Evaluación. El Legislativo tiene desaprobación de 88% y solo lo aprueban 9%, mientras el 71% desaprueba gestión de la mandataria. El 58% cree que hubo excesos de las fuerzas del orden en protestas, 26% dice que lo hicieron apropiadamente.
La presidenta Dina Boluarte y el Congreso son muy desaprobados por la ciudadanía en el país y la mayoría cree que hubo excesos de las fuerzas del orden en el manejo de las protesta que rechazan al Gobierno y al Parlamento, según muestra la última encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
El estudio consultó a la población del sábado 7 al jueves 12 de enero y tiene márgenes de error de 2,8 puntos por encima y debajo de cada resultado al representar la situación nacional.
Aproximadamente, 71% de los peruanos desaprueba la forma como Boluarte está conduciendo su gobierno. Son más de dos tercios del país o siete de cada diez connacionales coincidiendo en esta calificación negativa sobre ella, grosso modo.
Solo un 19% de la ciudadanía aprueba cómo la mandataria dirige el Poder Ejecutivo: es una quinta parte del Perú, más o menos, que la favorece.
El Congreso está peor. Un 88% de la población reprueba su desempeño y apenas un 9% lo aprueba.
En un mes, agravó su situación, que ya era mala: en diciembre último, tenía a un 80% en contra y un 15% a favor en la misma evaluación.
El presidente de este poder del Estado, José Williams, es desaprobado por un 72% de los peruanos. Solo un 16% le da su aprobación.
Protestas y Castillo
Un 58% de la ciudadanía cree que hubo excesos de parte de las fuerzas de orden frente a las protestas recientes. Es una clara mayoría cuestionando la represión de agentes estatales.
Al contrario, un 26% de los connacionales, cerca de una cuarta parte del país, cree que las fuerzas del orden manejaron apropiadamente la convulsión.
Para una patente mayoría, estimada en un 60% de la población, se justifica que haya habido protestas en diciembre. En cambio, más o menos un tercio del país, 35% en el sondeo, considera que estas manifestaciones no tienen justificación.
Un 44% de los peruanos creen que los actores más importantes de esas movilizaciones fueron grupos de ciudadanos espontáneos u organizados. Un 27% atribuye esa responsabilidad a colectividades violentistas o vinculadas a terroristas y un 13% a agrupaciones relacionados con economías ilegales.
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Un 50%, la mitad del país, se siente identificado con las protestas actuales. Un 46% no se siente identificado con estas.
Mayoritariamente, los peruanos no justifican atacar edificios públicos (un 90%), tomar aeropuertos (un 82%), agredir a fuerzas del orden (un 81%), paralizar negocios (un 74%) ni bloquear carreteras (un 68%).
Un 66% del país desaprueba que el expresidente Pedro Castillo haya intentado dar golpe de Estado. Un 30% sí lo aprueba.
Un 60% de los ciudadanos preferiría que Castillo no esté en prisión: un 41% cree que debe enfrentar juicios en libertad con restricciones, un 18% que debe hacerlo libre sin restricciones y un 1% que no debería afrontar esos procesos. Para un 34%, debe seguir sus juicios preso.
No es solo el sur
Análisis por Patricia Zárate, jefa de Estudios de Opinión del IEP
Lo que muestra la última encuesta del IEP es que la mayoría de peruanos (60%) justifica las protestas de diciembre, incluso en Lima, la justificación es de 52% y llega a 72% en los jóvenes. Uno de los puntos en que Lima se diferencia más del resto del país es que es la zona donde se cree en mayor medida que los actores principales de la protesta son grupos vinculados con el terrorismo (38%) o con economías ilegales (13%), mientras que en el resto del país un 50% cree que los actores principales son ciudadanos espontáneos u organizados. Por otro lado, un 80% de quienes aprueban el intento de golpe de Estado de Castillo justifica las protestas.
Sobre la actuación de las fuerzas del orden, la mayoría (58%) cree que hubo excesos, los jóvenes nuevamente son más enfáticos (70%). Pero la ciudadanía también es muy crítica con acciones como la toma de edificios públicos, aeropuertos o la agresión a las fuerzas del orden.
Aunque no cuenten con un apoyo mayoritario, el sur no está solo en sus protestas, la mitad del país se identifica con ellas, solo en Lima la identificación está por debajo de la mitad (37%) mientras que en el resto del país llega a 56%. Tanto el Gobierno como el Congreso (9% de aprobación) parecen vivir de espaldas a esta realidad y al casi medio centenar de muertos. Y si bien muchas de las demandas pueden ser antidemocráticas y no se pueden atender totalmente, la convocatoria a elecciones para este año, como una medida que ayude a disminuir la tensión, se hace más urgente. Lo preocupante es que todo está en manos de un Congreso al que casi nadie respalda.