El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, señaló que el Gobierno estadounidense está haciendo su propia investigación sobre el bombardeo en el hospital de Gaza que generó el rechazo de la comunidad internacional.
Estados Unidos no cree que sea “apropiado” en este momento una investigación internacional sobre el bombardeo del hospital de Gaza que causó cientos de muertos y sigue creyendo la versión israelí, que apunta a que el origen fue el lanzamiento fallido de cohetes de Yihad Islámica.
“No creo que sea apropiado en este momento”, dijo este jueves en conferencia de prensa el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, quien consideró que Israel ha hecho públicas “gran cantidad de pruebas” que apoyan su tesis sobre la autoría de la explosión.
Añadió que el Gobierno estadounidense está haciendo su propia investigación y lamentó, en cualquier caso, que muchos medios y mucha gente se apresurasen a creer la versión de Hamás, “una organización terrorista”, de que Israel era responsable.
Miller apuntó además que mientras Hamás “no aportó pruebas, sí lo hizo el Gobierno de Israel“, y pidió que antes de determinar nada o de colocarse del lado de una versión o de la otra se tuviese eso en cuenta.
EEUU descarta responsabilidades de Israel
El portavoz del Pentágono, general de brigada Pat Ryder, añadió a su vez que la información de la que dispone Estados Unidos en este momento les hace determinar que “Israel no fue responsable de esa explosión”.
“Seguimos evaluando que los indicios iniciales son que esto se debió a un cohete errante lanzado por la Yihad Islámica palestina. (…) No necesariamente nos basamos en otros informes o informes de los medios para llegar a esas conclusiones”, recalcó.
Ryder sostuvo que en estos momentos el conflicto entre Israel y Hamás está “contenido” entre ambas partes, y señaló que Washington trabaja “muy de cerca” con sus socios y aliados en la región para garantizar que se puede mantener la disuasión.
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El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, habló este jueves con su homólogo israelí, Yoav Gallant, para reiterar el derecho de Israel a defenderse, subrayar la importancia de salvaguardar las vidas de los civiles y subrayar que cualquier país que prevea aprovechar la situación para ampliar el conflicto debería “pensárselo dos veces”.
Estados Unidos ha suministrado ya interceptores para el Domo de Hierro israelí y en los próximos días enviará más para que Israel tenga las capacidades que necesita para mantener su sistema defensivo.
Renuncia en Washington
Justo este miércoles un cargo del Departamento de Estado dimitió en protesta por la decisión de Estados Unidos de seguir proporcionando ayuda militar a Israel a pesar de los ataques contra la población civil de Gaza.
Se trata de Josh Paul, encargado de asuntos parlamentarios de la Oficina Político Militar del Departamento de Estado, quien en su carta de dimisión denunció el apoyo “ciego hacia un lado” por parte de la Administración de Joe Biden, que está llevando a decisiones “cortas de miras, destructivas y contradictorias con los valores” de los que presume.
“Entendemos, esperamos y apreciamos los distintos puntos de vista de la gente que trabaja en este departamento”, dijo Miller, para quien esa diversidad de opiniones es la “riqueza” de dicha institución, y recalcó que su titular, el secretario de Estado, Antony Blinken, “se nutre” de esa diversidad para tomar decisiones.
Pero insistió y quiso dejar “muy claro” que el gobierno apoya con fuerza el “derecho” e incluso la “obligación” de Israel para defenderse de estos ataques terroristas”, del mismo modo que ha pedido a ese país que en esa defensa cumpla con la ley internacional en sus operaciones militares.
Reconoció que las armas estadounidenses “no pueden usarse contra la población civil” pero también admitió que “una de las tragedias de la guerra es que siempre hay muertes civiles, y lo que es necesario es que se minimicen”. (EFE)