El sueño es necesario para el buen estado físico y mental del individuo. Existe una relación bidireccional entre el sueño y la salud. Cuando una persona duerme mal durante cierto tiempo se producen alteraciones físicas y mentales que pueden derivar a enfermedad.
Contamos con una Unidad del Sueño, acreditada por la Sociedad Española del Sueño, con los últimos avances en diagnóstico y tratamiento de las alteraciones de sueño.
Falta de energía física.
Alteraciones del comportamiento.
Puede que tenga un problema de insomnio
Lo mrescos de cola, chocolate, etc.) tomados por la tarde-noche pueden producir insomnio de conciliación. El alcohol produce alteraciones del sueño con insomnio de mantenimiento (frecuentes despertares) y sueño superficiaismo ocurre cuando una persona suele tomar medicación para dormir y un día no tiene la medicación. Ese día, probablemente, no dormirá. En cuarto lugar están las causas de insomnio por circunstancias ambientales: ruidos, calor, olores, dureza del colchón, etc. El insomnio está presente mientras esas circunstancias ambientales permanecen. Existe un número reducido de casos en los que no se puede saber la causa del insomnio, éstos se llaman insomnios esenciales o funcionales y su tratamiento será sintomático, generalmente con medicación hipnótica. Este trastorno del sueño se da en una tercera parte de la población (30%), siendo más frecuente en los ancianos, las mujeres y en personas con enfermedades psiquiátricas. La mayoría de los casos de insomnio tienen un inicio agudo, coincidiendo con situaciones de estrés, y tienden a cronificarse en el 60 % de los casos debido a factores comportamentales (mala higiene del sueño) y cognitivos (ideas y temores a no dormirse) desarrollados por el episodio de insomnio. En función de la edad, la estructura y el tiempo de sueño varían. Así, el recién nacido duerme aproximadamente unas dieciocho horas, un adulto joven una media de siete-ocho horas, un anciano alrededor de seis horas y media. En el recién nacido la fase REM ocupa más del 50 % del tiempo total de sueño, en el adulto el 25 % y en el anciano el 20 %. De los 30 a los 60 años se produce una disminución lenta y gradual de la calidad y del tiempo total de sueño. A medida que avanza la edad, el sueño se vuelve más fragmentado y superficial. Algunas personas presentan cambios en la necesidad de sueño en función de las estaciones del año (más necesidad en invierno y menos en verano), en situaciones de cambio fisiológico (adolescencia o menopausia) por los cambios hormonales, y en situaciones de mucho cansancio por exceso de trabajo o de preocupaciones, que también aumentan la necesidad de sueño como una manera de recuperarse de dicho cansancio.
Durante las horas de sueño la actividad cerebral cambia y estos cambios se reflejan en diferentes ondas eléctricas registradas en el electroencefalograma. Hay dos tipos de actividad bien diferenciadas: la actividad rápida (de alta frecuencia), parecida a la que se da cuando el sujeto está despierto, que se llama sueño MOR (movimientos oculares rápidos) o paradógico; y la actividad lenta (ondas de baja frecuencia). Estos dos tipos de actividad se acompañan de cambios fisiológicos cerebrales y corporales, cuya función es la recuperación física y la reorganización mental. Durante el sueño se dan breves despertares, generalmente acompañados de movimientos físicos, cuando se pasa de la fase de actividad lenta a la de actividad rápida y viceversa. Hoy en día existen pruebas capaces de obtener registros del sueño durante toda la noche que ayudan a establecer el diagnóstico del tipo de insomnio que se padece, es la polisomnografía y otros estudios del sueño.
Consejos para dormir mejor