Oriunda del Valle del Mantaro, la festividad en honor de la Virgen de Cocharcas es una de las más apoteósicas y multitudinarias del Perú. Esta celebración cristiana católica llena de fe y devoción hacia la Virgen María constituye una manifestación de arraigada identidad que le valió ser declarada Patrimonio Cultural de la Nación en 2014.
Si bien se celebra en varias localidades de la región Junín y de la sierra central, la festividad en honor de la Virgen de Cocharcas se festeja con mayor plenitud en el distrito de Sapallanga de la provincia de Huancayo, cuyo día central es el 8 de setiembre.
Se trata de una fiesta en la que participa gran cantidad de personas y en la que es posible apreciar diversas expresiones culturales de larga tradición que se transmiten de generación en generación.
Desde la Colonia, la influencia cristiana europea en la religiosidad andina se vio marcada por el mestizaje. El santoral traído por los españoles fue reinterpretado y sincretizado por la población local, de este modo, la relación entre la imagen de la Virgen María, madre de Jesús de Nazaret, y la Pachamama o Madre Tierra es una constante en las varias tradiciones en el mundo andino.
En el caso de la Virgen de Cocharcas, esta relación se hace evidente en la coincidencia de la época de celebración de la festividad, durante la primera quincena de setiembre, que es un periodo importante para el calendario campesino pues está culminando la época seca y se espera la llegada de las lluvias y la consiguiente fertilización de las cementeras.
De otro lado, es una fecha significativa para los cristianos pues se recuerda la natividad de la Virgen María. Ambas tradiciones, la campesina y la cristiana, son parte fundamental de la vida cotidiana de los sapallanguinos, por lo que esta festividad es representativa de su identidad.