Aunque los efectos más dañinos de un fenomeno como El Niño se concentran en las regiones de la costa, también ocurren daños en las regiones de la sierra, sobre todo en el sur, donde no hay lluvias, lo cual afecta la producción agropecuaria y la economía de las familias.
El pasado 16 de marzo, la Comisión Multisectorial del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen) cambió el Estado del sistema de Alerta “Vigilancia de El Niño costero” a “Alerta de El Niño costero”, por los cambios inusuales en la atmósfera del océano. Hace unos días se comunicó que se mantiene un 50% de probabilidad de que El Niño se desarrolle en el 2023 y, por lo tanto, pasan a un estado de “Vigilancia” y en abril se seguirá estudiando si las condiciones continúan evolucionando para que se dé este evento climático.
Por ello, es importante conocer qué es este fenómeno, cuáles son sus características y qué departamentos serán los más afectados, para prevenir y reducir sus efectos.
¿Qué es el fenómeno El Niño?
El Senamhi explica que el concepto de fenómeno El Niño se estableció a fines del siglo XIX e inicios del XX y hace referencia al calentamiento anormal de la costa norte peruana, asociado a la llamada “corriente del Niño”, y a fuertes lluvias. Hoy la comunidad científica internacional relaciona este calentamiento costero con un calentamiento más extenso en el Pacífico ecuatorial. Es un fenómeno donde la atmósfera y el océano actúan en conjunto.
Debido a la ambigüedad de la definición de El Niño, Enfen introdujo dos nuevos conceptos: El Niño costero que se basa en el concepto original de El Niño y se define como presencia de la temperatura superficial del mar por encima del promedio en forma persistente durante varios meses en la región del Océano Pacífico junto a la costa del norte del Perú y de Ecuador. El segundo concepto se refiere a El Niño en el Pacífico central, aquí las fluctuaciones en esta región también son relevantes en verano, además tiende a reducir las lluvias en los Andes y la Amazonía peruana.
La versión opuesta de ambas definiciones de El Niño, (condiciones más frías que lo normal), se denomina La Niña. Si la situación no corresponde ni a El Niño ni a La Niña, se denomina “neutro”.
Efectos del fenómeno El Niño
Históricamente los episodios ocurridos en los años 1982-1983, 1997-1998, 1925 y 2017, tuvieron efectos más devastadores, sobre todo en las regiones de la Costa norte. En esos periodos El Niño costero provocó lluvias torrenciales prolongadas, desbordes de los ríos, así como huaicos y deslizamientos que provocaron pérdida de muchas vidas y cuantiosos daños materiales como destrucción de viviendas, campos de cultivo inundados, pérdida de cosechas, y enfermedades derivadas del desastre.
Departamentos más afectados por el Fenómeno El Niño
Teniendo en cuenta los episodios extraordinarios y más devastadores de El Niño ocurridos en los años 1982-1983, 1997-1998 y 2017, las regiones que serían más afectadas son las que están ubicadas en la Costa norte y central:
– Tumbes
– Piura
– Lambayeque
– La Libertad
– Áncash
– Lima
– Ica
Aunque los efectos más dañinos de un evento como El Niño se concentran en regiones de la Costa, también ocurren daños en las regiones de la Sierra, sobre todo en el sur, donde hay falta de lluvias, lo que afecta la producción agropecuaria y la economía de las familias.
Fenómeno impredecible y fuerte
Para Eduardo Parodi, hidrólogo, magíster en gestión de Riesgos Naturales y docente de la PUCP, el fenómeno El Niño comenzó hace aproximadamente 60 días. Sin embargo, aclaró que este evento climático no era previsible antes de febrero para nadie en el planeta.
“Nadie tenía la capacidad de adivinar que pasaríamos de un fenómeno de La Niña, con mares más fríos de lo normal, a El Niño en la costa peruana”, señaló en conversación con Infobae y explicó que esto se debe a que el mar caliente de la zona del golfo de Guayaquil se ha desplazado hacia el sur como siempre ha ocurrido con este fenómeno.
Además, precisó que el fenómeno no son las lluvias ni los desbordes de ríos, sino que estas precipitaciones son consecuencia de un mar caliente que facilita la evaporación de las aguas. También dijo que el fenómeno Yaku, que produjo lluvias incluso en Lima, puede ser considerado un efecto del fenómeno El Niño, ya que se trató de una tormenta que se convirtió en ciclón y se acercó a las costas peruanas.
Indicó que en este caso se trata de un Niño Costero, desconectado de lo que pasa en el pacífico central (donde ocurre El Niño Global) y que sus efectos destructivos son mayores de los que ocasionó el terremoto de Pisco. Además, se acercan a 2/3 de los daños de El Niño del 2017.
“Debemos esperar dos semanas más de lluvias cuando menos y que se agrave la epidemia de dengue y haya pérdidas en invierno en los sectores textil, agro, pesca, entre otros”, advirtió.
Finalmente señaló que aún no hay síntomas de Niño Global, pero si El Niño Costero llega a diciembre podría tener peores consecuencias.
Fuente: Infobae