De acuerdo a especialistas, la formación y acercamiento de los operadores mineros a estas nuevas maquinarias son cruciales para la correcta productividad de las operaciones.
A medida que la tecnología avanza a un ritmo acelerado en el sector minero, aumenta la necesidad de trabajadores formados en el mantenimiento de vehículos eléctricos de batería (BEV).
Pero en la transición de sus flotas de diesel a BEVs, las empresas deben ser conscientes de hacerlo de forma segura y estratégica, señaló Brandon Vance, que presta servicios de asesoramiento con NORCAT en Sudbury.
“El mercado de los BEV en el sector minero está creciendo rápidamente; ahora que es una tecnología probada, está llevando a muchas empresas a acelerar su adopción”, dijo Vance durante una conferencia el 9 de febrero sobre la seguridad de los vehículos eléctricos a batería en las minas, organizada por Workplace Safety North en Sudbury.
“Es algo que no podemos precipitar ni forzar. Tiene que haber un buen plan para implantarlo correctamente y que tenga éxito”.
Gran parte de ese plan consiste en formar adecuadamente a los trabajadores, y para ello será necesaria la cooperación de los socios educativos, los centros de formación y la industria, dijo Vance.
Dado que los BEV son todavía relativamente nuevos en la minería, los formadores carecen de experiencia y no existen normas de formación, lo que agrava el problema.
Toda nueva formación en mantenimiento de BEV debe tener en cuenta dos grupos de alumnos: los trabajadores formados en mantenimiento de equipos pesados que están aprendiendo a adaptarse a la tecnología de baterías eléctricas, y los nuevos alumnos que aprenden por primera vez sobre mantenimiento de vehículos industriales.
Cualquier formación que una empresa ofrezca a sus trabajadores debe adaptarse también a las especificaciones del fabricante, añadió, porque “habrá diferencias entre los fabricantes y entre los distintos modelos”.
Al reciclar a los trabajadores, éstos deben conocer los peligros asociados al uso de baterías, como incendios, descargas eléctricas, arcos voltaicos y sistemas de carga, peligros que conllevan una terminología propia de la que no tenían que preocuparse con la maquinaria diésel.
Incluso si no se es operador o persona de mantenimiento, Vance sugirió que cualquiera que trabaje bajo tierra debería recibir un curso general sobre los BEV, ya que introducen nuevos retos y peligros en una mina.
Los BEV funcionan de forma más silenciosa, por ejemplo, y esto podría crear un mayor riesgo de incidentes en los que los trabajadores pudieran ser golpeados por un vehículo, señaló. Eso puede exigir que la empresa desarrolle nuevos protocolos de comunicación para todo el mundo bajo tierra.
“Creo que un curso de concienciación sobre BEV va a ser fundamental para cualquiera que vaya a trabajar bajo tierra a medida que esto se vaya generalizando en los tiempos modernos”, afirmó.
Por otra parte, los nuevos trabajadores parten de “cero”, ya que aprenden procedimientos y protocolos por primera vez, añadió.
Vance cree que se trata de una excelente oportunidad para introducir la formación sobre BEV en el tronco común de la formación que los trabajadores mineros deben haber completado antes de entrar en la mina.
Fuente: Northern Ontario Business
