparación alguna, el señor Lasso, junto a los ministros que se van a posicionar junto a él, han mencionado que en octubre no hubo a ninguna vulneración de derechos, mucho menos van a reparar, a llenar de verdad y de justicia a cada uno de estos casos que varios informes, tanto de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como de la Defensoría del Pueblo, trata como delitos de lesa humanidad”.
Urresta explica que “una de las prioridades de Lasso es tener a María Paula Romo dentro de su política de Estado”, siendo Romo una de las principales responsables de la represión de octubre del 2019, cuando era ministra de Gobierno.
“Sabemos que la persecución política va a ser mucho más álgida, mucho más dura” afirma Urresta. Esa situación se traducirá, anticipa, tanto en la multiplicación de causas judiciales contra dirigentes de la revolución ciudadana, como en diferentes violaciones de derechos humanos, ante lo cual será necesario organizarse.

Las resistencias

“Siempre defenderé los derechos humanos, será mi constante la creación de la decimocuarta comisión de derechos humanos dentro de la Asamblea Nacional (AN), donde no solamente toparemos temas tan dolorosos como octubre del 2019, sino las desapariciones forzosas, el aumento de femicidios a nivel nacional, el desamparo de los migrantes, de los estudiantes, los despidos intempestivos que se han fortalecido”, afirma la asambleísta.
La AN será uno de los espacios desde los cuales, afirma, se buscará hacer frente a lo que se anticipa como un gobierno que profundizará el modelo neoliberal, la persecución contra el correismo, y seguramente, las políticas represivas en vista de las consecuencias del plan económico.
“La AN tendrá un papel importante, muy fuerte, somos la minoría más grande dentro de la AN, tenemos 49 curules por el voto popular, allí están muchos proyectos que defendemos, la soberanía del país, la dignidad del pueblo en salud, educación”, explica Urresta.
El proceso de resistencia a las políticas del próximo gobierno tendrá así en el legislativo una parte central. Será, afirma, parte, a su vez, de un proceso para “fortalecernos, unirnos, prepararnos de manera académica, social, para tener una fuerza electoral más fuerte en los próximos años”.
“La unidad hace más fuerte al poder popular, y nosotros nos debemos al poder del pueblo, por lo que vamos a fortalecer cada una de las instancias, rincones de nuestra patria, y allí fortaleceremos la revolución ciudadana”, destaca. La rearticulación del correismo luego de la derrota presidencial será uno de los temas centrales para los próximos años.
Urresta señala que ese camino de reorganización deberá tener un diálogo con el movimiento indígena, en particular la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie): “es importante unificar las fuerzas populares, sobre todo con los compañeros indígenas”.
“Seguiré con los acercamientos con la Conaie, con Jaime Vargas, porque no podemos dejar de lado a quienes son nuestros compañeros”, señala. Urresta estuvo presente cuando tuvo lugar el llamado de Vargas, presidente de la Conaie, a votar por Arauz a una semana de las elecciones del pasado 11 de abril.
El gobierno de Lasso será, según indican los análisis, una continuidad de las principales líneas llevadas adelante por el actual presidente Moreno, tanto en materia económica, como social y política. La diferencia será que ya no se tratará de un presidente nacido de una traición a la revolución ciudadana, sino de un mandatario proveniente directamente de la banca, representando centralmente a los intereses del capital financiero.
Ante las consecuencias que esas políticas traerán, Urresta insiste en la necesidad de la reorganización y el acercamiento entre quienes se verán perjudicados por el próximo gobierno. “Todos tenemos que hacer un frente, y que ese frente en algún momento se llame Ecuador Libre”, afirma.

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