El seísmo de magnitud 7,8 golpeó el sur de Turquía, donde fue el epicentro, mientras que sacudió el noroeste de Siria con 7,8 de magnitud. El número de muertes asciende a 31 643 en Turquía y a 3688 en Siria, aunque las cifras oficiales no se han actualizado desde hace tres días.
Numerosos países, incluido Irán, han brindado ayuda a las víctimas del sismo en Siria, en medio de las sanciones ilegales impuestas por Estados Unidos y sus aliados occidentales al país levantino.
Los embargos obstaculizan que la ayuda llegue a Siria. La llamada ley “César” hace que sea ilegal para la mayoría de los países enviar ayuda humanitaria a la Siria devastada además por una guerra de 12 años.
La ley del César obstaculiza los esfuerzos humanitarios en Siria
El expresidente de Estados Unidos Donald Trump firmó el estatuto César el 20 de diciembre de 2019. Esta ley otorga a Washington el derecho de imponer sanciones a organizaciones e individuos que brinden apoyo directo o indirecto al pueblo sirio. Asimismo, prohíbe la provisión de “equipos médicos, ayuda humanitaria y equipos de búsqueda y rescate”.
El-Mostafa Benlamli, coordinador residente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y coordinador humanitario para Siria, denuncia que las sanciones impuestas a Siria impiden los esfuerzos humanitarios.
La situación de los sirios tras el movimiento telúrico es sumamente difícil y las necesidades son inmensas, remarcó Benlamli durante una entrevista concedida a la agencia oficial siria de noticias SANA. Pidió que “no se politicen el tema humanitario” para ayudar a los afectados sirios en el terremoto.
Afirmó que Naciones Unidas se esfuerza por dar a conocer al mundo cuánto sufre el pueblo sirio debido a las sanciones y cómo estas medidas ilegales obstaculizan los esfuerzos humanitarios y dificultan la obtención de ayuda financiera para las víctimas del terremoto.
¿Las sanciones obstruyen la entrega de ayuda a Siria?
La mayoría de las zonas de Siria está bajo el control de Damasco, mientras que las fuerzas kurdas respaldadas por Estados Unidos controlan el noreste y el noroeste, hogar de unos cuatro millones de desplazados internos, los más afectados por el terremoto, donde también hay presencia terrorista.
Debido a la devastación del potente seísmo, algunas organizaciones de ayuda, incluida la Media Luna Roja Árabe Siria con sede en Damasco, han pedido que se levanten las sanciones contra el Gobierno del presidente Bashar al-Asad.
El ministro de Relaciones Exteriores sirio, Faisal Mekdad, denunció que las sanciones contra Siria “han empeorado el desastre”.
Escasez de equipos de rescate en Siria
El número de equipos de rescate en Siria es pequeño en comparación con el desplazado en Turquía. Solo aliados como Irán están brindando ayuda humanitaria a los sirios
No hay suficientes equipos, la maquinaria no es suficiente, los equipos de rescate no son suficientes. Los civiles levantaban piedras, hormigón, con las manos para poder salvar a las personas que aún pueden estar atrapadas debajo de los escombros de sus casas o de los edificios que se han caído y, por supuesto, tampoco es suficiente.
Cuantos más días pasan, el frío, la lluvia, la deshidratación disminuyen mucho la probabilidad de encontrar gente con vida.
¿Cómo se describe la vida de los sirios tras el terremoto?
12 años en guerra y ahora dos terremotos devastadores en el norte del país demuestran que la situación es dramática, muy complicada. La población civil tras más de una década de guerra contra el terrorismo estaba ya en una situación muy vulnerable. Además, el sismo cayó como un martillazo para los desplazados sirios.
El nivel de destrucción dentro de Siria ha sido severo. Cientos de casas se derrumbaron, y esto provocó se sumarán más desplazamiento a los repetitivos que ha habido por la guerra.
La ayuda humanitaria está tardando mucho, todavía hay gente sin albergue y centros médicos sin medicamentos. Los recursos dentro de Siria son insuficientes para satisfacer todas estas necesidades.
Los desplazados viven en condiciones insalubres. Casi no hay acceso al agua potable en los campos de refugiados, donde la situación ya difícil, sin duda, se verá agravada por la llegada de los desplazados por el terremoto.
