El Congreso de EE UU arremete contra la red social por considerar que amenaza la seguridad nacional
Los legisladores estadounidenses consideran que TikTok es un problema. Sin embargo, el ataque bipartidista a la aplicación de vídeos de formato corto, propiedad de ByteDance, con sede en China, en realidad pone de relieve dos dificultades diferentes, y cada una, a su vez, destapa una caja de Pandora mucho más grande.
Un comité de congresistas de la Cámara de Representantes interrogó el jueves al consejero delegado de TikTok, Shou Zi Chew, sobre varios temas como la salud mental de los adolescentes, las protecciones legales para las aplicaciones de redes sociales, las ventas de fentanilo y la censura de contenido relacionado con el trato de China a los uigures (etnia mayoritariamente musulmana).
Fue una comparecencia hostil; un miembro comparó a Chew con Mark Zuckerberg, de Meta, y citó las “respuestas vagas” del fundador de Facebook durante sus propias comparecencias en el Capitolio.
La razón principal de la comparecencia de Chew es que el Gobierno del presidente Joe Biden, y muchos en el Congreso, piensan que el respaldo financiero chino a TikTok lo convierte en una herramienta peligrosa de la República Popular. La presidenta del comité, Cathy McMorris Rodgers, acusó a TikTok de recopilar datos biométricos y manipular la información que ven los usuarios. Pero el ataque a TikTok es confuso. Algunos políticos se centran en su recopilación de datos; otros en las ideas que permite difundir. Y son cosas diferentes.
En cuanto a la primera, los datos, TikTok no es el único que posiblemente recaba información de los consumidores al tiempo que mantiene vínculos estrechos con China. En ese sentido, la empresa de moda rápida Shein, que trata de recaudar 2.000 millones de dólares en una oferta pública de venta de acciones, es también una preocupación. También lo es el servicio de comercio electrónico Temu de PDD, la octava aplicación de compras más descargada el año pasado, según Apptopia. CapCut, una herramienta de edición de vídeo propiedad de ByteDance, también cerraba esa lista. ¿Son los datos de ubicación más sensibles que el historial de compras o lo que ve un usuario? No parece que los legisladores se decidan.
Y luego está la influencia de TikTok en cómo piensan los estadounidenses. Como es una red social, podría ser una herramienta de propaganda en determinadas manos. Pero también podrían serlo sus rivales estadounidenses. Twitter, Facebook e Instagram de Meta, y YouTube de Alphabet han sido señalados por albergar campañas de desinformación. El hecho de tener una matriz china teóricamente podría hacer que TikTok sea propenso a la presión política. Sin embargo, también lo sería tener fábricas y grupos de clientes fundamentales en China. Con esa lógica, la mayor parte del sector tecnológico estadounidense estaría bajo sospecha.
No es malo vigilar a TikTok por la privacidad y la persuasión, pero es una distracción que impide centrarse en temas más importantes, que requieren más reflexión y más recursos de los que el Congreso actualmente parece dispuesto a dar.