La secuencia de los acontecimientos políticos y económicos en lo que va del año impulsa a concluir que la actual crisis global es autoinfligida. La economía mundial estaba saliendo de la pandemia con un fuerte rebote luego de la debacle del 2020, y con perspectivas de continuar en un sendero de recuperación.
Pero el conflicto bélico en Ucrania y las sanciones económicas a Rusia cambiaron radicalmente el escenario. Los impactos se sucedieron de la siguiente manera a partir del comienzo de las hostilidades:
1.Suba de los precios de las materias primas, en especial de alimentos y energía.
2.Estos incrementos empezaron a elevar la tasa de inflación.
3.El alza de los precios impulsó a los bancos centrales a emprender la estrategia ortodoxa conocida cuando sube la inflación: elevar la tasa de interés de referencia.
4.El aumento de la tasa de interés encarece el costo financiero de las empresas, lo que agrega más presión sobre los precios.
5.La suba de la tasa por parte de la Reserva Federal (banca central estadounidense) fortalece al dólar en relación a otras monedas, en especial el euro y la libra.
6.El debilitamiento de estas monedas encarece las importaciones europeas, incluyendo las de petróleo y gas, sumando otro factor inflacionario.
7.La suba de la tasa de interés pone en una situación financiera delicada a los deudores, tanto corporativos como hogares. Además de afectar el mercado de valores con caída de las cotizaciones, provocando un efecto riqueza negativo.
8.El saldo de estos acontecimientos es una recesión global con más inflación y con el consiguiente debilitamiento del mercado laboral.
El interrogante frente a esta dinámica perniciosa de la economía mundial es hasta dónde subirá la tasa de interés EEUU, teniendo en cuenta las profundas perturbaciones que ha generado esta estrategia monetaria, la cual está apuntando como principal víctima a las economías europeas.
La Reserva Federal seguirá subiendo la tasa
La Reserva Federal —FED por sus siglas en inglés— sigue el rumbo que había fijado en las anteriores reuniones de directorio. El último anuncio del banco central estadounidense fue un alza de la tasa de 75 puntos básicos, hasta el nivel de 3,00%-3,25%, la tercera subida consecutiva de este ritmo.
La entidad monetaria de este modo ha pisado el acelerador en su lucha contra la inflación por esta vía, con consecuencias locales (recesión) e internacionales (inflación).
En las reuniones de junio y julio emprendió dos alzas idénticas de 75 puntos, llevando los tipos de interés al rango del 2,25%-2,5%. Tras la última decisión de la Reserva Federal, las tasas alcanzaron máximos de enero de 2008.
Fuente: Sputnik