Dos expertos analizan el valor estratégico de las ciudades que concentran los peores combates en este momento del conflicto
El pasado 20 de diciembre, mientras Volodímir Zelenski visitaba a las tropas de Ucrania en el frente de Bajmut, las explosiones no dejaban de sonar en las cercanías. Sonaban mientras el presidente se dirigía a los soldados, cuando atendía a la prensa y al guardar todos juntos un minuto de silencio por los caídos en combate. Y es que en estos días, como se puede ver y escuchar en el vídeo que acompaña a esta noticia, las explosiones no dejan de sonar nunca en la pequeña ciudad que se ha convertido en el epicentro de la guerra de Rusia en el país vecino.
Las fuerzas de Putin llevan meses asediando Bajmut. Este enclave de la provincia de Donetsk se convirtió en uno de sus objetivos tras la captura de Lugansk en julio. Para seguir avanzando en la conquista del Donbás, rumbo a localidades como Kramatorsk y Sloviansk, sus tropas tienen que pasar antes por allí, y de la mano del grupo privado Wagner, no están dudando en sacrificar a cuantos combatientes sea necesario para hacerlo. En el vídeo, dos expertos en estrategia militar analizan el valor estratégico que tienen Bajmut y la vecina Soledar para Rusia y Ucrania en la guerra. Se trata de Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano, y de Christian D. Villanueva, director de la revista Ejércitos.
¿Un sacrificio justificado?
Ambos consideran que el valor estratégico no justifica a priori el esfuerzo material y humano que los bandos están poniendo en Bajmut. “Llevan meses sin conseguir nada, e incluso si consiguieran ocuparla, verían que a partir de ahí no hay nada”, dice Arteaga. “Ucrania no se va a retirar 50 kilómetros al oeste, incluso aunque perdiese, se retiraría apenas unos kilómetros”, puntualiza Villanueva, que también apunta al otro bando: “Incluso dentro de las propias fuerzas armadas ucranianas hay voces contrarias a aguantar a toda costa”.