Encuesta de Ipsos. La candidata de Fuerza Popular tiene amplia ventaja sobre su rival político en estos sectores, en especial en el A. Especialistas advierten que la disputa estará en los sectores populares, Lima y la costa norte.
En la competencia por la elección presidencial, Pedro Castillo mantiene el primer lugar de las preferencias de los peruanos con mayor éxito entre los pobres y Keiko Fujimori ratifica su bastión en los niveles A y B, según muestra la última encuesta nacional de Ipsos, realizada para América Televisión.
El sondeo, que consultó a la población el reciente viernes 30 de abril, antes del debate de Castillo y Fujimori en Chota, Cajamarca, tiene márgenes de error de 2.8 puntos, hacia arriba y abajo, en cada resultado de representación nacional.
El primer lugar de Castillo, que recibe intención de voto de un 43% de la población, se sostiene principalmente por el respaldo que recibe de los electores de las zonas rurales del país, de los más pobres, del sur y centro peruanos, y en general de las poblaciones fuera de Lima metropolitana y el Callao
Fujimori, que llega tener la preferencia de un 34% de la población, consolida especialmente su preponderancia entre los más peruanos acomodados y en la ciudad capital del país.
A nivel nacional no se ha detectado mucha variación en dos semanas. En el anterior sondeo de Ipsos, que recogió opiniones el 15 y 16 de abril, un 42% elegía a Castillo y un 31% a Fujimori. Los tres puntos adicionales que esta vez tiene la lideresa ‘naranja’ entre los encuestados apenas sobrepasan el margen de error.
En algunos grupos de electores, en cambio, sí hay variaciones que llaman la atención.
El más pronunciado está en el sector de los más acomodados, catalogados en el nivel socioeconómico A. En las encuestas de Ipsos, en este grupo Fujimori pasa de tener un 52% de las preferencias a un 81%. Aunque los márgenes de error aumentan cuando se trata de subgrupos, es indudable que la candidata ganó adeptos considerablemente entre los ricos.
Otro cambio algo pronunciado ocurre en las zonas del centro del país, que incluyen a Lima provincias, Junín, Pasco, Huánuco y Huancavelica. En este sector, Castillo pasa de haber tenido un 68% de las intenciones de voto a un 55% en las dos semanas, aproximadamente.
Los recientes cuestionamientos a las gestiones de Vladimir Cerrón, líder del partido de Castillo, cuando gobernó Junín pueden explicar en cierta medida este repliegue en el centro.
Pese al claro avance de Fujimori entre los más acomodados, no logra crecer considerablemente en las preferencias del país. Esto porque el nivel A tiene a muy pocos electores, en comparación a los otros grupos socioeconómicos, sobre todo al E, que es el más cuantioso y donde predomina Castillo.
“Se nota mucho más sólida en los niveles altos, es más fuerte en el A pero ese es un segmento muy pequeño. Los niveles D y E son mayor cantidad de población. El reto para los candidatos está en los niveles populares. Allí es la disputa”, advierte Guillermo Loli, director de Estudios de Opinión de Ipsos Perú.
Esa disputa apunta especialmente a los indecisos. En el sondeo de esta empresa, un 13% piensa votar en blanco o viciado y un 10% no precisa respuesta. Es decir, un 23% no escoge a ninguno de los dos postulantes.
“Es la disputa por los indecisos de los sectores populares. El voto de cada uno de ellos, Castillo y Fujimori, es un poco más duro independientemente del entusiasmo que generen. En ese 23% que aún no vota válido, son principalmente los niveles más populares”, comenta Loli.
Es decir, una buena parte de quienes no eligen a ninguno estarían en el grupo socio económico donde predominan las preferencias hacia Castillo.
Si a esto se suma la mayoritaria demanda de cambios al modelo económico, Fujimori tendría complicaciones si se mantiene identificada con el status quo en estos momentos.
“Un 86% desea cambio en el modelo y solo 11% que siga tal cual. Keiko se ha posicionado como la candidata que desea que el modelo continúe. Iría a representar a ese uno de cada diez peruanos”, anota la politóloga Marylía Cruz, profesora de la Universidad Católica (PUCP).
“Se está posicionando como la candidata de los ricos y de la continuidad del modelo económico que en una situación de crisis como la pandemia no ha respondido a las necesidades de la población. Ella ve esa lectura y por eso en el debate dio propuestas populistas”, añade.
Lima contra el resto
Por otro lado, se mantiene la preferencia por Fujimori en Lima metropolitana y por Castillo en las zonas fuera de la capital. Entre los electores limeños, un 51% votaría por la lideresa ‘naranja’ y un 29% por el candidato izquierdista. En cambio, en otras poblaciones del interior, un 51% elige al postulante de Perú Libre y un 25% a la hija del expresidente aún preso.
“Vemos que Lima piensa de una manera y el interior del país definitivamente de otra manera. Allí un poco se traduce la polarización de las actuales tendencias políticas”, dice Cruz.
“El apoyo a Perú Libre en el sur es contundente, en el centro también es contundente e incluso en regiones del norte llega a ser bastante alto, también que en el oriente. Eso llama la atención en particular”, comenta.
Loli advierte que, entre los encuestados, hay diferencias entre las preferencias en la costa norte y la sierra norte. Sin embargo, habría que hacer otros estudios para saber si esa variación es representativa de lo que pasa con la población.
La costa norte y Lima suman un electorado que puede inclinar la balanza. Sin embargo, las preferencias en un grupo tan grande como los pobres hasta ahora dan la primacía a Pedro Castillo.
Ambos tienen que salir de sus zonas de confort
Por: Arturo Maldonado – Politólogo, PUCP y Cincuenta Más Uno
Hay una dicotomía Lima-resto del Perú. Lima favoreciendo a Keiko Fujimori y todo el resto a Pedro Castillo.
En los grupos socioeconómicos, se han polarizado. En el nivel A hay una clarísima preferencia por Fujimori y en el E por Castillo. Eso no estaba tan marcado. Pero no es lo mismo. Ese poco en el nivel E suma más votos a Castillo que a Fujimori en A.
La zona norte del país será un territorio bastante disputado porque hay más de un 30% de electores que no indica preferencia clara y demográficamente tiene más electores. Fujimori estuvo apuntando a esta región como su opción de victoria: crecer en Lima y en el norte.
De alguna manera, ambos están consolidando un público al que han venido hablando y para el que han venido haciendo campaña. En Fujimori, la tendencia a ’’venezuelizar’’ y poner el tema del marxismo y el comunismo genera más miedo en Lima. Es consolidar ese voto allí. Asimismo, en Castillo la tendencia a no moderarse es también consolidarse donde es fuerte: el centro y sobre todo el sur.
Entonces, hasta el momento la campaña ha funcionado para no perder votos, para consolidar lo ya ganado en ambos casos. Sin embargo, para seguir creciendo necesitan salir de esas zonas de confort. En las siguientes semanas, creo que vamos a notar un poco de eso.
Además, la campaña serviría para mover el antivoto. La distancia de los antivotos de Castillo y Fujimori, que antes estaba en unos 30 puntos porcentuales, donde Fujimori tenía mayor rechazo y Castillo menos, parece disminuir porque el antivoto de él aumentaría y el de ella disminuiría. Quienes no pensaban votar por Fujimori y quienes no pensaban elegir a Castillo pueden ir pasando a la duda y algún momento decidirse por uno o una de los candidatos.