El abandono de Lima , López Aliaga prioriza su imagen política sobre la seguridad ciudadana
El reciente incendio en Barrios Altos, que ha consumido un edificio de seis pisos utilizado como depósito ilegal de juguetes, no es solo una tragedia evitable, sino un reflejo del abandono sistemático de las responsabilidades básicas de la Municipalidad de Lima. Bajo la gestión de Rafael López Aliaga, la ciudad se ha convertido en un caos donde la seguridad, el orden y el cumplimiento de normas básicas han sido relegados a un segundo plano.
El alcalde, más preocupado por fortalecer su imagen política y proyectarse como candidato presidencial, ha dejado de lado sus obligaciones primordiales. Mientras Lima arde, López Aliaga parece enfocado en su carrera política, ignorando el clamor de una ciudad que exige orden y control. Este incendio no es un hecho aislado; es el resultado de una gestión municipal ausente y negligente.
Falta de fiscalización y control: un peligro latente
El edificio incendiado en Barrios Altos no contaba con licencia ni certificado de Defensa Civil, según confirmó la propia Municipalidad de Lima. Esto evidencia una falta de fiscalización alarmante. ¿Dónde están las inspecciones regulares que deberían garantizar que estos espacios cumplan con las normas mínimas de seguridad? La respuesta es clara: no existen. La gestión de López Aliaga ha permitido que decenas de edificios en el centro de Lima operen como depósitos clandestinos, poniendo en riesgo la vida de cientos de personas.
La Comisión de Fiscalización del Congreso ha citado al alcalde para que explique estas omisiones, pero la pregunta que todos nos hacemos es: ¿por qué se necesita una tragedia para que las autoridades actúen? La Municipalidad de Lima tiene la obligación de velar por la seguridad de los centros comerciales y zonas de alta afluencia, pero bajo esta gestión, esa responsabilidad ha sido abandonada.
El costo humano y ambiental de la negligencia
El incendio no solo ha dejado pérdidas materiales incalculables, sino que ha afectado gravemente la calidad del aire en varios distritos de Lima. El Senamhi ha alertado sobre los altos niveles de contaminación generados por el siniestro, lo que suma otro problema de salud pública a una ciudad ya de por sí saturada. Además, más de 50 familias han sido evacuadas, y dos edificios colapsaron, afortunadamente sin víctimas mortales. Sin embargo, ¿cuántas vidas más estarán en riesgo si no se toman medidas urgentes?
López Aliaga: ¿alcalde o candidato?
Mientras Lima enfrenta esta crisis, resulta indignante ver cómo el alcalde prioriza su proyección política sobre sus funciones básicas. En lugar de trabajar para ordenar los espacios urbanos y garantizar la seguridad de los ciudadanos, López Aliaga dedica sus esfuerzos a fortalecer su partido y preparar su candidatura presidencial. Este abandono clamoroso de sus responsabilidades es inaceptable.
El incendio en Barrios Altos es una llamada de atención urgente. La Municipalidad de Lima debe actuar ahora para evitar que tragedias como esta se repitan. Es hora de que Rafael López Aliaga deje de lado sus ambiciones políticas y se concentre en gobernar la ciudad que lo eligió. Lima no puede esperar más.