La laguna de Cconchaccota, ubicada en los Andes del sur de Perú, ha sido una fuente de vida para las comunidades locales de la región, ya que el embalse atrajo a flamencos y animales migratorios mientras que los residentes dependían de él para la pesca de truchas.
Pero la laguna, a 4,100 metros (13,120 pies) sobre el nivel del mar, es ahora una llanura de tierra agrietada y quebrada rodeada de hierba amarilla.
La temporada de lluvias en esta parte de América del Sur debería haber comenzado en septiembre, pero el área está experimentando su período más seco en casi medio siglo, afectando a más de 3,000 comunidades en los Andes centrales y meridionales de Perú.
Una lluvia ligera a finales de noviembre, solo la segunda en casi ocho meses, llevó a los residentes a colocar tazones al aire libre para recoger un poco de agua.
La ausencia de lluvias en parte de los Andes se da a raíz del fenómeno de La Niña, presente en 2022 por tercer año consecutivo, según la agencia meteorológica de Naciones Unidas. La sequía también está afectando partes de Bolivia, Paraguay y Argentina.
En Cconchaccota no hay servicio de agua potable, alcantarillado ni teléfono. La gente recoge agua potable de un manantial cercano, aunque a veces también se seca.
Los residentes dicen que sus pedidos de ayuda a las autoridades locales quedaron sin respuesta durante más de dos meses. Una respuesta largamente demorada de las autoridades regionales llegó la semana pasada con la entrega de paquetes de avena forrajera para las ovejas, vacas, alpacas y llamas sobrevivientes.