Una dura derrota sufrió el bloque político que buscaba la vacancia del presidente Pedro Castillo. La moción que presentó Patricia Chirinos (Avanza País) no alcanzó los 52 votos para que el jefe del Estado –o su representante legal– se acercaran al Pleno para responder los cuestionamientos en su contra.
De hecho, luego de las intervenciones de los representantes de las bancadas de Somos Perú, Acción Popular, Alianza para el Progreso e incluso de Perú Libre, quedaba claro que pensar en los 87 votos necesarios para destituir a Castillo resultaba una quimera.
Sin embargo, entre el grupo que impulsaba la vacancia quedaba la esperanza de, por lo menos, que la moción se admitiera para su deliberación.
Para esto último se necesitaba la aprobación del 40% de los legisladores hábiles, es decir, 52. Al final solamente se obtuvieron 46 votos, repartidos en su gran mayoría entre las bancadas de Avanza País, Fuerza Popular y Renovación Popular. A este bloque que va desde la derecha a la derecha extrema se sumaron Roberto Chiabra y Gladys Echaíz (Alianza para el Progreso) y Carlos Anderson (Podemos Perú).
El resultado no deja de sorprender en la medida de que la moción de Chirinos parecía haber agarrado cierto vuelo luego de la denuncia que tenía que ver con la celebración de reuniones informales en la casa ubicada en Breña. Posiblemente, que se haya generado una alta expectativa con la difusión de unos presuntos audios que nunca ocurrió, haya desalentado a quienes no miraban con malos ojos la opción de obligar al presidente a someterse al escrutinio del Parlamento.
A eso habría que sumarle que Castillo llevó adelante una serie de reuniones en Palacio con diversos líderes de los partidos con representación parlamentaria. Visto lo de ayer, la estrategia le sirvió. Eso sí, cometerá un gran error si asume que la votación lo exime de hacer cambios profundos en su gestión. Muchas de las críticas que se le hacen tienen sustento. Y las denuncias que recaen sobre su gente de confianza son serias y motivo de investigación. Se le ha presentado una oportunidad para rectificar. De no hacerlo, no podría contarla en una siguiente moción.
La presidenta del Consejo de Ministros, Mirtha Vásquez, dijo que el gobierno recibe la decisión “con la mayor voluntad de sumar esfuerzos con el Legislativo y los peruanos y peruanas de buena voluntad, para lograr cambios en la vida de quienes menos tienen”.
Debate veloz
La moción empezó a discutirse recién hacia las seis de la tarde, luego de que culminó la interpelación al ministro de Educación, Carlos Gallardo.
La exposición de motivos la hizo Chirinos. Luego, los representantes de los grupos parlamentarios expusieron sus pareceres. En teoría, la colación pro vacancia partía con un piso de unos 48 a 49 votos. Tenían que conseguir aunque sea unos tres a cuatro adicionales.
Las intervenciones de ese sector estuvieron orientadas, sobre todo, a tratar de convencer a sus demás colegas de que era necesario que Castillo asista al Pleno y deslinde. Pero la decisión ya estaba tomada. Los representantes de Alianza para el Progreso, Acción Popular, Somos Perú y el Partido Morado dejaron en claro que no estaban de acuerdo con la iniciativa porque podría traer mayor inestabilidad. Eduardo Salhuana, vocero de APP, propuso como un camino menos tormentoso otorgarle a la Comisión de Fiscalización facultades de comisión investigadora para que ahonde en las reuniones en Breña.
Cuando la titular del Congreso, María del Carmen Alva, llamó a asistencia, había 128 parlamentarios presentes. Los resultados finales arrojaron, como ya se dijo, 46 votos a favor. En tanto, 76 se opusieron y 4 optaron por la abstención.
Perú Libre. La bancada oficialista se plegó a Castillo. Foto: Gerardo Marín/La República
Perú Libre. La bancada oficialista se plegó a Castillo. Foto: Gerardo Marín/La República
Desde el año 2016, el juego límite de las vacancias presidenciales se ha convertido en una herramienta de presión contra el Ejecutivo. Pedro Pablo Kuczynski renunció antes de que fuese destituido en un segundo intento. Martín Vizcarra, su sucesor, corrió la misma suerte. De haber caído Castillo, el Perú habría tenido –en cinco años y medio– a seis mandatarios. Es muy difícil imaginarse un periodo de mayor inestabilidad.
¿Cuál es el futuro de un gobierno débil como este?
Los acercamientos que Castillo tuvo entre el viernes y el lunes con ciertos partidos sugiere que se podría llegar a acuerdos concretos que ofrezcan cierta tranquilidad política. Estas semanas permitirán conocer si eso es posible.
Castillo y Boluarte dieron una señal de unidad
Horas antes de que el Congreso debata si admitía o no la moción de vacancia, el presidente Pedro Castillo y la vicepresidenta Dina Boluarte estuvieron en Juliaca y desde allí lanzaron un mensaje de unidad.
“Si al presidente lo vacan, yo me voy con el presidente”, señaló la también ministra de Desarrollo e Inclusión Social. “¿Quién ha salido a la prensa diariamente a decir que mi total lealtad con el presidente Pedro Castillo está a prueba de balas?”, argumentó.
Boluarte desmintió así las versiones que aseguraban que ella estaría impulsando la salida del mandatario. Recordó que ella es una de las personas que se “fajaron” para ganar las elecciones en segunda vuelta.
Por otro lado, Castillo sostuvo que él tiene la autoridad para lucha la corrupción, y refirió que los expresidentes han tenido reuniones para hacer sus negocios bajo la manga, y nadie decía nada. “Y por qué conmigo, con un hombre del pueblo, con un maestro”, dijo asegurando que va a seguir luchando.
Más temprano, el mandatario estuvo en Apurímac, donde participó en el Muni Ejecutivo, y agradeció a los líderes políticos que hace unos días se reunieron con él en Palacio de Gobierno y le dijeron que no “podemos nosotros estar en otra cosa, sino atender las grandes urgencias del país, de salud, educación, entre otros”.