Revista Tecnología Minera (RTM): ¿Cómo observa, desde su región, el desenvolvimiento y desarrollo del sector?
Javier Salazar (JS): En general, observo que el desarrollo de la industria minera en el Perú se está dando consistentemente, aunque quisiéramos que tenga más velocidad; sin embargo, tener varios proyectos en cartera, especialmente en Moquegua o en la Macro Región Sur, nos fortalece.
Casi el 50% de dichas iniciativas están en fase de construcción, con lo que se fortalece la zona, que lleva la delantera en la industria minera a nivel nacional.
RTM: ¿El motor minero de su región es fundamental para realzar la economía del país?
JS: Presenta una gran oportunidad, sí. Tan solo en Moquegua tenemos al proyecto Quellaveco (en construcción) y a la mina Cuajone (en operación desde hace más de 40 años); también, al proyecto de oro San Gabriel, de Compañía de Minas Buenaventura, y al proyecto Los Calatos, de Minera Hampton.
Las demás regiones, igualmente, poseen proyectos, como Arequipa con Tía María, aunque le falte obtener la ahora llamada “licencia social”. A su vez, Apurímac, con la operación de Las Bambas o Los Chancas, que viene desarrollando su EIA.
RTM: En ese sentido, el viceministro Montero afirmó que la zona es el gran centro neurálgico de la minería peruana…
JS: En general, el Perú se reafirma como un país con muchos recursos y oportunidades para seguir haciendo minería. De todas maneras, se requiere más discusión, más entendimiento –principalmente– en el aspecto social.
De igual forma, se necesita trabajo exploratorio, consentimiento social por parte de la población del entorno y que el Estado sea un actor que contribuya al relacionamiento, de tal manera que los proyectos avancen en los plazos que se hayan determinado previamente, siguiendo todo un ciclo.
Hay que recordar que los proyectos son de larga maduración, de entre 15 a 20 años; el proceso de exploración va en la misma línea, pues las posibilidades de encontrar minerales en un cateo es que de cada 100 presencias en superficie de afloramiento de una anomalía, una se convierta en mina.
RTM: ¿Hay poca compresión con las labores que desarrolla la minería?
JS: Así es. Hay un trabajo bastante complejo en el sector minero que a veces es poco comprendido. Luego de lo detallado previamente viene la parte de exploración avanzada, básicamente perforación diamantina, donde se requiere un acercamiento más certero con el entorno, razón por la cual algunos proyectos están estancados o con poco avance.
RTM: ¿Qué tan importante fue para Moquegua que Southern Perú no haya paralizado sus operaciones durante el confinamiento social?
JS: Ha sido vital, porque la pandemia ha afectado a algunas empresas más que a otras. De todas ellas, Southern resalta al no haber detenido sus operaciones, aunque respetando preceptos del Gobierno tuvo que restringir algunas actividades, dándole prioridad a la explotación del mineral. Ese aspecto fue muy importante gracias al trabajo de su equipo humano, dado que fue en tiempos donde mucha gente perdió su empleo.
Son de gran importancia los puestos de trabajo que genera la minería, tanto los directos como los indirectos, así como el aporte al fisco, dado que la actividad realiza aportes de manera significativa. El PBI minero es bastante importante.
Entonces, desde esta óptica y con la necesidad que tiene el Gobierno de asistir a la población con menos recursos, se convierte en una situación vital que las operaciones, como las de Southern Perú, no hayan paralizado, a diferencia de lo sucedido en algunas otras zonas en la región sur. La minería en general se ha puesto a la altura de las circunstancias, para apoyar a la población del entorno cercano.
RTM: El sector minero busca nuevas políticas que trasciendan a los gobiernos.
JS: Así es, porque cabe recordar que la minería no es de 5 años, sino de 15 o 20 años de maduración.
Es importante tener bien establecida la política minera y, sobre todo, que sea honrada y tomada en cuenta para que los gobiernos entrantes. Respetada y afianzada brindará desarrollo.
No debemos convertirnos en el país de las oportunidades perdidas, sino más bien, gracias a la bendición de tener ingentes recursos minerales, contar con una pertinencia que ayude a acelerar el correcto proceso de explotación y su buen beneficio, en aras de gestar crecimiento. Los gobernantes deben generar diálogo y consenso en el ámbito minero, ese es el camino correcto.