Perú fue clasificado como “régimen híbrido” por segundo año consecutivo en ranking de The Economist
Por segundo año consecutivo, el Índice de Democracia de la revista The Economist clasificó al Perú como un régimen híbrido. Para este ranking, todos los países del mundo son agrupados en cuatro categorías: aquellos que tienen una democracia plena, una defectuosa, un régimen híbrido y uno autoritario, sostiene Percy Medina, jefe de la Misión de Idea Internacional en el Perú.
“Un régimen híbrido es un estado entre democracia y autoritarismo. En el caso de Perú, uno de los ámbitos a medir es la cultura política y es donde estamos peor”, señala.
En el ranking, el Perú cayó dos posiciones, del puesto 75 al 77. Nuestro país continúa al nivel de gobiernos latinoamericanos como el de México, Ecuador, Honduras, Guatemala, Bolivia y El Salvador, donde acaba de ser reelecto presidente Nayib Bukele.
Solo Uruguay y Costa Rica son considerados países plenamente democráticos; mientras que Chile, Colombia, Paraguay, Argentina y Brasil están catalogados como democracias defectuosas. En cola se encuentran los gobiernos que The Economist considera como regímenes autoritarios: Haití, Cuba, Venezuela y Nicaragua.
El escenario peruano como régimen híbrido
Pero, ¿qué factores han permitido que el Perú continúe siendo considerado un régimen híbrido? Para el analista político Enzo Elguera, la citada revista toma como uno de los factores para esta denominación el discurso populista de las autoridades políticas en el país, el cual es utilizado como un “modus operandi” para maquillar la realidad y el desbalance que el país enfrenta a nivel institucional.
“Otro atributo de esta calificación también es la incertidumbre. Ahora, el hecho de que las protestas sociales (en contra del Gobierno) se prolongaran por tanto tiempo también afectó demasiado la economía regional del Perú y, por ende, la percepción internacional”, agrega.
Entre los criterios que evalúa la influyente publicación se consideran la participación política, las libertades civiles y la cultura política, entre otros. Es precisamente en el conocimiento de cómo funciona nuestro sistema político en el que el Perú mantiene uno de los puntajes más bajos del mundo, siendo superado por países como Bangladesh y Malawi.
El politólogo Fernando Tincopa sostiene que, para salir de esta situación, el Perú debería comenzar por fortalecer algunos indicadores básicos, como el de mejorar la calidad de las libertades de los ciudadanos, que está vinculada a la capacidad que tienen las personas de expresarse y hacer denuncias.
Sostiene que también es importante la mejora de los procesos electorales, donde no solo basta darle autonomía a órganos como la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), sino que su trabajo también cuente con el aval de los participantes.
“Debemos fortalecer el funcionamiento del gobierno, que está como indicador, que no solo se concibe la democracia como una participación para elegir a un gobierno cada cinco años, sino como un proceso que implica otorgar derechos y responsabilidades a los ciudadanos”, sostiene.