“Teníamos miedo, pero la gente y el amor del público fue nuestro combustible para subir y enfrentar a la policía”, dijo Nova, integrante de un trío de personas no binarias y trans que bailaron en las marchas.
Desde hace semanas, miles de personas se agolpan en las calles de Colombia para protestar contra la desigualdad, el aumento de la pobreza y la violencia policial. El presidente Iván Duque ha desplegado las fuerzas militares y policiales del país, y más de 40 personas han muerto.
El 28 de abril, durante una manifestación en Bogotá, tres personas jóvenes se enfrentaron a su miedo a la violencia a través de la expresión máxima de la vida: la danza.
Otros manifestantes en la multitud reconocieron a Piisciis, o Akhil Canizales, de 25 años; a Nova, o Felipe Velandia, de 25 años —quienes se identifican como personas no binarias— y a Axid, o Andrés Ramos, de 20 años —quien es trans—, debido a un video que se volvió viral en el que bailaban y que publicaron en las redes sociales dos semanas antes.
“Decidimos salir a protestar por nuestros derechos, pero también salimos para darle visibilidad la comunidad LGTBQ+ trans y no binaria”, dijo Piisciis.
A medida que se acercaban al Capitolio Nacional, en la Plaza Bolívar, una mujer sugirió a Piisciis que el trío subiera a la escalinata de la plaza y bailara como en su video viral. Había un problema: los agentes de la policía antidisturbios se arremolinaban en lo alto de la escalinata.
“Teníamos mucho, mucho miedo porque la gente en Colombia le tiene miedo al Esmad”, dijo Piisciis en una entrevista, refiriéndose al Escuadrón Móvil Antidisturbios. “Porque es una fuerza muy violenta y agresiva con el pueblo”.
Sin embargo, siguieron adelante.
Con una cinta amarilla de precaución en la que se leía “peligro”, envuelta sin apretar alrededor de sus torsos como si fueran blusas de tubo, y pantalones negros, tacones, un pasamontañas negro para Nova y una larga peluca rubia para Axid, subieron al rellano.
“Nos subimos con miedo”, dijo Piisciis. “En ese momento la verdad es que teníamos mucho miedo porque no sabíamos en qué momento nos caía una piedra encima, nos caía un explosivo o en qué momento la misma policía nos golpeaba”.
Cuando Nova, Piisciis y Axid llegaron al rellano superior del Capitolio, empezó a sonar la música. Era “Por Colombia hasta el fin”, una canción de guaracha que Piisciis compuso para la protesta. Cuando los policías antidisturbios se dieron cuenta, ya estaban haciendo voguing.
En la primera pausa de la canción, como se ve en un video que también circuló ampliamente, Piisciis, Nova y Axid comenzaron a agitar los brazos y las caderas simultáneamente; izquierda, derecha, izquierda, izquierda. Era el clásico paso de vogue del pasarela. A continuación, sacudieron la cabeza al ritmo de la canción, agitando el pelo con fuerza.
Cuando los agentes con equipo antidisturbios empezaron a rodear al trío, se escabulleron astutamente y se acercaron a la multitud mientras hacían sensuales movimientos con las manos. La multitud estalló en una ovación.
Cuando más agentes rodearon al grupo, Nova se agachó y empezó a arrastrar los pies al compás, acercándose a los agentes. Sus brazos y manos se estiraban y plegaban elegantemente al ritmo, con los dedos extendidos frente a su cara como adornos barrocos. Era el paso de baile llamado duckwalk.
Un desconocido le entregó a Axid una gran bandera de Colombia y comenzó a ondearla, mientras Piisciis también se acercaba a los manifestantes. Piisciis se puso entonces en pie y giró su cuerpo vigorosamente, con su pelo siguiendo furiosamente el compás. De repente, Piisciis se detuvo a mitad del giro, dobló una rodilla mientras mantenía la otra recta, y cayó directamente al suelo, de espaldas. La icónica caída.
El duckwalk, el giro, los movimientos de las manos y la caída son fruto de la cultura moderna del baile, a un mundo de distancia.
La cultura ballroom drag surgió en Harlem en la década de 1970. Era un santuario para los negros y latinos LGBTQ que habían sido condenados al ostracismo por la sociedad blanca dominante. La cultura ballroom era un mundo grandioso que imaginaban y hacían realidad.
Las competencias en los bailes drag fomentaban la comunidad entre diferentes grupos marginados. Mientras que muchos no eran bienvenidos en los clubes nocturnos o bares de la época, podían presentarse en un baile como eran, y luego darle la vuelta.
En la protesta de Bogotá, el baile que pertenece a esta tradición permitió a Piisciis, Nova y Axid reclamar visibilidad internacional en un país hostil a sus identidades, dijeron.
“En ese momento”, dijo Piisciis, “nos pudimos conectar con ese mensaje de lucha, resistencia, empatía, fuerza, amor”.
“Resistimos con arte y vogue”, dijo Nova. “Teníamos miedo, pero la gente y el amor del público fue nuestro combustible para subir y enfrentar a la policía”.
Piisciiss aprendió a bailar de esta manera viendo videos en YouTube. Empezaron en 2014 y aprendieron el estilo moderno neoyorquino, dijeron. Vieron videos de Leiomy Maldonado, jueza en Legendary, un programa de televisión de competencia de ballroom de HBO Max, y de muchos otros bailarines modernos como Yanou Ninja y Archie Ninja Burnett. A principios de año, Piisciis dio una clase de baile en la que conoció a Nova y Axid. Piisciis le enseñó entonces a Nova.
La cultura ballroom moderna en Colombia está creciendo, dijo Nova. “Es muy nueva, solo tiene cinco años, pero en este tiempo ha crecido y se ha expandido a ciudades como Medellín, Cúcuta, Pereira y otras”.
Aun así, a menudo se les niega el espacio para actuar, dijo Piisciiss. El grupo espera romper las barreras y difundir el vogue en su país.
“Queremos que todo el mundo hable y pregunte por el vogue”, dijo Piisciis. “Piensan que solo existe en Estados Unidos, por eso estamos aquí: para mostrar que no está solo en la televisión o en la ficción”.
“Existe aquí en Bogotá”.