La madrugada de este domingo, las fuerzas yemeníes han lanzado un ataque con un avión no tripulado (dron), modelo Qasef-2K, contra la base aérea Rey Jalid en Jamis Mushait, sita en la provincia saudí de Asir (suroeste).
“Por la gracia de Dios, [el objetivo] sufrió severos daños en la operación ofensiva contra la base aérea Rey Jalid”, ha comunicado.
Esta nueva ofensiva, ha proseguido Sari, constituye una “respuesta legal a la escalada de agresión y asedio” saudíes contra Yemen.
El ataque es el segundo en las últimas horas. De hecho, Rey Jalid ya fue impactado el sábado con otros dos Qasef-2K.
El movimiento popular yemení Ansarolá advierte que continuará sus operaciones de represalia en el corazón de Arabia Saudí hasta que Riad ponga fin a su agresión.
El Ejército y el movimiento popular Ansarolá de Yemen alertan que Arabia Saudí y sus aliados seguirán pagando por su agresión brutal —que desde 2015 se ha cobrado la vida de miles de civiles— y no estarán a salvo de la represalia de los yemeníes, a menos que pongan fin a sus atrocidades.
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Efectivamente, los centros clave del reino árabe, como bases militares, instalaciones y aeropuertos, se han convertido en el objetivo preferente de los ataques de las fuerzas yemeníes.
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Mientras tanto, las unidades militares yemeníes siguen ganando terreno contra los mercenarios de Riad y las fuerzas leales al expresidente fugitivo yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi, apoyadas por Arabia Saudí.
Entre otros, el frente del conflicto en la provincia yemení de Marib (centro-oeste) ha sido escenario de feroces enfrentamientos entre ambos lados.
También en dichos choques, el ritmo acelerado de los avances de las fuerzas yemeníes ha puesto en estado de máxima alerta a los adversarios.
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