Aproximadamente el 70% de los pacientes con vértigo mejoran con un tratamiento médico y dietético adecuado. Cuando no es así, se realiza un tratamiento con gentamicina intratimpánica.Los síntomas habituales del vértigo son la sensación de giro de objetos, inestabilidad, incapacidad para realizar actividades normales y náuseas.Cuando ocurre una crisis de vértigo, el paciente se encuentra en una situación muy incapacitante y requiere tratamiento médico inmediato.
- El vértigo periférico es el causado por la afectación del laberinto (oído interno) y nervio vestibular (el que lleva la información del equilibrio desde el oído interno al cerebro), y es el más frecuente. Los pacientes suelen presentar además pérdida de audición y zumbidos, presión y dolor en el oído.
- El vértigo central es debido a la alteración de los mecanismos neurológicos del propio sistema vestibular. En estos casos es frecuente la existencia de alteraciones de la marcha y postura con inestabilidad muy llamativa, visión doble, problemas para la deglución, cefalea intensa, etc.
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Se presta especial atención a la limitación que el vértigo genera para el desarrollo de actividades diarias de la vida del paciente, intentando valorar y determinar el grado de discapacidad que la enfermedad produce para el paciente y su familia.
La exploración se realiza a continuación y consiste en una minuciosa exploración otorrinolaringológica que abarca oído, fosas nasales, nasofaringe, cavidad oral y laringe.
El objetivo no es sólo explorar su conformación, sino valorar detenidamente la función dependiente de ciertos pares craneales (nervios craneales), que pueden dar información importante para la diferenciación entre un vértigo central y periférico.
Cuando el cuidado de la alimentación no resulta efectivo, hay que acudir al tratamiento médico.
Existen diversos fármacos que se indican según las características del paciente:
- Diuréticos: al eliminar agua, se reduce la cantidad existente en el oído interno, para poder reducir la sensación de vértigo. De esta manera, mejora la audición y desaparece el resto de los síntomas.
- Betahistina: es un fármaco de mucha eficacia cuyo efecto es aumentar la circulación en el oído interno y reducir la excitabilidad de las neuronas vestibulares sin somnolencia. El recambio de líquido es más rápido y el acúmulo, menor.
- Otros, como los antagonistas del calcio y los protectores celulares frente a agentes tóxicos locales (trimetazidina), resultan de gran importancia en el mecanismo implicado en el desarrollo de enfermedades con vértigo, pérdida de audición y acúfenos.