Tras conocerse este jueves que el mandatario francés, Emmanuel Macron, aprobó la polémica reforma con la que eleva la edad de jubilación de los 62 a los 64 años, pasando por encima de la Asamblea Nacional, miles de personas se manifestaron en varios puntos de la capital gala, París, incluido frente a la sede parlamentaria.
La policía lanzó gases lacrimógenos y usó cañones de agua contra la manifestación en la Plaza de la Concordia, en el centro de París, donde se congregaron al menos 7000 personas. Asimismo, otros miles de personas se agolparon en las inmediaciones de la sede parlamentaria, donde incluso prendieron fuego mientras gritaban contra el Ejecutivo y pedían iniciar una huelga general. Medios reportan más de 200 detenciones.
Por su parte, los principales sindicatos del país han anunciado una nueva gran jornada de paros y manifestaciones para el próximo jueves 23 de marzo, que se suma a las que se vienen sucediendo en las últimas semanas para protestar contra esta reforma.
Entre tanto, en el interior del Parlamento, diputados de la izquierda rechazaron la medida de Macron y anunciaron que someterán al Gobierno a una moción de censura, como último recurso al que los detractores del proyecto pueden hacer uso para impedir la aprobación de la reforma. Los diputados deberán obtener una mayoría para hacerla una realidad.
El presidente Macron, tras una reunión de gabinete, activó el Artículo 49.3 de la Constitución francesa —que hace posible que se adopte un texto sin el voto de los diputados— con el fin de aprobar la reforma de pensiones, minutos antes de una votación programada en la Asamblea Nacional.
