Una mayoría de partidos de la oposición votó este viernes por eliminar el “gobierno interino” instalado en enero de 2019 como respuesta a la supuesta ilegitimidad de Maduro y encabezado por Guaidó, quien entonces era el presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento) elegida en 2015 con mayoría de la oposición.
La eliminación del “gobierno interino” fue aprobada con 72 votos a favor, 29 en contra y 8 abstenciones de los exdiputados de la oposición.
La decisión fractura la unidad de la coalición opositora y desmantela la estrategia apoyada por Estados Unidos y la mayoría de los países latinoamericanos y europeos durante los últimos cuatro años para promover la salida del mandatario Nicolás Maduro, y da inicio a una nueva etapa con las elecciones presidenciales de 2024 en el horizonte.
Guaidó se autoproclamó presidente encargado de Venezuela en enero de 2019, tras desconocer la legitimidad de las elecciones de mayo de 2018 en las que Maduro resultó electo para un segundo mandato.
En aquellos comicios los principales partidos de oposición no participaron porque denunciaron que las condiciones no eran justas.
En enero de 2019, con el respaldo de 112 diputados, cuyo período venció en 2021, Guaidó, un parlamentario joven y desconocido del partido Voluntad Popular ofreció perseguir tres objetivos que repetía como un mantra en discursos y manifestaciones callejeras: “Cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”.
Con el respaldo de muchos países, que lo reconocieron como presidente legítimo, y el de las calles de Venezuela, lideró un momento de máxima presión contra Maduro.
Sin embargo, eso no se tradujo en un cambio y la estrategia política llegó a su fin este viernes, luego de que una mayoría de esa Asamblea que aún se mantiene votaran a favor de desmontar definitivamente el “gobierno interino”.
“No se trata de defender a una persona, sino a las herramientas que tenemos para proteger a los venezolanos, a ellos nos debemos”, dijo Guaidó en las semanas previas al rechazar su salida, que se ejecutará a través de una reforma al estatuto que rige la llamada Transición a la Democracia para Restablecer la Vigencia de la Constitución.
En BBC Mundo te explicamos qué significa el fin del “gobierno interino” de Guaidó, qué logró y en qué falló, si beneficia a Maduro, y cuáles serán las perspectivas para la oposición en 2023, año en que están previstas primarias para elegir al candidato que enfrentará a Maduro en las presidenciales de 2024.
Qué significa el fin del “gobierno interino” de Guaidó
El “gobierno interino” unificó a las fuerzas opositoras en torno a una línea de acción que logró el reconocimiento de EE.UU., y la mayoría de los países latinoamericanos y europeos, aunque luego muchos de ellos retiraron su apoyo.
Ese respaldo permitió a la oposición acceder a importantes recursos públicos en el exterior, como el control de Citgo, filial de la estatal Petróleos de Venezuela en Estados Unidos, y obtener un fallo favorable en el Tribunal Superior de Londres, que reconoció la legitimidad de Guaidó y le entregó el control sobre US$2.000 millones en oro que se encuentran en el Banco de Inglaterra a nombre del Banco Central de Venezuela.
Sin embargo, la llamada presidencia encargada no logró sacar a Maduro del poder, convocar unas elecciones libres ni ejercer un poder real dentro de Venezuela.
“El fin del gobierno interino supone el cierre de un ciclo político para la oposición. La estrategia de presión y colapso interno llega a su final”, le dijo a BBC Mundo el sociólogo venezolano Juan Manuel Trak, doctor en Proceso Políticos Contemporáneos por la Universidad de Salamanca (España).
Trak opina que los partidos opositores se inhibieron en el pasado de confrontar a Guaidó por temor a perder el apoyo internacional conquistado por su partido, Voluntad Popular.
Margarita López Maya, historiadora y analista política venezolana, considera que el cambio de estrategia actual “tenía que darse porque se agotó y perdió popularidad”.
“Guaidó ha tenido ya mucho tiempo para haber demostrado que podía ser un líder de toda la oposición. Y nunca lo fue”, apuntó López Maya, quien aseguró que “siempre ha sido un hombre seguidor del liderazgo de Leopoldo López”, fundador y coordinador de Voluntad Popular.
Importantes líderes opositores como Henrique Capriles, rival de López, dos veces candidato presidencial y quien se encuentra inhabilitado políticamente, ya había expresado en el pasado su rechazo a la continuación de la presidencia encargada.
“Si algo pudiera decir a quienes tienen la responsabilidad de tomar una decisión es que no se dejen chantajear, ya basta de ese modus vivendi“, dijo Capriles recientemente.
Los analistas opinan que la falta de una estrategia electoral clara, los intentos de derrocar a Maduro del poder (como la insurrección del 30 de abril de 2019 y la Operación Gedeón en mayo de 2020), y los escándalos de corrupción interna de la oposición han erosionado la credibilidad de la llamada presidencia encargada.
“El gobierno interino, en lugar de conformarse como una figura simbólica, terminó convirtiéndose en una estructura burocrática que tiene presupuesto, personal, embajadores, comisiones, responsables”, explicó Trak.
“Sólo en marzo de este año, el programa de seguridad y defensa de la democracia que está en el presupuesto del gobierno interino tenía US$35 millones. Luego aprobaron otro presupuesto de US$50 millones. Y uno se pregunta a dónde va ese dinero y a quién va ese dinero”, cuestionó.
“Ha habido acusaciones de corrupción sumamente graves. Uno tiene que ver esto [la eliminación de la presidencia encargada] como una cosa que era previsible”, advirtió López Maya.
¿Cómo queda Maduro?
Tras meses de presión diplomática y en las calles de Venezuela, Maduro logró superar el peor momento.
Con el tiempo, el llamado “efecto Guaidó” se fue diluyendo y el presidente consolidó su posición y últimamente incluso ha habido acercamientos con Estados Unidos, que fue al principio el gran valedor del líder opositor.
Por ello, Juan Manuel Trak considera que la desaparición del “gobierno interino” es “irrelevante” para Maduro.
“Con o sin gobierno interino, Maduro sigue en el poder. Con o sin gobierno interino, no pierde su fuerza”, apuntó el sociólogo.
“La existencia del gobierno interino no le ha restado en ningún momento poder y le ha permitido consolidar, mediante prácticas más autoritarias, el que ya tenía”, opinó.
Aunque Trak considera que la seguridad personal de Guaidó puede quedar en riesgo al perder el reconocimiento internacional, advierte que “el riesgo que corre la oposición con eliminar el gobierno interino es el mismo que corre con no eliminarlo, es decir, seguir fragmentada en una disputa cada vez más enconada”.
“Para Maduro, la única ventaja es que la oposición se sigue desacreditando a sí misma”, señala Trak.
Qué sigue para la oposición ahora
Al sacar a Guaidó, la oposición ha planteado crear una comisión dedicada a proteger los activos del Estado venezolano en el exterior que están en poder de la llamada presidencia encargada.
“Se plantea la eliminación de todo el gobierno interino, a excepción de tres instancias necesarias para la defensa de los activos: la junta ad hoc de Pdvsa Holding, la junta ad hoc del BCV (Banco Central de Venezuela) y una comisión ejecutiva que amplía sus funciones no solo para administrar gastos, sino también para representar y defender los activos”, propuso Alfonso Marquina, uno de los dirigentes opositores.
“Se mantendrá la AN (Asamblea Nacional) solo para legislar en todo lo respectivo a temas relacionados con la protección y defensa de activos en el exterior”, agregó.
Pero el foco estará puesto en las primarias previstas para este año.
Los analistas lamentan que la coalición opositora venezolana llegará dividida y en conflicto a esas primarias, de las que debe salir el candidato que afrontará al chavismo en los comicios presidenciales de 2024.
“Para la oposición viene más polarización. Vamos a ver una mayor fragmentación, la lucha será a muerte porque Voluntad Popular asumirá esta decisión como una traición y acusarán de ‘vendidos’ a todo el que no apoye a Juan Guaidó”, prevé Juan Manuel Trak.
López Maya, por su parte, advierte de que más allá de las guerras intestinas de la oposición, el mayor reto es ir a unas elecciones bajo un gobierno que califica como “autoritario”.
“Estoy bastante convencida de que no hay forma de llegar a unas elecciones con condiciones razonables. El problema de Venezuela es tan grave, ha llegado a tales niveles, que la salida no es a corto ni a mediano plazo. Las elecciones tienen que verse como un paso dentro de una estrategia de más largo alcance”.