En 1992, el Gobierno peruano cedió una franja de costa a su país vecino Bolivia. El terreno se llama Bolivia Mar y se encuentra en Ilo, Moquegua.
Aunque por muchos años se ha dicho lo contrario, Bolivia sí tiene salida al mar. En 1992, el entonces presidente peruano, Alberto Fujimori, cedió al país altiplánico una franja de 5 km de extensión en la costa de Ilo, Moquegua. El trato entre ambos estados tiene vigencia por 99 años. Sin embargo, por diversos motivos, la playa llamada Boliviamar no cuenta con la popularidad de otras bahías.
Durante la entrevista de Pedro Castillo con Fernando del Rincón para CNN, se habló del tema de darle salida al mar a Bolivia. Sin embargo, ya existe una franja de la costa cedida a este país, y será así hasta 2091.
¿Cómo fue el trato de Boliviamar?
En 1992, el Gobierno peruano le otorgó salida al mar a Bolivia por un siglo, aproximadamente. En ese entonces, la medida fue celebrada como el retorno al océano de los altiplánicos, tras su derrota y pérdida de territorio en la guerra del Pacífico contra Chile. No obstante, el entusiasmo no duró mucho tiempo.
La cesión del terreno ubicado en Ilo, ciudad costera al suroeste de Perú en la región de Moquegua, llevaba una condición de por medio.
Cuando gran parte de los bolivianos creía que el sector iba a servir para la construcción de un gran puerto, el proyecto solo lo consideraba como una zona para fines turísticos.
Los convenios de Ilo estipulaban dos elementos: crear una zona franca industrial en la ciudad peruana y dar facilidades a los bolivianos para que usaran las instalaciones portuarias de esa localidad. Estos tratados no daban a Bolivia soberanía sobre la franja, solo les autorizaba a darle un uso: el turístico.
¿Cuál es la situación actual de Boliviamar?
En el año 2017, David Herrada fue nombrado cónsul de Bolivia en Ilo, en el departamento de Moquegua. En ese entonces dio una entrevista al portal de noticias BBC para hablar sobre la situación de Boliviamar.
No funcionó, como contó el funcionario boliviano a la BBC. El mismo cónsul dijo que solo un número corto de empresarios del país vecino utiliza Ilo por una simple razón: el costo de las tarifas son más altas que en los terminales chilenos.
Con respecto al turismo, lo único que se logró construir durante casi 30 años es una escultura de 21 metros, ahora oxidada, con la forma de dos rostros de mujer: una que mira hacia Bolivia y la otra hacia el Pacífico.
Fuente: La República