El Ministerio de Energía y Minas (Minem) informó que ya suman 24 las consultas previas aprobadas para diversos proyectos mineros en los últimos años, en su mayoría para iniciativas de exploración. El caso más reciente es el del proyecto para exploración de cobre Tajo Pampacancha, que desarrolla la empresa Hudbay en el Cusco, con una inversión de alrededor de US$ 70 millones. ¿Qué impacto tienen estas aprobaciones en el sector minero?
Víctor Gobitz, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), destacó que de los 24 proyectos, solo dos (Zona Pablo- UM Pallancata en Ayacucho y Tajo Pampacancha) son exploraciones brownfield, es decir, vinculadas a expansión de operaciones mineras existentes, por lo que podrían tener un impacto significativo dado el escenario de precios, partiendo de la premisa de éxito en la exploración.
Acotó que la gran mayoría (22) son exploraciones greenfield, que no podrán convertirse en producción en el corto plazo (0 a 5 años), por tanto no tendrán impacto económico significativo en un horizonte cercano. Además de conllevar mayor riesgo geológico.
“La inversión en cada caso dependerá del programa de exploraciones detallado y básicamente del número de metros de perforación diamantina. Una regla de estimación gruesa de inversión sería US$ 800 a 1.000 por cada metro de perforación diamantina; esta cifra incluiría: supervisión técnica, costo de perforación, análisis químicos, almacenamiento de testigos, trámites administrativos y costos de acuerdo para acceso a tierras comunales”, sostuvo.
En la misma línea, Ricardo Carrión, gerente de Mercado de Capitales de Kallpa SAB, comentó que si bien es bueno que se haya conseguido la aprobación, hay que acordarse que el pipeline total asciende a US$ 52 mil millones, número que está orientado única y exclusivamente para invertir en los proyectos para los siguientes 10 a 15 años.
Cree que es importante que se empiecen a gatillar las consultas previas, por lo menos para los proyectos que están en etapas más avanzadas. Sin embargo, remarcó que el concepto de consulta previa es crítico, de hecho al día de hoy ha habido muy pocas experiencias de aprobaciones. “Hay que ver cómo se va a manejar el resultado, cómo es la parte procedimental de la aprobación, porque hay muy poca experiencia todavía”, dijo.
Carrión recordó que los proyectos grandes en curso que ya tienen aprobaciones son Quellaveco (Moquegua), Mina Justa (Ica), Toromocho (Junín) -que está trabajando con su ampliación- y Zafranal (Arequipa), que está en proceso de construcción. Pero no tenemos proyectos de esos niveles más allá que eso, indicó.
“Preocupa el hecho que no tengamos hoy en día un Michiquillay (Cajamarca), un Galeno (Cajamarca), un Tía María (Arequipa), un Conga (Cajamarca), que son proyectos grandes que están ahí parqueados. Al menos hay que seguir girando la rueda con estos 24 proyectos, pero se necesita ver cómo concluyen”, destacó.
Mejorar la consulta
Dado que aún hay otras siete consultas en curso, Pablo de la Flor, director ejecutivo de Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), propuso establecer criterios técnicos y procedimientos adecuados (priorización de medios comunicación virtuales u otros) que permitan facilitar las consultas previas.
Añadió que resulta fundamental repensar la conveniencia de su implementación en la fase de exploraciones, dado el limitado o nulo impacto ambiental de las mismas y la no afectación de derechos colectivos.
“Somos el único país de la región que la exige, y creemos que debiera bastar con el acuerdo al que lleguen las empresas con los titulares de los terrenos superficiales, que son las propias comunidades, conforme a lo recomendado por la Comisión para la Minería Sostenible en su informe. Finalmente, hay que darle mayor celeridad a los procesos para evitar demoras y dilaciones innecesarias”, puntualizó.
Mientras que para Rómulo Mucho, exviceministro de Energía y Minas, el impacto de estas 24 consultas previas aprobadas puede ser rotundo, pero coincidió que ha habido lentitud en sacar algunas consultas, como las de Integración Coroccohuayco y Tajo Pampacancha (ambas en Cusco), que ya deberían estar produciendo, al igual que el anexo del proyecto de Chalcobamba (Apurímac). “Abriendo esto habrá mayor producción”, estimó.
Agregó que el Ministerio debe poner mayor énfasis en las consultas previas para que sean más rápidas, porque esto ayudaría a la reactivación económica. En ese sentido, resaltó que la minería es la primera herramienta para hacerlo.