El ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo del Castillo.
Bolivia rechaza las acusaciones de Boluarte de enviar municiones a Perú y resalta violaciones de derechos humanos por la mandataria peruana.
La presidenta transitoria de Perú, Dina Boluarte, dijo el martes que su gobierno habría recibido “información extraoficial” que indica que algunas de las muertes en las protestas fueron producto de impactos de balas ‘dum dum’, advirtiendo que ese tipo de armamento podría haber ingresado por la frontera de Bolivia.
De hecho, denunció que el grupo indígena Ponchos Rojos estaría implicado en el ingreso de armas y municiones.
“No existe un desvío de armas desde el Estado plurinacional de Bolivia hacia la República de Perú. Esa versión falta totalmente a la verdad”, declaró el jueves el ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo del Castillo.
El titular alertó de la violencia durante las protestas en Perú y la “flagrante vulneración de los derechos humanos” por el Gobierno de Boluarte, tachando las acusaciones de la presidenta de una “cortina de humo” para “ocultar” esa situación.
La presidenta interina de Perú avisa que se está individualizando a “malos ciudadanos” que buscan quebrar el estado de derecho para castigarlos con el peso de la ley.
¿Cómo inició la tensión Perú-Bolivia?
Desde que el presidente boliviano, Luis Arce, destacara “la lucha del pueblo” por “recuperar la democracia” en referencia a las protestas en Perú, Boluarte ha venido acusando a Bolivia de injerencias.
No obstante, las autoridades bolivianas han reiterado que no pueden silenciarse ante la situación crítica en Perú; ya han muerto 57 personas, según la Defensoría del Pueblo, desde el inicio de las protestas tras la destitución del expresidente Pedro Castillo.
Asimismo, el Congreso de Perú declaró el jueves persona non grata al expresidente boliviano Evo Morales por criticar las políticas represivas de Boluarte.
Ya el pasado 9 de enero, el Ministerio del Interior de Perú, por pedido de la presidenta del país, prohibió la entrada de Morales y de otros ocho bolivianos.