El gobierno de Pedro Castillo supuso que con la coalición y nueva convivencia con la derecha ya tenía asegurada su permanencia hasta el 2026; supuso además, que podía abandonar el Plan Bicentenario de cambios, sin que pase nada. Olvidando las profundas brechas económicas, políticas y un Estado de espaldas al país, y pretende dejar de lado una salida democrática a la crisis en el actual proceso constituyente.
El estallido social de estos días expresa que de ninguna manera los agricultores, transportistas, comunidades originarias, comedores populares, ollas comunes, usuarios de agua, luz, gas natural, conectividad, las familias que viven al día, los que padecen el aumento del costo de vida y dejan de comer, la niñez desnutrida, los excluidos de siempre, van a dejar pasar semejante traición a la voluntad popular que lo llevó a la Presidencia. Un gobierno que dice ser del pueblo no puede decretar la inamovilidad de 10 millones de peruanos; por el contrario debe abrir los canales del diálogo social para concertar soluciones.
Es indispensable que el gobierno presente ante el país un Programa Mínimo Anticrisis que recoja el conjunto de las demandas actuales de las organizaciones sociales representativas y, en conexión con el Parlamento, se implementen las políticas públicas urgentes. Este Programa debe inscribirse en un norte político de verdadero cambio de las relaciones de poder; no se tratan de parches ni propuestas cosméticas; no se ha hecho realidad ni las moderadas medidas de la II Reforma Agraria y el Congreso cómplice no aprobó la Reforma Tributaria del ministro Francke para cobrar impuestos a las sobreganancias mineras y gasíferas.
Ni el Ejecutivo ni el Legislativo afrontan con realismo la profunda crisis estructural en curso. El Gabinete Aníbal Torres debe dialogar y concertar este Programa y llevarlo a la práctica o en su defecto renunciar.
Importantes demandas están pendientes de resolver: Los impuestos a las sobreganancias de las empresas mineras (oro, plata, cobre) y gasíferas (Consorcio Camisea/Repsol, Hun Oil y otras); nuevos bonos para las familias; reforma de la salud: atención primaria e iniciar el sistema único de salud; infraestructura y educación de calidad; medidas y garantías contra la corrupción pública; seguridad con participación ciudadana; el impulso a la II Reforma Agraria con créditos para las familias campesinas, subsidios para fertilizantes, romper con el monopolio azucarero, aumento del precio de la leche a los productores ganaderos, aumento por Enaco al precio de la hoja de coca, reglamentar la ley del fomento a las cooperativas agrarias; fortalecimiento de Petroperú, masificación del gas natural; disminución del precio del balón de gas (GLP), industrialización para los fosfatos de Bayóvar, los fertilizantes con la petroquímica, etc.
La movilización nacional hará respetar las urnas. Pedro Castillo cumple tu promesa.