En una ceremonia en la plaza de San Jorge, en la localidad de Sombor, donde el 24 de marzo de 1999 cayó la primera bomba de la OTAN sobre territorio serbio, Aleksandar Vucic acusó al brazo armado de Occidente de haber provocado la muerte indiscriminada de miles de serbios.
El bombardeo de la OTAN contra Serbia mató a 2.500 personas, incluyendo 87 menores de edad, y causó pérdidas económicas millonarias calculadas en 100.000 millones de dólares. El uso de proyectiles con uranio empobrecido también causó que se disparara el número de pacientes con cáncer, según las cifras oficiales del Gobierno serbio.
“Han pasado 24 años desde que arrancaron una parte de nuestro país, matando niños y civiles, militares y policías. ¿De dónde obtuvieron el derecho de matar a nuestros militares y policías? ¿Quién les dio derecho?, cuestionó Vucic en la ceremonia, refiriéndose a la OTAN.
A la conmemoración también acudieron la primera ministra del país, Ana Brnabic, el copresidente serbio de Bosnia Herzegovina, Milorad Dodik, así como patriarcas religiosos y otros miembros del Gabinete serbio.
“Desde entonces [el bombardeo de 1999], nada de lo que pasa en el mundo puede ser peor que lo que le hicieron a un pequeño país, cuyo único defecto fue que quería ser dueño de su propia tierra, ser libre, libertario, y eso no era del agrado de los que en 1989 y 1990 derribaron el viejo orden mundial y crearon uno nuevo, en el que son los únicos que deciden todo”, aseveró el presidente de Serbia.
“Mi mensaje para ustedes es que queremos paz, no queremos ningún conflicto, ni con la OTAN ni con nadie, pero protegeremos a nuestro país. Y cuando les digamos cuáles son nuestras líneas rojas, no nos presionen más porque entonces obtendrán una respuesta de la orgullosa, digna y heroica Serbia. Y nuestra respuesta es: nunca daremos a Serbia”, afirmó Vucic.
El dirigente serbio también acusó a la OTAN de haber mentido para justificar el ataque contra Serbia, con el argumento de que había un desastre humanitario en curso.
“No previnieron ninguna catástrofe humanitaria, armaron a grupos rebeldes en una nación libre y soberana que no ha cruzado al territorio de otro Estado ni por una pulgada, ni por un dedo”, subrayó el presidente serbio.
De acuerdo con Vucic, cuando la OTAN se dio cuenta de que no tendría la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU, decidieron atacar sin el consentimiento del organismo internacional.
En 1999, una confrontación armada entre separatistas albaneses del Ejército de Liberación de Kosovo y el Ejército serbio derivó en el bombardeo de la entonces República Federal Socialista de Yugoslavia, que incluía Serbia y Montenegro, por parte de las fuerzas de la OTAN.
La operación se llevó a cabo sin el consentimiento del Consejo de Seguridad de la ONU y bajo el argumento de los países occidentales de que supuestamente Serbia estaba llevando a cabo una limpieza étnica de población albano-kosovar. Los bombardeos de la OTAN continuaron durante 78 días, hasta el 10 de junio de 1999.