La subida de las temperaturas en el planeta puede impulsar una mayor proliferación de termitas y del volumen de madera que destruyen, con la consiguiente liberación de grandes cantidades de dióxido de carbono, que es uno de los gases causantes del “efecto invernadero”, afirma un estudio científico en el que ha participado la Universidad Internacional de Florida (FIU).
En la investigación de este “círculo vicioso” (cambio climático-termitas-temperaturas más altas), como lo denomina el biólogo de FIU Óscar Valverde-Barrantes, se comprobó que “las termitas hacen diez veces más rápida la descomposición de la masa de madera”.
“Realmente comprobamos que las termitas actúan como un acelerador del proceso de descomposición de la madera” de pino que se utilizó como “cedazo” en cada uno de los 133 lugares ubicados en seis continentes donde se llevó a cabo el experimento de dos años de duración, dijo Valverde-Barrantes.
En el caso de Florida, el biólogo de la FIU situó en zonas del humedal de los Everglades y en los Cayos, en el extremo sur del estado, múltiples bolsas con trozos de madera de pino dentro, unas cerradas que mantenían la humedad y otras con pequeños agujeros de 3 mm de diámetro para permitir la entrada de i
Dos años después se realizaron las mediciones sobre el efecto del clima en la descomposición de la madera en los lugares de observación.
Una vez recogidas todas las bolsas y examinadas las condiciones de la madera, los expertos encontraron que “más del 50 % de la madera que estaba en bolsas con agujeros fue colonizada” por las termitas.
No sólo eso, la investigación reveló que las termitas, que prosperan más en los climas cálidos que en los fríos, “hacen diez veces más rápida la descomposición de la masa de madera”, destaca el académico.
Una primera conclusión que se extrae es que las termitas “aceleran mucho el proceso” de descomposición de la madera colonizada, en comparación con la biomasa que no estuvo expuesta a estos insectos.
Las proyecciones del estudio, publicado en la revista Science, indican que, para finales del siglo XXI, las termitas podrían colonizar hasta un 30 % más de su tasa actual en zonas templadas, con la consiguiente liberación de mayor CO2 a la atmósfera.
“Esta tendencia a acumular más CO2 en la atmósfera puede generar un efecto estufa (invernadero) más alto”, apostilló Valverde-Barrantes, quien recomendó “considerar las variables de las termitas en los modelos existentes”, algo que todavía no se hace, para medir cómo la expansión de estos insectos puede acelerar el calentamiento global.
El biólogo, experto también en microbiología y evolución, resaltó como un asunto de gran interés personal y profesional examinar, de cara al futuro, “el proceso de descomposición en esas áreas en particular” de Florida, ya que allí, además de termitas colonizando la madera, hallaron escarabajos, hormigas y otros insectos.
“Hay otros actores que no estamos incluyendo todavía en los estudios sobre la descomposición de la madera, tales como la parte microbiana y otros insectos”, puntualizó Apunta el estudio que solo un pequeño porcentaje de las poblaciones de estos insectos consumen madera de los edificios, la gran mayoría “destruye restos de madera en los bosques tropicales y subtropicales”.
Por ello, “si el mundo se vuelve más tropical, las termitas podrían ser un factor coadyuvante para “temperaturas globales más cálidas”, una potencial amenaza para la aceleración del calentamiento global sobre la que se requieren todavía más amplios estudios y modelos de proyección, reconoció el científico.
Pero la conclusión de este estudio debe impulsar, a juicio de biólogo, a la creación de nuevos modelos que incluyan de qué manera “con un aumento de la temperatura se expande el hábitat de las termitas y la descomposición de la masa de madera en esas zonas”.