Mudo Social – Noticias del Perú
Economía

MINERÍA BICENTENARIA

¿Qué le ha dado la actividad extractiva al país? ¿Qué más le puede dar?

¿Los hilos de la historia los mueven los medios de producción de cada época y no las personas? Hay quienes afirman esto y, de ser así, el Perú moderno es hoy consecuencia de una marcada apuesta por las inversiones extractivas. América ha sido siempre un reino de riquezas aprovechadas (y en algunos casos birladas) por distintos pueblos e imperios para diversos fines. Hernán Cortés reveló para España, en 1519, la fabulosa magnitud del tesoro azteca de Moctezuma, y quince años después llegó a Sevilla el gigantesco rescate, un aposento lleno de oro y dos de plata, que Francisco Pizarro hizo pagar al inca Atahualpa antes de estrangularlo. Lograda la independencia, el Perú, es cierto, nació en inestabilidad. Perú fue liberado por extranjeros y no por sus propios hijos. Nuestro país, más que obtener la independencia, le fue esta concedida. En una durísima apreciación de José de la Riva Agüero de aquella época y dirigida a José de San Martín, según relata John Lynch en su libro San Martín. Soldado argentino. Héroe americano, leemos: «Los de la clase alta aunque desean la independencia no darán sin embargo ni un paso para lograrlo o secundarla, pues como tienen a sus padres empleados o son mayorazgos, o son hacendados, no se afanan mucho por mudar de existencia política, respecto a que viven con desahogo bajo el actual gobierno. Los de la clase media que son muchos no harán nada tampoco activamente hasta que no vengan los libertadores y les pongan las armas en la mano, su patriotismo solo sirve para regar noticias, copiar papeles de los independientes, formar proclamas etc., levantar muchas mentiras que incomodan al gobierno y nada más. Los de la clase baja que comprende este pueblo, para nada sirven ni son capaces de ninguna revolución. En una palabra, no hay que esperar ningún movimiento que favorezca a los del ejército protector de esta capital».

Escribieron Heraclio Bonilla y Karen Spalding que la ruptura política de España, conseguida por la decidida y eficaz intervención de los ejércitos del Sur (José de San Martín) y del Norte (Simón Bolívar) no significó en manera alguna la quiebra del ordenamiento económico y social de carácter colonial que continuó vigente hasta el ocaso del siglo XIX. Luego, el vizconde Chateaubriand, ministro de asuntos extranjeros de Francia bajo el reinado de Luis XVIII, escribía con despecho: «En el momento de la emancipación, las colonias españolas se volvieron una especie de colonias inglesas». Pero el final del siglo XX y más aún el principio del XXI dan cuenta de otras eras, respaldadas en una economía de mercado abierta, consumista, cosmopolita y occidental. Perú, decíamos, nació en inestabilidad pero siempre fue commodity. Hoy la gran riqueza minera del país es aprovechada a media marcha, no con todas sus posibilidades, a pesar de sus contrastables, cuantificables, verificables beneficios. Perú llega a su bicentenario, qué cosas, en inestabilidad pero no mendigo. En los últimos diez años, la minería ha impulsado en promedio aproximadamente el 10% del PBI nacional, contribuido con el 60% de las exportaciones nacionales y representado el 23% en la inversión extranjera directa. 

La minería siempre ha estado vigente en el Perú, solo que ha ganado más importancia en estos tiempos por los actuales abultados capitales que necesita para hacerse bien y como la legislación ambiental exige. El reconocido historiador peruano Jorge Basadre, en uno de sus textos, afirma que la minería en el país tuvo «sus grandes propulsores a veces heroicos como Eulogio Fernandini, Antenor Rizo Patrón, Lizandro Proaño, Manuel Mujica y Carassa, Ricardo Bentín, Pedro de Osma, Severino Marcionelli, Fermín Málaga Santolalla; pero se desarrolló a lo largo de las tres primeras décadas del siglo XX casi siempre en sus grandes explotaciones bajo el predominio del capital extranjero». Revela luego que en la región central, la Cerro de Pasco Copper Corporation resultó la dueña de la propiedad minera, e hizo valiosas inversiones no sólo en minas sino también en ferrocarriles, haciendas ganaderas e infraestructura vial, cambiando la fisonomía de la región: «Un contrato de transporte entre la Peruvian Corporation, propietaria del ferrocarril central, y la Cerro de Pasco, suscrito en 1909, benefició a la empresa minera pero no a otros productores o a la agricultura y la ganadería, especialmente los pequeños propietarios, con daño para el mercado interno, ante la pasividad del Estado». Pasadas tantas décadas, el problema sigue siendo el mismo: una industria minera pujante, creadora de riqueza monetaria, y un Estado ausente. En la última década, la actividad extractiva ha generado recursos económicos para las regiones (canon y regalías mineras, así como derecho de vigencia y penalidad) cuantificados en más de S/42,000 millones. ¿Pero cuál es la opinión de algunos de los más importantes representantes de la industria en el Perú? Energiminas consultó con algunos de ellos.

GENERACIÓN DE CONOCIMIENTO
OSCAR GONZÁLEZ ROCHA, PRESIDENTE EJECUTIVO DE SOUTHERN PERÚ

¿Qué le ha dado la minería formal y moderna al Perú en las últimas décadas?
El impacto social de la minería formal ha sido muy significativo, generando puestos de trabajo para más de 200,000 peruanos e indirectamente otros 1.4 millones de puestos de trabajo para las empresas que brindan servicios o proporcionan insumos o productos para el sostenimiento de la actividad minera. De igual manera, al generarse nuevos puestos de trabajo se está sacando a una familia de la pobreza y se le brinda a las nuevas generaciones la posibilidad de brindarles una educación de calidad que les permita avanzar aún más y tener la capacidad para innovar e inclusive diseñar un nuevo emprendimiento, a eso denominamos valor social y productivo. Asimismo, la actividad minera representa una gran oportunidad para el estado en sus diferentes niveles de gobierno, municipales y regionales, se ha contribuido con 90 mil millones de soles, de los cuales, 40 mil millones de soles han llegado al interior del país por concepto de Canon, tan solo durante la última década.

También, la minería ha incorporado tecnología de punta amigable al ambiente y lo seguirá haciendo porque quien no se moderniza no consigue créditos y su proceso productivo resulta siendo más costoso, por lo tanto, saliendo del mercado. La presencia de la actividad minera también ha puesto en valor recursos que antes no se conocían, generando una actividad económica rentable y de largo plazo, lo que permite integrar más poblaciones, fortalecer el sistema vial, de comunicaciones y conductividad, de manera descentralizada y por encima de los 3,500 msnm.

¿Cuáles cree que deben ser los objetivos a los que debe apuntar tanto el país como la industria al 2030?
Primero poner en valor los yacimientos ya descubiertos, así como ejecutar los proyectos de ampliación de las actuales operaciones y que se estima alcanzan aproximadamente los $58 mil millones de dólares. Segundo, generar miles de puestos de trabajo para reducir y acabar con la pobreza, principalmente con la pobreza extrema. Tercero, fortalecer la industria local al generarse un mercado de consumo de largo plazo y seguir aportando recursos económicos para que el estado pueda financiar el cierre de las brechas sociales. Cuarto, promover la generación de conocimiento mediante el canon minero que también llega a las universidades públicas a nivel nacional, porque sólo con una educación de calidad se hace investigación, se logran conocimientos, que luego se convierten en innovaciones tecnológicas que satisfacen la demanda de la sociedad y garantizan el desarrollo sostenible del Perú.

 

INVESTIGACIÓN Y CIENCIA
CARLOS GÁLVEZ, EXPRESIDENTE DE LA SOCIEDAD NACIONAL DE MINERÍA, PETRÓLEO Y ENERGÍA

¿Qué le ha dado la minería formal y moderna al Perú en las últimas décadas?
La minería formal y moderna le ha dado al Perú un amplio descubrimiento de reservas, inversiones por más de US$60,000 millones, cientos de miles de puestos de trabajo durante la construcción, gran aporte a la ciencia, tecnología e innovación, llevándonos a competir en ese campo en «las grandes ligas» del mundo, decenas de miles de millones de soles para el desarrollo de proyectos de mejora del Índice de Desarrollo Humano en las regiones mineras, S/40,000 millones solo en la última década, la hazaña de convertirnos en el segundo productor de cobre del mundo y generar las condiciones para competir por ser el primero, así como lograr una posición importante en todos los otros metales.

 

¿Cuáles cree que deben ser los objetivos a los que debe apuntar tanto el país como la industria al 2030?
Nuestra mirada al 2030 debe ser llevar adelante nuestro portafolio de proyectos, impulsar las exploraciones y hacer del sector minero el punto de apoyo para el desarrollo de investigación, ciencia y tecnología, con la visión de avanzar en la educación requerida y ser un jugador de nivel mundial en desarrollo del conocimiento al 2050, tal como lo planteamos en el PERUMIN 2019.

DESARROLLO
LUIS RIVERA, VICEPRESIDENTE EJECUTIVO PARA LAS AMÉRICAS DE GOLD FIELDS

¿Qué le ha dado la minería formal y moderna al Perú en las últimas décadas?
El principal aporte de la minería formal al país es la generación de desarrollo en lugares en donde el Estado ha estado ausente o con muy poca presencia. Asimismo, el sector minero es uno de los principales motores del crecimiento económico del país. Según estadísticas del BCR, en los últimos cinco años el sector minero e hidrocarburos ha contribuido con el 13% del PBI. El sector minero debe ser visto como un socio estratégico del país, que ha demostrado una buena convivencia con otras actividades económicas del país.

¿Cuáles cree que deben ser los objetivos a los que debe apuntar tanto el país como la industria al 2030?
Como país tenemos la gran obligación de unirnos, sumar esfuerzos desde todos los frentes para buscar el desarrollo del país.

Como sector algunos de los principales retos que tenemos es continuar promoviendo el desarrollo integral del país, principalmente en las comunidades donde operamos, promoviendo la responsabilidad social y el valor compartido para que juntos, podamos lograr un desarrollo sostenible.

Asimismo, la minería debe continuar siendo ambientalmente sostenible, pues ha demostrado que opera con responsabilidad y altos estándares ambientales, velando por el respeto y salud de las personas y los ecosistemas para aprovechar los recursos naturales de manera responsable y sostenible.

También debemos continuar siendo una industria competitiva, que promueva la innovación en todos sus procesos, posicionándonos como un referente en seguridad ocupacional. Para ello, debemos seguir invirtiendo en disminuir las brechas de capacitación de los trabajadores, la investigación, el desarrollo e innovación en toda la cadena de valor.

Finalmente, debemos continuar operando bajo un marco de buena gobernanza y la descentralización, con la participación de todos los sectores y niveles de gobierno, sociedad organizada, comunidades y sector privado; asegurando la coordinación intersectorial, multinivel y multiactor. Así junto con el Estado, lograremos prevenir, gestionar y transformar los conflictos sociales en oportunidades de desarrollo y paz social.

BRECHAS SOCIALES
CARLOS ZÚÑIGA SILVA, GERENTE DE DESARROLLO DE NEGOCIOS DE HLC

¿Qué le ha dado la minería formal y moderna al Perú en las últimas décadas?
El sector minero juega un papel muy importante en la economía peruana, pues en los últimos 10 años a contribuido con un 10% al producto bruto interno (PBI), generando divisas e ingresos fiscales por impuestos, representa más del 50% de nuestras exportaciones, de como también empleos directos e indirectos, y la mejora del crecimiento potencial de la actividad económica. Es en la gran minería donde podemos encontrar sistemas automatizados complejos que optimizan los procesos, mantienen controlado la producción con sistemas eficientes y eficaces y mejoran el bienestar y seguridad del trabajador. Es importante recalcar que en la última encuesta mundial Mineral Commodity Summaries 2020 del Servicio Geológico de los Estados Unidos, se revela que durante el 2019 el Perú se mantuvo como el segundo productor mundial de cobre, plata y zinc, además de ubicarse en el tercer puesto en la producción de plomo, y cuarto en estaño y molibdeno.

 

Durante el 2019 nuestro país produjo 2, 455,440 TMF (toneladas métricas finas) de cobre, lo que representó el 12% de la producción mundial; mientras que la plata sumó 3,800 TMF, monto que equivale al 14% de la producción argentífera global. Asimismo, en el caso del zinc sumó 1, 404,382 TMF, significando aproximadamente el 10% de la producción total de este metal. Y en Latinoamérica, de acuerdo a esta importante publicación, nuestro país lidera el ranking de producción en diversos metales. Por ejemplo, el Perú se encuentra en el primer lugar de producción en oro, zinc, plomo y estaño; y en segundo lugar en la producción de cobre, plata y molibdeno en la región.

¿Cuáles cree que deben ser los objetivos a los que debe apuntar tanto el país como la industria al 2030?
El país debe brindar estabilidad jurídica y económica de tal manera que las reglas sean claras para incentivar inversiones en minería, y al mismo tiempo explorar nuevos yacimientos, de tal manera de hacer sostenible en el tiempo los proyectos generando ingresos al país. A través del canon minero, los gobiernos regionales tienen la posibilidad de financiar proyectos para las poblaciones más vulnerables y que son zonas de influencia de los proyectos mineros.

El Gobierno, a través del Ministerio de Energía y Minas, tiene una gran responsabilidad, pues debe promover una minería sostenible, para que las actividades se desarrollen con respeto a las comunidades y el medio ambiente, porque creemos que la minería es uno de los motores que tiene el país para generar los recursos que permitan cerrar las brechas de acceso a servicios básicos en beneficio de las poblaciones más vulnerables y avanzar hacia el desarrollo.

Por otro lado, se debe generar incentivos para que las empresas generen el I+D con la finalidad de generar competitividad, nuevos productos y servicios, desarrollar tecnología que permita resolver los problemas complejos en este sector y podamos ser pioneros en este sector a nivel mundial.

Uno de los objetivos sería alcanzar a Chile en la producción de cobre, así como mantener nuestro liderazgo en la producción de oro y plata, pero debemos ser conscientes que son recursos no renovables y que si no se invierte en exploración, el sector no será sostenible, y así el Estado no podrá realizar los proyectos de infraestructura que tanto necesita.

Otro factor importante es trabajar en brindar confianza a la población, informando que una minería formal respeta el medio ambiente y que sí es posible que puedan convivir la agricultura y minería al mismo tiempo, pues con una regulación y estándares altos de control se pueden mitigar los impactos y riesgos al medio ambiente, y Perú no es ajeno a ello.

La tecnología es un factor que ha crecido tremendamente, y con el trabajo remoto por la pandemia, ha generado que las empresas puedan dar grandes pasos hacia la digitalización. A mi entender, la tecnología BIM/VDC se convertirá en la herramienta de uso diario en la industria, y creo que hasta podría convertirse en norma, pues tanto en el sector público como privado debería ser usada de tal manera que podamos estar a la par de los grandes países; ya en Chile todos los proyectos son elaborados bajo dicho estándar.

DIÁLOGO
FIORELLA VANESSA RIVERA MADARIAGA, DIRECTORA REGIONAL DE PAÍSES ANDINOS DE EMBELLIE ADVISORY

¿Qué le ha dado la minería formal y moderna al Perú en las últimas décadas?
En las últimas décadas y a pesar del último año muy difícil debido a la crisis sanitaria global, la minería sigue siendo uno de los motores que impulsa la economía del país. La minería es una de las actividades más fiscalizadas en el Perú, ya que cuenta con leyes y normas que regulan el cuidado del medio ambiente, asimismo las compañías mineras establecen diálogo con las poblaciones que permiten la viabilidad y el desarrollo de las actividades mineras. A través de un perfil de minería formal y moderna, la minería ha representado la principal actividad exportadora y la mayor fuente de ingresos tributarios del Perú, asimismo se ha posicionado como un buen destino para inversiones mineras en América latina, lo que ha generado un incremento de recursos para la inversión pública y privada como grandes oportunidades empleo (directo, indirecto e inducido) en el país dinamizando sectores como transporte, maquinaria, entre otros.

¿Cuáles cree que deben ser los objetivos a los que debe apuntar tanto el país como la industria al 2030?
Los objetivos a los que se debe apuntar son: fortalecer el marco institucional y las capacidades técnicas específicas para la minería y mejorar sustancialmente la calidad de esas inversiones y su integración con los planes de desarrollo de los gobiernos subnacionales. Las compañías mineras procuran el diálogo y atención permanente con las poblaciones. Sin embargo, es necesario el esfuerzo conjunto e integral del Gobierno central, empresas, gobiernos regionales, locales y organizaciones ligadas a la actividad minera. Es por ello que el Estado debe apuntar a mejorar la capacidad de gestión, profundizar políticas y acciones orientadas a incidir positivamente en las expectativas y percepciones de transformación de parte de la población local y a su vez reducir la incertidumbre que el desarrollo de proyectos mineros provoca en ellas, esto a través de mayores niveles de transparencia, independencia y consulta ambientales.

INFRAESTRUCTURA PÚBLICA
TOMÁS MARTÍNEZ, CEO DE KOMATSU–MITSUI MAQUINARIAS PERÚ

¿Qué le ha dado la minería formal y moderna al Perú en las últimas décadas?
La actividad minera constituye uno de los motores principales de crecimiento del Perú, contribuyendo de manera muy importante en la matriz exportadora y jugando un rol importante en la generación de empleo. El Perú es un país minero por excelencia y ocupa un lugar importante en la producción minera metalífera mundial, y está en todos los actores, Estado y sus instituciones, empresarios y comunidades, el promover y asegurar una minería responsable.

El desarrollo de un proyecto minero debe traer consigo mejoras sustanciales en lo que es infraestructura asociada a salud y educación, infraestructura vial y ferroviaria, puertos, infraestructura eléctrica y telecomunicaciones, desarrollo de proveedores locales, entre otros. Debemos asegurarnos que este crecimiento en las zonas de influencia sea siempre ordenado y coordinado entre las comunidades vecinas, empresas y el Estado y lo más importante, sostenible en el tiempo.

¿Cuáles cree que deben ser los objetivos a los que debe apuntar tanto el país como la industria al 2030?
El Perú no puede ni debe desaprovechar la oportunidad de convertir en valor los más de us$50,000 millones que tiene en cartera de proyectos. El 2030 debiera encontrar al Perú con una capacidad de producción de cobre duplicada. Contamos con los recursos tanto geológicos como humanos, y la mejor tecnología. Hemos visto lamentablemente en los últimos años caída en la inversión en exploración. Se requiere además asegurar que los aportes económicos de las empresas al estado sean gestionados de manera eficiente. Tenemos todo para continuar esta senda de crecimiento.

Espero que las nuevas autoridades que tengan el honor de dirigir el rumbo de este país comprendan que el aporte del sector minero es clave para el crecimiento del Perú. Debemos todos los sectores trabajar en conjunto y comprometidos para que así sea.

EFECTO MULTIPLICADOR
MARIELA GARCÍA DE FABBRI, DIRECTORA GERENTE GENERAL DE FERREYCORP

¿Qué le ha dado la minería formal y moderna al Perú en las últimas décadas?

La minería formal y moderna representa un aporte fundamental para el Perú. El ingreso de compañías mineras líderes a nivel internacional ha traído a nuestro país las mejores prácticas de la industria, con estándares, tecnología y procesos de clase mundial.

Las elevadas exigencias de operación de las mineras han propiciado un círculo virtuoso entre los proveedores, quienes hemos incorporado las mejores prácticas en nuestras propias operaciones. Se trata de un impacto cultural muy importante. Por ejemplo, en nuestra corporación, a lo largo de los años que venimos acompañando a la minería, venimos realizando los máximos esfuerzos para ofrecer altos estándares de calidad, innovación y seguridad, siempre apuntando al siguiente paso en la excelencia.

Además es indiscutible el rol de la minería como dinamizador de la economía, en aspectos tan diversos como la contribución al PBI, el impacto en las exportaciones y las inversiones que recibe el país. Resalto en la misma línea su gran efecto multiplicador, abriendo oportunidades en diferentes sectores y beneficiando a gran parte de la población, aunque no todos lleguemos a ser conscientes de ello.

Su contribución se aprecia también en circunstancias excepcionales como la que vivimos hoy, en la pandemia que aún nos toca seguir afrontando, en la cual la minería demuestra ser pieza clave para dinamizar la economía. A la vez, es importante reconocer el aporte solidario que viene brindando la minería en este contexto. En esta coyuntura, las empresas del gremio minero-energético han puesto máxima energía a dotar de numerosos recursos para afrontar la crisis, tales como la provisión de oxígeno, la disposición de plantas, ventiladores, concentradores, camas hospitalarias, equipos médicos, artículos de protección y ambulancias, entre muchos otros aspectos, y el soporte logístico para el traslado de vacunas.

¿Cuáles cree que deben ser los objetivos a los que debe apuntar tanto el país como la industria al 2030?
En los próximos años la minería debe seguir siendo un aliado clave para el Perú. Hacer realidad el fomento de la inversión y el destrabe de los proyectos en cartera permitirá atraer más flujos de capital, el país obtendrá más ingresos tributarios para atender las necesidades que nuestra población exige, y se generarán nuevos puestos de trabajo, entre otros muchos beneficios que se expanden a lo largo de la cadena productiva.

La continua transformación tecnológica y la digitalización seguirán contribuyendo en los próximos años a sumar productividad y eficiencia para las empresas mineras y, al mismo tiempo, a generar más recursos para el país. Los proveedores mineros, en este contexto, continuaremos acompañando a la minería, unidos a través de los vínculos de largo plazo que caracterizan a este sector.

Los esfuerzos a realizarse y priorizarse en los próximos años no desconocen el gran reto que afronta el sector: generar un clima de amplio consenso sobre su importancia para el país. Lograrlo, entre otros aspectos, pasa por elevar la visibilidad del aporte económico de la minería y su contribución al desarrollo. La minería es de todos y para todos.

VALOR AGREGADO
JOE J. PEZO, VICEPRESIDENTE DE SERVICIOS, PERU & NORTH, SAM DE METSO OUTOTEC

¿Qué le ha dado la minería formal y moderna al Perú en las últimas décadas?

La minería es el principal driver de la economía peruana. Tiene un gran impacto fuerte dentro del PBI, es una gran fuente de trabajo directo e indirecto y ha generado producto de los impuestos diferentes polos de desarrollo. Es muy importante resaltar que nosotros siempre hemos sido un país minero desde tiempos milenarios. Basta repasar las evidencias de artefactos, artesanía e incluso textiles de las culturas pre-incas para entender la importancia del cobre, oro y plata para los antiguos peruanos, quienes aplicaron conceptos de fundición para poder tratar el cobre, por ejemplo, a través de distintos artefactos. Yo creo que desde ahí surge la importancia de la minería en el Perú y que se mantiene en la actualidad con el desarrollo y puesta en marcha de diferentes proyectos mineros, generando empleo, desarrollo de infraestructura y desarrollo económico de diferentes localidades.

Es muy sustancial mencionar que la importancia de la minería no solo se debe al empleo directo que se genera sino también al indirecto. El empleo directo no solo está orientado a temas técnicos y operativos, sino también a temas de servicios. En el Perú en los últimos 25 años ha habido una industria de servicios mineros que ha venido creciendo a una velocidad muy interesante. Solo en servicios mineros, sin contar la contribución de la inversión directa minera per sé, se están generando ventas de 500,000 millones a casi 1 billón de dólares en un buen año. Esto quiere decir, que en 5 años podría estar generando fácilmente unos 5 billones de dólares, lo que equivale a un proyecto minero de gran tamaño. Por lo tanto, la importancia de los servicios está yendo a la par del mismo desarrollo del negocio minero en el Perú.

Mucho se habla acerca del valor agregado de la minería pensando en que la única opción para agregar valor al metal que se produce es transformándolo, como en el caso del cobre, en un alambrón listo para que pueda ser usado en la industria. Sin embargo, nadie habla, por ejemplo, del desarrollo del valor agregado en las demás cadenas de la industria minera. Una de ellas está asociada a los servicios de soporte a la minería, en la que el Perú ha destacado grandemente en los últimos años; a tal punto que se ha desarrollado una serie de tecnologías y fabricación de equipos que se exportan a nivel internacional. Desafortunadamente no se menciona, no se maneja mucha data, pero si de valor agregado se trata, nosotros ya estamos generando valor agregado hace mucho tiempo.

¿Cuáles cree que deben ser los objetivos a los que debe apuntar tanto el país como la industria al 2030?

Una de las cosas que le está faltando al Perú es lograr desarrollar polos de innovación. Se habla del corredor minero del sur, donde existe un cluster geográfico natural en donde se ubican las principales mineras de cobre del país, pero no se está aprovechando ni maximizando la posibilidad de generar polos de innovación. Un polo de innovación se construye con el aporte privado y público, el privado puede venir de las mismas compañías mineras y se puede establecer metas de desarrollo e innovación mediante el fomento de incubadoras de negocio o start ups tecnológicos con un norte claro: servicios para la minería.

Si bien es cierto nosotros como país tenemos una economía primaria por la cantidad de recursos que tenemos, sin embargo solo una muy pequeña fracción del territorio peruano ha sido explorado, lo primero que hay que hacer para lograr una industria transformativa es tener suficiente capacidad de inversión, y esa capacidad se logra fomentando el desarrollo de mayor cantidad de proyectos mineros para producir oro, plata, cobre, zinc, estaño, litio; el Perú es un país polimetálico. Cometeríamos un error en copiar modelos de desarrollo tecnológico para aspirar a tener equipos y tecnología actual de los países desarrollados; lo nuestro debe ser innovar y debe ser en servicios, donde podemos diferenciarnos.

Creo que el camino del país para continuar con el crecimiento de la industria no estaría tanto en desarrollar tecnologías que otros países ya desarrollan. Desde el punto de vista de productividad e incluso de rentabilidad no sería la mejor salida. Pero sí pensaría que nuestro camino está en hacer aquello que sabemos hacer mejor. El Perú en los últimos 10 a 15 años ha sido muy bueno exportando profesionales para diferentes industrias, y algunos de ellos regresan e implementan servicios localmente. Creo que la clave para seguir creciendo tecnológicamente es continuar en esa dirección y seguir desarrollando la industria de servicios, porque, entre más eficientes seamos en ese aspecto, esto se podría convertir en una piedra angular que podría desplazar a la industria primaria y comenzar a diferenciarnos en temas más relacionados a mejorar la productividad y el desempeño de empresas en el sector minero, o relacionadas directamente con la minería. Hay profesionales, existe mercado y creo que exportar nuestros servicios sería un muy buen camino para el desarrollo de la industria en el Perú en la siguiente década; y con posibilidades inclusive de desarrollar alternativas mucho más interesantes y eficientes a nivel de producto y que pudieran ser exportables también.

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