Especialistas coinciden en que a uno de los candidatos le favorece su actual estrategia, mientras que al otro no. Asimismo, aseguran que ambos han moderado su discurso.
El próximo 6 de junio se llevará a cabo la segunda vuelta electoral y los candidatos a la presidencia Pedro Castillo y Keiko Fujimori tienen poco tiempo para convencer a la población de que sus propuestas son las mejores para el Perú.
En ese sentido, el postulante por Perú Libre ha tomado su distancia del secretario general de su partido Vladimir Cerrón y de Nicolás Maduro. De igual forma, ha desautorizado a otros miembros de su agrupación para hablar de un eventual gobierno suyo.
Por otro lado, la lideresa de Fuerza Popular ha dicho que, de llegar a la presidencia, su gabinete ministerial estaría conformado por personas que no son fujimoristas y apunta a ser la mejor alternativa para continuar con el modelo económico.
Dos especialistas analizaron las mencionadas declaraciones, así como también otras, y brindaron sus conclusiones a lo que se perfilan ambos postulantes a demostrar durante su campaña en esta segunda vuelta.
El aliado más fuerte de Castillo es el antikeikismo
Alonso Cárdenas, docente en Ciencias Políticas de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), opina que Pedro Castillo utiliza la estrategia que usó Alberto Fujimori en 1990 y asegura que está funcionando mejor que la de su rival.
“Está alejándose lo más posible del establishment y sistema político tradicional que es tan repudiado por muchos peruanos. Él apela directamente a los votos independientes de las clases populares y las personas que históricamente han sido marginadas. Su mensaje y conexión emocional está funcionando”, indica.
El experto considera que Castillo, tras deslindarse del secretario general de su partido y el dictador Nicolás Maduro, intenta atraer a los indecisos. Asimismo, cree que la radicalización de la primera vuelta ya no es el mejor camino en la segunda porque debe tener aliados.
“Su aliado más fuerte es el antifujimorismo que se ha ido transformando en un antikeikismo. Ya no es solamente la figura del papá, sino por méritos propios, hay un antikeikismo muy vivo por todas las cosas que han sucedido en los últimos cinco años. Esa es su mejor estrategia”, añade.
La politóloga Paula Távara afirma que Pedro Castillo está intentando moderarse, pese a que, en su consideración, no le hace falta hacerlo debido a que tiene una amplia ventaja con Fujimori. Asimismo, cree que lo hace para tener una mayor legitimidad en un eventual gobierno suyo.
“Castillo está haciendo el esfuerzo de moderarse, a pesar de que está primero en las encuestas con bastante distancia de Keiko y sorprende que lo haga sin haber un reclamo o condición pública que le exija este tipo de moderación”, dice.
“Hay que recordar que después de las elecciones tiene que haber una capacidad de gobernar. Entonces, creo que allí está el origen de haber tomado esta postura. Entre más distancia le saque a Fujimori, más legitimidad va a tener, al menos para el primer tiempo en donde se le da la confianza al gabinete ministerial”, agrega.
La especialista también apunta a que, al desautorizar a Vladimir Cerrón y a otros miembros de su partido, el candidato de Perú Libre intenta mostrarse como un líder.
“La otra estrategia que está usando es fortalecer su liderazgo individual por eso a tomado distancia de Cerrón y por eso hemos dejado de ver a sus dos congresistas más activos en los medios que eran Zaira Arias y Guillermo Bermejo, quienes estaban más presentes en la prensa que el mismo Castillo”, detalla.
Keiko apela a mejorar la economía
Cárdenas precisa que la estrategia de Keiko Fujimori es dar una percepción de que mejorará la economía con ella, que, para su opinión, es un error, ya que se ha visto fuertemente golpeada.
“Es un error tanto de forma como de fondo. De fondo porque el Perú es el país más golpeado del mundo por la pandemia y es muy difícil sostener la defensa de ese modelo porque prácticamente todas las familias estamos viviendo la pérdida de muchos seres queridos, la angustia de conseguir una cama UCI, entre muchos otros problemas”, asevera.
Otro punto es que adjudicarle vínculos con organizaciones ligadas al terrorismo no tiene el mismo efecto con Castillo que con la excandidata presidencial de Juntos por el Perú, Verónika Mendoza.
“Cuando uno usa ese término contra Pedro Castillo es una gran falta de respeto hacia todos los peruanos que se identifican con él, mientras Mendoza no tuvo ese vínculo emocional que él sí lo tiene. Ese el problema de forma”, explica.
La última estrategia de Fujimori que señala el profesor es la misma que indica Távara sobre la moderación de su discurso. Para la politóloga, la candidata ha demorado en hacerlo a comparación de Castillo y asevera que tiene un problema de credibilidad y legitimidad.
“Aún se equivoca con la autocrítica y, ahora, decir que vas a tener un gabinete no fujimorista, nadie lo cree. ¿Qué pasa si ese premier es alguien de las mismas ideas de derecha que siguen representando para los votantes de Castillo más de lo mismo? No cambiaría su discurso. El gran problema de ella ya no es su padre, sino su legitimidad”, comenta.
¿Estas estrategias darán resultado?
En el caso de Castillo, Távara manifiesta que ve complicado que descienda su aprobación, debido a que sus simpatizantes conocen lo radical que puede llegar a ser y en caso se modere es difícil que lleguen a decepcionarse.
“Es bien difícil que baje porque en un momento en el que fue radical ha logrado obtener ese 40% de aprobación. Mientras su moderación sea en el discurso institucional y no en la profundidad de los cambios que plantea es difícil que las personas lleguen a decepcionarse”, dice.
Cárdenas coincide y manifiesta que la estrategia está dando resultado “por el momento” y aclara que su gran debilidad es que Perú Libre es un partido “improvisado”, que no muestra propuestas claras sobre los enormes problemas que tiene el país.
La experta estima que en el caso de Fujimori su estrategia de moderarse no alcanzaría, por ahora, para llegar a la presidencia. Tampoco funcionarían sus propuestas de cambio debido a la baja credibilidad que mantiene.
“Esa garantía aún es tibia y poca para lo que ella necesitaría. La tiene bien difícil. Ha prometido más de una vez cambios y no los ha cumplido. Eso debe venir acompañado de algunas acciones que intenten reforzar su palabra.”, añade.
Por último, Cárdenas afirma que la estrategia de la lideresa de Fuerza Popular no daría resultado y considera que sincerarse y pedir perdón por sus errores sería su mejor maniobra.
“Una buena estrategia sería pararse ante todo el país y pedir perdón por todo lo que ha hecho, pero un perdón sincero. Su gran problema es ella misma por sus problemas de credibilidad. Tiene que hacer algo que haga que la gente le crea y eso es muy complicado”, finaliza.