Las proyecciones de crecimiento para el sector minero peruano empiezan a ser revisadas a la baja producto de las protestas y bloqueos en contra del arresto del presidente Pedro Castillo y su reemplazo por Dina Boluarte.
El conflicto, iniciado a mediados de diciembre, no ha mostrado señales de amainar y ha afectado la movilización de mercancías y personas a lo largo del territorio, especialmente en el sector minero.
Las tres minas de la zona del Corredor Minero Sur —Las Bambas, de la compañía de capitales chinos MMG; Antapaccay, de Glencore; y Constancia, de Hudbay— no pueden transportar sus concentrados de cobre desde inicios de enero debido a los cortes de carreteras, lo que limita además la capacidad de llevar suministros a los campamentos mineros. A ello se suman ataques injustificados a las operaciones. Esta situación ha hecho que Las Bambas y Antapaccay suspendan sus operaciones, medida que afectará el volumen producido de metal rojo este 2023.
“Prevemos que como resultado de estas protestas alrededor de 1% de la producción nacional de cobre se ha visto comprometida y que la inversión minera tiene riesgos de desacelerarse aún más”, indicó el área de estudios económicos local del banco canadiense Scotiabank en su reporte semanal.
A causa del conflicto, Scotiabank redujo su estimado de crecimiento de la producción de 12% a 11% para el metal rojo este año.
“Sin embargo, podríamos ver escenarios parecidos para lo que queda del año, por lo que no descartamos volver a reducir nuestras proyecciones si se mantiene este clima de conflictividad”, agregó.
Entre enero y noviembre, la producción de cobre creció 3,4% frente a igual período de 2021, a 2,2 millones de toneladas (Mt). Se espera que el volumen de todo 2022 oscile entre 2,7Mt y 2,8Mt.
El área de estudios económicos BBVA Research va en la misma línea que Scotiabank. “Estamos revisando las proyecciones dado el contexto de convulsión social y sus implicancias económicas; en particular, para el sector minero. En este momento hay mucha incertidumbre, lo que reduce la visibilidad”, dijo a BNamericas su jefe de investigación, Hugo Perea.
Añadió que el área de investigación está pronta a publicar un informe sobre el sector minero en que se analizará el nuevo escenario.
MÁS ALLÁ DEL COBRE
La producción cuprífera no ha sido la única afectada por los bloqueos. San Rafael, yacimiento de estaño en la región sureña Puno y propiedad de Minsur, suspendió sus operaciones el 12 de enero.
“Dado que la mina se encuentra cerrada y considerando los niveles de producción de enero-noviembre de 2022, por cada día la minera deja de producir 77t de estaño, lo cual representaría el 0,3% de la producción anual”, calcula Scotiabank.
Asimismo, se registraron hace poco incendios en operaciones del productor de oro Anabi en las regiones Cusco y Apurímac.
Por el momento no parece haber una solución efectiva para mediar el conflicto en el corto plazo. La semana pasada, las protestas llegaron a Lima. La Policía arrestó a cientos de personas tras usar gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que arrojaban botellas y piedras.
Además del Corredor Minero Sur, se han tomado otras carreteras del país y hay más de 100 vías interrumpidas o con acceso restringido.
La situación, por tanto, no es buena para un sector minero que intenta intensificar la producción comenzando la construcción de grandes proyectos entre este y el próximo año. Si a causa del conflicto estos se retrasan, la inversión minera caería 20% este 2023, advirtió Scotiabank.
