Según su relato, tras las fraudulentas elecciones del año dos mil, el gobierno de Alberto Fujimori diseñó un plan para captar parlamentarios de la oposición. El objetivo: asegurarse una mayoría congresal que le había sido esquiva en las urnas.
Pinchi Pinchi aseguró que Montesinos había acondicionado una sala de video desde donde podía ver en vivo a todos los visitantes al SIN. Fue desde ese punto que ella y el “Doc” pudieron presenciar a Acuña Peralta conversando con Mejía.
“Yo quiero primero hablar, que me den un ministerio”, fue lo que Acuña le dijo a Mejía, según el relato de Pinchi Pinchi. “Sí. Acuña, el gordo Acuña Peralta. Pedía un ministerio”, se reafirmó la secretaria del SIN ante la comisión.
Ante dicha exigencia, Pinchi Pinchi dijo que Montesinos reaccionó de mala manera. “Este gordo, ¿qué se está creyendo? Este gordo es un bruto”, le dijo el “Doc” a su secretaria visiblemente enfurecido, según el testimonio de aquella.
La secretaria también ofreció una descripción física de Acuña. “Bueno, yo lo vi por medio del video que lo estaban filmando, era un gordito, incluso estaba con casaca, bajo, poco gruesito, eso es lo único que yo he visto”, dijo.
En febrero del 2016, América Noticias publicó un reportaje de la unidad de investigación del canal con las declaraciones hasta ese momento inéditas de Pinchi Pinchi sobre Acuña. El programa ‘A Boca Jarro’, conducido entonces por Christian Hudtwalker, reprodujo el reportaje en su programa.
Entonces Acuña no denunció por difamación al autor del reportaje, ni al editor general y mucho menos al canal de televisión. El reportaje, con las declaraciones de Pinchi Pinchi, se puede ver en este enlace.
En ‘Plata como cancha’, Acosta consigna ese testimonio de Pinchi Pinchi junto con otro posterior en el que se ratifica en sus declaraciones contra Acuña. Se trata del Informe Final de la Subcomisión Investigadora de la Denuncia Constitucional N°6 del Congreso.
El grupo de trabajo, presidido por el fallecido congresista Daniel Estrada, también entrevistó a los capitanes EP Wilber Ramos Viera y Mario Ruiz Agüero, ambos cercanos colaboradores de Vladimiro Montesinos en los noventa, quienes respaldaron la versión ofrecida por Pinchi Pinchi.
Dicho informe fue entregado por Acosta al juez Jesús Vega, quien no solo ignoró su contenido sino que dio una interpretación arbitraria de lo ahí expresado.
Según Vega, Acosta cometió un “acto abiertamente difamante” al confundir intencionalmente a Acuña Peralta con un segundo personaje, un congresista de las filas de Perú Posible al que ahora pocos recuerdan. “De la lectura del referido informe, se puede apreciar que la persona que hace referencia Matilde Pinchi Pinchi no sería el querellante (César Acuña Peralta) sino la persona de Jorge D’Acunha Cuervas”, se lee en la sentencia de Vega.
La conclusión del juez coincide con unas declaraciones ofrecidas ayer por el abogado de Acuña a Canal N. Enrique Ghersi dijo que el personaje al que se refería el informe era D’Acunha y no Acuña Peralta.
El argumento del juez, en consonancia con la defensa de Acuña, es falso.
Pinchi Pinchi no solo hace referencia a los dos personajes como presuntos tránsfugas, César Acuña Peralta y Jorge D’Acunha Cuervas, sino que los diferencia claramente. En la página 63 de dicho informe, la secretaria del SIN detalla la forma en que ambos llegaron al círculo de Montesinos.
“En cuanto a la testigo, señora Matilde Pinchi Pinchi, esta señaló que al señor D’Acunha Cuervas lo llevó el señor Oscar Doufur y al señor Acuña Peralta lo llevó el señor David Mejía”, se lee sin lugar a interpretaciones en dicho documento.
La secretaria de Montesinos también entregó a la comisión un documento de su puño y letra en el que señaló a las personas a las que el exasesor del SIN les habría entregado sumas de dinero a cambio de que se pasaran a las filas oficialistas.
Aunque sin un monto específico, los nombres de D’Acunha y Acuña aparecen encabezando la lista, por separado. Al lado de los nombres, entre paréntesis, figuran los apellidos de los contactos: Doufur y Mejía, respectivamente.
No solo eso. La comisión Estrada recibió un documento elaborado por los capitanes Ramos Viera y Ruiz Agüero. También aparecían ahí Acuña y D’Acunha, por separado, como presuntos congresistas tránsfugas.
Estos y otros documentos fueron obtenidos por Acosta y sirvieron de soporte para su investigación. Cuando Acuña resolvió denunciarlo por difamación agravada, el autor adjuntó las pruebas en sus descargos.
Pese a ello, el juez Vega consideró que su tesis de la confusión de personajes se veía fortalecida debido a que mientras D’Acunha fue denunciado constitucionalmente por estos hechos, Acuña resultó excluido del caso.
“No apreciándose en absoluto que se haya iniciado investigación o formulado acusación contra el querellante (César Acuña Peralta) como (Acosta) deja entrever en las frases antes expuestas, y que conlleven a que el querellante haya solicitado un ministerio si apoyaba al gobierno de Alberto Fujimori”, se lee en la sentencia.
En su libro, Acosta no solo consigna que Acuña fue excluido del dictamen final de dicha comisión, sino que reconoce que el actual líder de APP no fue mencionado por Montesinos, el principal testigo del caso.
D’Acunha, por su parte, sí fue mencionado por Montesinos y también por el exasesor del SIN Rafael Merino Bartet, motivo por el que fue procesado, aunque años después fue absuelto junto a una decena de congresistas.
Se trataba, pues, de dos personajes distintos, claramente identificados por una diversidad de fuentes que atestiguaron los hechos ante dos comisiones del Congreso. Acosta se limitó a contar la historia de uno de ellos: César Acuña Peralta. Y el juez Vega a ignorar las pruebas contundentes que aportó Acosta.