El papa pidió hoy que la guerra en Ucrania no haga que la comunidad internacional olvide el conflicto que se vive en Siria desde hace doce años, al reunirse con los miembros del Sínodo de Obispos de la Iglesia greco-melquitas, que han elegido Roma para su encuentro anual.
“Los dramas de los últimos meses, que tristemente nos obligan a volver la mirada hacia el este de Europa, no deben hacernos olvidar lo que ocurre en vuestra tierra desde hace doce años”, dijo el pontífice. “¡No podemos permitir que se apague la última chispa de esperanza de los ojos y los corazones de los jóvenes y las familias!”, añadió.
Tras escuchar a los miembros del Sínodo greco-melquita, una Iglesia cristiana cuyos fieles se encuentran sobre todo en Siria, Francisco aseguró que comparte su preocupación por la supervivencia de los cristianos en todo Oriente Medio.
“Renuevo mi llamamiento a todos los que tienen responsabilidades, dentro del país y en la comunidad internacional, para que se pueda llegar a una solución justa y equitativa del drama de Siria”, añadió el pontífice.
En su discurso, Francisco recordó la vigilia de oración por la paz en Siria celebrada en la plaza de San Pedro el 7 de septiembre de 2013, en el primer año de su pontificado, cuando se refirió por primera vez a la “amada y martirizada Siria” y dirigió su pensamiento a los “miles de muertos y heridos”, a los “millones de refugiados internos y en el exterior”, considerando también “la imposibilidad de iniciar la necesaria reconstrucción”.
Confesó hoy que quedó impresionado por las historias de esos jóvenes sirios “que han llegado a Italia, que llevan dentro el drama de lo que han vivido y visto”, y por la “mirada, casi agotada de esperanza, incapaz de soñar con un futuro” para su propia tierra.