Gesto. Se comprometió a allanarse a la investigación fiscal y propuso firmar un pacto de reconciliación. El pedido de perdón no fue aceptado por la población de Puno, cuya zona sur sigue paralizada. En Lima, manifestantes y policías se enfrentaron.
Durante su mensaje a la nación por Fiestas Patrias, la presidenta Dina Boluarte pidió perdón, en nombre del Estado, a los familiares de los fallecidos y heridos en las protestas sociales de inicios de su gestión. Se comprometió a allanarse a la investigación del Ministerio Público y aseguró que no habrá impunidad
“Declaro nuevamente –y con mucho dolor– que el saldo de víctimas y heridos es un lamentable resultado que nadie quiso. Con profunda y dolorosa consternación, pido perdón, en nombre del Estado, a los deudos de todos los fallecidos, civiles, policías y militares y también a los heridos, y mantengo mi compromiso, junto a los funcionarios y autoridades, de allanarme totalmente y cooperar con el trabajo que, conforme a ley, está realizando el Ministerio Público. No habrá impunidad para nadie en este caso”, manifestó la mandataria.
Precisó que 49 de las víctimas fallecieron en enfrentamientos directos con las fuerzas del orden, aun cuando informes de Human Rights Watch y Amnistía Internacional señalan que las víctimas no solo fueron manifestantes sino también transeúntes
Boluarte también anunció que su Gobierno cumplirá las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre la materia. “Y tiendo mi mano y propongo firmar un pacto de reconciliación, un pacto por la vida, por la paz, por la justicia, por la igualdad”, planteó.
Indignación en Puno
El perdón que solicitó la presidenta de la república no fue aceptado por la población quechua y aimara de Puno, región que perdió a 21 de sus hijos en las protestas contra el gobierno de Boluarte, el pedido de elecciones generales y asamblea constituyente.
La República recogió el sentir de los pobladores de la región altiplánica y las reacciones fueron claras.
Decisión. En Puno afirman que las protestas continuarán. Foto: Liubomir Fernández/La República
“Ese perdón ya no vale. Queremos que se vaya. Tiene que irse. Un gobierno no puede mantenerse sobre los muertos. No puede haber perdón sin justicia, y sin cárcel para los responsables incluida Dina Boluarte. Tiene que irse, sí o sí”, aseguró Nilda Mamani, comerciante del mercado Unión y Dignidad de Puno.
“Esta mujer nos ha estigmatizado, y después que nos ha dicho que somos narcotraficantes, contrabandistas, terroristas, cree que vamos a creer en sus palabras que para nosotros ya no valen nada. Por su perdón los muertos no van a sobrevivir. Solo queremos que se vaya y verla en la cárcel”, aseguró Wendi Torres, dirigente de la zona baja de Acora.
En tanto, dirigentes de la Unión de Mujeres Originarias de Ilave aseguran que, en nombre de quienes perdieron la vida, se mantendrán en huelga.
“Vamos a apoyar en todo lo que sea posible con tal de que se vaya esta mujer que no tiene legitimidad. Para mí sus disculpas me suenan a ofensa. Parecen burlas. Pensar que se negó primero, después dijo que desconocía y ahora pide perdón. No le creemos nada. Pedimos su renuncia”, refirió Rosa Mamani.
En la ciudad de Puno ayer los mercados abrieron sus puertas con muchos mensajes en los pasadizos y banderas rojiblancas de las que pendía un crespón negro. “Nunca había visto tantos valientes sin armas y tantos cobardes armados ¡No más muertos!”, “Amo a mi país, me avergüenza este Gobierno”, “Este Congreso no me representa”, se leía en los carteles.
Represión en Lima
Ayer, las delegaciones regionales, organizaciones sociales, gremiales, universitarias y pobladores de distintos distritos de Lima partieron de la plaza Dos de Mayo y se movilizaron de forma pacífica por las calles del centro de la ciudad. Llevaron la figura de la mandataria encerrada en un enrejado que llevaba la inscripción ‘Cadena perpetua para los asesinos’.
Su intento de llegar al Congreso fue impedido por la policía en el cruce de las avenidas Abancay y Nicolás de Piérola. Ante la decidida actitud de los manifestantes, los agentes les lanzaron bombas lacrimógenas. Tras ser superados por los agentes, los protestantes empezaron a gritar: “La sangre derramada jamás será olvidada”.
La abogada de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, Mar Pérez, cuestionó el impedimento al libre tránsito de la protesta por parte de la policía y exigió la presencia del Ministerio Público para garantizar los derechos de la ciudadanía.
Voz. Mujeres del interior cuestionaron la actitud de la policía. Foto: Liubomir Fernández/La República
Los enfrentamientos con las fuerzas del orden continuaron hasta horas de la noche. Se reportó la existencia de manifestantes policontusos con heridas abiertas, también un periodista impactado con perdigones y otros empujados por los policías mientras cubrían los incidentes.
La Defensoría del Pueblo condenó los ataques que sufrieron los periodistas Juan Zapata y Pedro Morales, quienes fueron heridos mientras cumplían su labor. La Asociación Nacional de Periodistas denunció que la fotoperiodista de TeleSUR Perú, Alejandra Elías, y el camarógrafo Javier Minaya, de ATV, fueron agredidos por policías.
Al cierre de esta edición, se reportaron varios ciudadanos detenidos, entre ellos, el documentalista Kenty Aguirre.
Nos reprime: ¿Donde está su pedido de perdón?
Enfoque. Dominga Hancco, madre de víctima
El perdón que ha pedido la presidenta Dina Boluarte no tienen sentido para nosotros, porque un asesinato no creo que tenga perdón. Son 18 personas que han perdido la vida en Juliaca; nos ha quitado la mitad de nuestras propias vidas. Prácticamente la señora Dina con la boca pide perdón y con la mano nos está metiendo cuchillo, porque en las calles sigue la represión, las calles están llenas de policías.
Hoy día (ayer) hemos llorado, hemos gritado. Entramos a la plaza Dos de Mayo para hacer escuchar nuestras voces y después nos reprimieron con sus bombas lacrimógenas. ¿Dónde está el perdón que ha pedido? Hace dos horas tratamos de pasar por el Palacio de Justicia y los policías nos han atajado. Otras personas pasaban por el frente, nosotros no.
Somos marginados, y eso duele mucho. Esos mismos policías que mataron a mi hija nos han impedido llegar al Palacio de Justicia. Vamos a volver al anochecer para hacer un plantón y exigir justicia. No somos políticos ni vándalos. Nosotros pedimos justicia por vidas jóvenes que tenían un futuro en el Perú.
Yo tengo tres hijos, han asesinado a mi hija mayor de 17 años. Ella estaba estudiando Psicología en Cochabamba, Bolivia. Mis dos hijos menores se quedaron en Puno, no quiero que les hagan daño. Yo nomás seguiré luchando en las calles de Lima.