Los ciudadanos de Europa enfrentan una inflación galopante y aumentos en los precios de los energéticos mientras diplomáticos del Reino Unido recorren los países miembros de la Unión Europea para persuadirlos de no detener los apoyos a Ucrania.
Londres se guía por una política de Britania Global, con la que en los últimos tres siglos ha controlado de manera efectiva al continente europeo y grandes partes del planeta, instrumentando potenciales extranjeros en su beneficio, acusó el ex vicepresidente de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) Willy Wimmer.
El analista internacional Gilbert Doctorow, en tanto, estima que el Reino Unido ha sido uno de los principales instigadores de la crisis en Ucrania desde el principio, mediante el impulso de políticas antirrusas que le permitan al Reino Unido recuperar su relevancia global tras la salida de la Unión Europea, proceso conocido como Brexit.
Así, Londres ha conducido una estrategia entre los líderes de la Unión Europea con miras a convencerlos de que permitir una victoria de Rusia en el conflicto sería gravísimo, apunta The Telegraph, sin embargo en tanto las sanciones impuestas contra Moscú han generado recesión en Europa, según especialistas.
Los negocios alemanes enfrentan su peor escenario en dos años, sin embargo la Unión Europea insiste en llamar a los países miembros a repartirse las consecuencias de la estrategia contra Rusia.
Funcionarios de Bruselas citados por Politico, no obstante, vaticinan un punto de quiebre en torno al otoño o el invierno, cuando se agudice la tensión económica derivada de la crisis.
El Instituto Kiel de Economía Mundial, fincado en Alemania, identificó en un estudio reciente que el apoyo militar otorgado a Ucrania desde Europa ha venido reduciéndose desde abril.
Así, pese a los esfuerzos de Reino Unido de reafirmar la ayuda a Ucrania, pueden ser varios los funcionarios europeos que no coincidan de manera unificada.
El analista Doctorow identificó que países como Alemania y Francia manejan una doble política ante la presión económica derivada de las sanciones a Rusia, mientras que los países del Báltico y Polonia abrazan con mayor firmeza los criterios antirrusos impulsados por Londres.
El experto, no obstante, considera que los apoyos europeos a Ucrania no son sustentables en un escenario de aumento del consumo de energéticos para elevar temperaturas durante el invierno.
El descontento que una eventual escasez genere en la población podría llevar a manifestaciones que obliguen a los líderes de la Unión Europea a reconfigurar sus políticas contra Rusia.
Además, la entrega de armas a Ucrania ha reducido las reservas militares de los propios aliados europeos de Kiev, lo que vuelve problemática la prolongación del respaldo, evaluó Doctorow.
El Gobierno de Reino Unido, no obstante, ha comprometido 296 millones de dólares adicionales para el Fondo Internacional para Ucrania, con ayuda de Dinamarca y otros países, además de que la retórica inglesa mantiene una postura de guerra.
Esta posición confrontativa de Londres se desarrolla mientras la ciudadanía británica enfrenta dificultades económicas de cara al otoño y el invierno, como sucede con otros pueblos europeos, en un escenario en que se espera que la inflación exceda el 18%.
Además, el 25% de los británicos que han dado refugio a ucranianos desplazados podrán seguir apoyándolos por más de un año, según cifras estadísticas oficiales de la propia Gran Bretaña.
Wimmer piensa que Ucrania se está convirtiendo en el cementerio de Europa. Sin embargo, el alemán dijo que es necesario abrir rutas hacia la paz.
“Trabajé como ministro de Defensa de Alemania durante el último ejercicio de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en los tiempos de la Guerra Fría, en la primavera de 1989, antes de la unificación (alemana)”, declaró.
“El juego de la guerra era convencional y nuclear. Nada quedó de Europa como resultado de la guerra. Sin paz, no habrá futuro para ninguno de nosotros en Europa”, asentó.