Una mujer a la que el sistema judicial francés consideró culpable de su divorcio por haber dejado de mantener relaciones sexuales con su marido ha ganado un recurso ante el más alto tribunal europeo de derechos humanos. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), con sede en Estrasburgo, falló este jueves a favor de una mujer francesa de 69 años, afirmando que los tribunales de Francia habían violado su derecho al respeto de la vida privada y familiar.
El caso se refería a un divorcio culposo en Francia en el que la culpa se atribuyó únicamente a la mujer, identificada sólo por las iniciales HW, por haber dejado de mantener relaciones sexuales con su marido, según la sentencia del TEDH. La mujer no impugnó el divorcio, que había solicitado en 2012, sino que se quejó de los motivos por los que se lo había concedido un tribunal francés.
Tras varias vistas judiciales a lo largo de muchos años, un tribunal de apelación francés concedió en 2019 el divorcio y dijo que el “incumplimiento continuado” de la mujer de mantener relaciones sexuales con su marido constituía un “incumplimiento grave y reiterado de los deberes y obligaciones conyugales”.
En su sentencia, el tribunal de Estrasburgo (TEDH) concluye ahora “que la existencia misma de tal obligación conyugal era contraria a la libertad sexual, (y) al derecho a disponer de su cuerpo y a la obligación positiva de prevención que pesa sobre los Estados en materia de lucha contra la violencia doméstica y sexual”.
La abogada de HW, Lilia Mhissen, dijo que la sentencia podría marcar un punto de inflexión para los derechos de la mujer en Francia y poner fin a que en futuras sentencias se culpe a las mujeres de los divorcios. “Los tribunales dejarán por fin de interpretar la legislación francesa a través del prisma del derecho canónico y de imponer a las mujeres la obligación de mantener relaciones sexuales dentro del matrimonio”, afirmó. El Gobierno francés no se ha pronunciado públicamente sobre la sentencia del TEDH.
“El matrimonio no es ni debe ser servidumbre sexual”
La mujer y su marido se casaron en 1984 y tuvieron cuatro hijos. Uno de los hijos de la pareja era discapacitado, lo que obligaba a H.W. a prestarle cuidados constantes y suponía una tensión adicional para el matrimonio, según la sentencia. La mujer declaró que había dejado de mantener relaciones sexuales a partir de 2004 por problemas de salud y malos tratos de su marido. Tras agotar todas las vías legales en Francia, HW llevó su caso ante el TEDH en 2021.
Los dos grupos de defensa de los derechos de la mujer que apoyaron su caso, Fondation des Femmes (Fundación de las Mujeres) y Collectif Féministe Contre le Viol (Colectivo Feminista Contra la Violación), afirmaron en una declaración conjunta en 2021: “El matrimonio no es ni debe ser servidumbre sexual”. La sentencia del TEDH se produce un mes después del sonado juicio por violación en masa contra Gisèle Pelicot, cuyo ahora exmarido Dominique fue condenado a 20 años de prisión por drogar y reclutar a hombres para que la violaran sin su conocimiento durante más de una década.
El juicio, en el que también se condenó a otros 50 hombres por violación, intento de violación y agresión sexual por participar en la trama de Dominique Pelicot, provocó una toma de conciencia nacional sobre la lacra de la cultura de la violación en Francia y dio pie a peticiones de medidas más duras. Esta semana, un grupo multipartidista de legisladores franceses ha declarado que el país debe modificar su legislación sobre violación para incluir el consentimiento. La ley vigente define la violación como un acto cometido contra alguien mediante “violencia, coacción, amenaza o sorpresa”, sin mencionar claramente el consentimiento.
