APP: aliados para quedarse pese a gran rechazo del país
DÉBIL COALICIÓN. César Acuña y su agrupación política ponen su parte para sostener el Gobierno de Dina Boluarte y manejar el Congreso con sus socios. Apuestan a conservar la presidencia del Poder Legislativo en pacto con el fujimorismo. Más allá del corto plazo, prevén acciones para afrontar efectos de estos respaldos.
Alianza para el Progreso (APP) es como una de las patas que sostienen la tarima en que se mantiene el Gobierno de Dina Boluarte y una pieza clave en el Congreso, pese al gran rechazo de la ciudadanía a ambos poderes. Su líder, César Acuña, se codea con el Ejecutivo y sus parlamentarios se alinean a las decisiones del cabildeo del bloque que domina el Legislativo
Con Boluarte en la presidencia de la República, Acuña ha dado un salto. En el 2022, cuando gobernaba Pedro Castillo, era percibido en el puesto 11 de los más poderosos del Perú por ciudadanos influyentes, según la Encuesta del Poder de Ipsos de ese año, con 17% de menciones. En el 2023, con Boluarte, pasó al puesto 5, con 40% que lo reconocía con la misma calificación, según el respectivo sondeo.
La mandataria tiene a un apepista leal a Acuña, César Vásquez, excongresista, como ministro de Salud desde hace más de un año y otros miembros del partido también lograron cargos en el Gobierno. Una designación llamativa fue la de Luis Iberico, asesor en el Congreso, colaborador de Acuña y expresidente del Parlamento, como embajador del Perú en España.
En mayo último, Boluarte recomendó al Legislativo al juez Pedro Cartolín para el cargo de contralor. Es esposo de una excandidata de APP al Congreso y favoreció a Acuña en una demanda de pago por alimentos. La legisladora apepista María Acuña, hermana del líder, votó para que sea contralor, pero la Comisión Permanente lo retiró.
En el Congreso, APP tiene la presidencia, con Alejandro Soto, y apunta a conservarla. Él mismo proyecta una reelección, pese a los cuestionamientos. Una opción es el legislador José Elías Ávalos, que renunció a Podemos Perú y se ha unido a APP. Otros voceados son Eduardo Salhuana y Lady Camones.
En setiembre del 2002, Camones perdió la presidencia del Congreso porque fue censurada tras difundirse audios, en el canal digital Epicentro TV, en que atiende órdenes de Acuña para acelerar una iniciativa que beneficiaría su candidatura al Gobierno Regional de La Libertad.
La grabación muestra el manejo de Acuña a la bancada y que da directivas a la cabeza del Congreso: que en una semana dictaminen un proyecto para crear un distrito en esa región. Luego, lo presentarían en el lugar y, por la presencia apepista, ganaría votos para la elección cercana. El escándalo los frenó, pero Acuña ganó el cargo y la iniciativa vio la luz después.
En la Mesa Directiva del Parlamento se muestra la alianza de APP con el fujimorismo: Fuerza Popular ocupa la primera vicepresidencia. Asimismo, Perú Libre tiene otro asiento. Esto pone al grupo acuñista como socio del fujicerronismo.
Esta gravitación del fujimorismo fortalece la opción de Elías Ávalos para la presidencia del Congreso. Es antiguo fujimorista, desde los noventa. En el 2000, fue uno de los tránsfugas que dejaron sus partidos para sumarse al de Alberto Fujimori.
APP ha apoyado leyes y arremetidas graves del Congreso. Unas evidencian apoyo al Gobierno, como permitir que Boluarte despache a distancia cuando salga del Perú. Otras, su alianza con el bloque dominante.
A inicios de este mes, apoyó la ley de impunidad, que busca que prescriban delitos de lesa de humanidad anteriores al 2002. Los dos apepistas presentes en Comisión Permanente votaron a favor. Falta otra votación.
En mayo, ocho apepistas en bloque respaldaron en el Pleno la propuesta de eliminar los movimientos regionales. En un proyecto de reelección de alcaldes y gobernador, Salhuana adujo que se necesitaba suprimir esas organizaciones regionales.
En marzo, APP apoyó inhabilitar a Inés Tello y Aldo Vásquez, miembros de la Junta Nacional de Justicia (JNJ). Luego, fueron repuestos por un fallo judicial.
En diciembre pasado, 10 apepistas en bloque respaldaron la norma contra las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (Paso), clave de la reforma electoral para mejorar la representación política. También apoyaron la ley que debilita la colaboración eficaz.
Días antes, aprobaron la elección de Pedro Hernández como magistrado del Tribunal Constitucional, sin debate, a pesar de tener cuestionamientos. Solo una muestra del papel que tienen los apepistas en la política actual en un país en crisis.
Funcionales al proyecto de su líder
Por Jorge Aragón, politólogo (PUCP e IEP)
Desde el fin del gobierno de Pedro Castillo hasta el día de hoy, APP y César Acuña optaron por ser parte del grupo de partidos y políticos que con mucho entusiasmo se la jugaron por la supervivencia política del actual gobierno. Es interesante notar que, si bien la influencia que Acuña y APP han llegado a tener en las decisiones del actual Poder Ejecutivo tiene que ver simplemente con su condición de aliado, esta no es la única razón. Aunque es cierto que la bancada de APP nunca fue la más grande del actual Congreso; el hecho de no haberse fracturado a lo largo del tiempo, el número de congresistas que han logrado mantener dentro de la bancada, la manera disciplinada en la que suelen votar sus integrantes y el liderazgo indiscutido y efectivo de Acuña han hecho de APP uno de los aliados estratégicos de este Gobierno y de la coalición gobernante. Nada parece indicar que esto vaya a cambiar y, por tanto, APP debería ser uno de los partidos que accedan a una de las vicepresidencias de la próxima Mesa Directiva del Congreso. Es más, de ser el caso que los fujimoristas prefieran no exponerse demasiado haciéndose cargo de la presidencia del Parlamento, no es improbable que alguien de APP repita ese puesto. Por el lado de APP, este no sería un mal desenlace porque su cercanía con el actual Gobierno le ha permitido acceder a recursos y oportunidades que le son altamente funcionales al estilo y proyecto político de César Acuña.
Fuente: La República