Este domingo 15 de enero se cumple un año del derrame de petróleo en el mar de Ventanilla, considerado como uno de los peores desastres ambientales de los últimos tiempos en el país.
Miguel Ángel Núñez, presidente de la Asociación de Pescadores, Fundadores, Armadores y Estibadores Artesanales (ASPEFAEA) de playa Bahía Blanca, dijo este viernes en RPP que varios pescadores se siguen viendo afectados por el derrame de petróleo ocurrido en enero del 2022 en el mar de Ventanilla. De acuerdo con el dirigente, los más de 200 socios que forman parte de su asociación han tenido que dedicarse a otras actividades, porque la playa sigue contaminada y ya no encuentran las especies que antes capturaban en el mar. “La empresa (Repsol) dice que está limpia, pero para nosotros la playa sigue contaminada. Hay sitios donde de repente los señores que hacen limpieza no tienen acceso y (el crudo) sigue ahí pegado en las peñas, en las rocas y la playa sigue contaminada”, mencionó.
Asimismo, Núñez pidió al Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) que brinde información clara sobre las condiciones reales de la playa Bahía Blanca, ya que sus informes crean confusión entre los pescadores. “OEFA había sacado un informe que decía que esa playa (Bahía Blanca) no estaba contaminada, pero cuando la congresista Sigrid fue a constatar, encontró vestigios del derrame. Luego de ello, OEFA se retractó y dijo que seguía contaminada. Entonces, no sé que tipo de trabajo o estudio están haciendo, dicen que está limpio y luego dicen que sigue contaminada. Un poco que crea confusión para nosotros”, dijo.
Por su parte, el pescador artesanal Alejandro Huaroto indicó que el derrame de petróleo los ha dejado en un estado de incertidumbre, porque “el Gobierno y las entidades gubernamentales no se pronuncian tajantemente respecto a la contaminación en la zona”. “Esa situación nos está matando tanto en nuestra economía como moralmente. A nosotros nos gustaría que se pronuncie tajamente Digesa y estamos a la espera de ello”, manifestó.
Huaroto sostuvo, además, que muchos de sus compañeros sienten que les han robado su libertad, porque no pueden ejercer la actividad que venían realizando desde hace varios años. “Nosotros, en nuestra libertad, decidimos ser pescadores, incluso nos mudamos a la zona, al lugar de los hechos desde muchos años antes. Estamos ejerciendo nuestra libertad y esa opción nos la han robado, nos han quitado esa opción”, lamentó.