El presidente ejecutivo de la ATU, José Aguilar, informó una fecha aproximada para la puesta en funcionamiento de las nuevas estaciones que por ahora vienen siendo usadas por peatones y ambulantes.
El nuevo tramo norte del Metropolitano que comprende 10.2 kilómetros de vía exclusiva y 18 estaciones que llegarán hasta Comas debió estar listo en 2020, sin embargo, la pandemia retrasó su implementación y los plazos para agosto de 2022. Además, Emape, entidad de la Municipalidad de Lima a cargo de la ampliación, aprobó algunas variaciones de plazo al contratista y la inauguración se fue aplazando mes a mes hasta diciembre de 2022.
Luego de presentar la infraestructura ‘terminada’ a fines del año pasado, la Municipalidad de Lima anunció que en abril del 2023 sería el plazo máximo de entrega del proyecto a la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) encargada de las operaciones de los buses del Metropolitano.
Sin embargo, la ATU indicó que la obra no había sido concluida y que había varios puntos por subsanar a vinculados a señalización, pasos peatonales, vías auxiliares, áreas verdes, entre otras.
La semana pasada, Infobae Perú consultó a la ATU por la fecha de la culminación de la obra, las rutas que se implementarían y si los pasajeros provenientes de Comas tendrían que hacer transbordo en la estación Naranjal, esa entidad informó que todo ello se definiría cuando Emape subsane las observaciones.
Nueva fecha para la inauguración
Recientemente, el presidente ejecutivo de la ATU, José Aguilar, informó una fecha aproximada para la puesta en funcionamiento del tramo norte del Metropolitano.
“Un número preliminar que estamos manejando es cerca de dos meses (…), según el cronograma preliminar que tenemos con Emape”, dijo Aguilar al diario La República.
Añadió que también ha conversado con el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga y este ha mostrado preocupación por la demora de la culminación de la infraestructura, por lo que esperan trabajar en conjunto para que el proyecto termine lo antes posible.
Daños en la infraestructura
A pesar de que aún no está operativo, la ampliación del tramo norte de el Metropolitano ya muestra signos de daño en su infraestructura, ya que individuos desconocidos han extraído violentamente las barreras metálicas de seguridad que separan el carril exclusivo del resto de la vía pública.
En un recorrido desde la estación Santa Ligia (Comas) hasta el terminal Chimpu Ocllo (Carabayllo), se han removido varias rejas de seguridad que separan el carril central de otros tipos de vehículos en diferentes puntos.
Los vecinos denuncian que esto habría sido obra de personas que roban las barreras con el fin de venderlas, otros señalan que el retiro de las rejas es para poder cruzar la vía sin tener que caminar distancias más largas.
Infobae Perú también pudo comprobar que la vía para buses que aún no está operativa es utilizada por peatones y escolares que arriesgan su vida al cruzar por zonas no señalizadas como cruces peatonales.
Otro problema a la vista es la presencia de ambulantes en la zona. Varios comerciantes sin autorización ocupan la vía del Metropolitano en el distrito de Comas. Por ello, la municipalidad de ese sector ha comenzado a realizar operativos para desalojar a los ambulantes.
Mucho por avanzar
Incluso si el nuevo tramo del Metropolitano se inaugurara en dos meses, como esperan desde la ATU, la demora demuestra las dificultades que tiene el transporte formal eficiente para poder operar en el país. En diálogo con Infobae Perú, Jérémy Robert Bruyere, investigador y docente de Arquitectura de la PUCP, especialista en desarrollo urbano, mencionó que, a comparación otros sistemas similares en la región, el Metropolitano solo tiene 26 kilómetros de vía con una troncal, mientras que, por ejemplo, el TransMilenio de Colombia tiene 110 kilómetros de troncales.
“Bogotá, en paralelo al desarrollo de las troncales, avanzó en la reforma de transporte. Ahí también hay otra diferencia fundamental con Lima. Ellos empezaron esa política a partir del 2009. Es similar a los corredores complementarios en Lima, donde solo hay 800 buses. En Bogotá reemplazaron todo el sistema de buses y hay integración tarifaria y física”, señaló el especialista y resaltó que en Lima no hay ninguna de las dos integraciones y uno tiene que salir, por ejemplo, del sistema del Metro de Lima para tomar un corredor o ingresar al Metropolitano, pagando tarifas distintas.
Explicó que lo que fue clave en Bogotá fue la decisión política, la fortaleza de los equipos técnicos y el financiamiento.
“En Lima, en términos de planificación de desarrollo urbano, nosotros nos quedamos con un plan de los 90 que no fue actualizado. Entonces siempre hay desfases entre instituciones que no logran ponerse de acuerdo para definir prioridades y avanzar en una sola dirección”, mencionó.
Por otro lado, respecto a los problemas que podría presentar la infraestructura del nuevo tramo del Metropolitano, señaló que es importante que se corrijan y que se tome en consideración las necesidades del peatón.
“Si queremos que el transporte público vaya más rápido, es necesario delimitar esos espacios, que tengan vías exclusivas. No se pueden generar cruces peatonales en todas partes. Pero eso no quiere decir que se tiene que olvidar al peatón (…). Lo que hay que ver es caso por caso e integrar la necesidad de los peatones a la infraestructura peatonal”, manifestó.
Por otro lado, según cifras de la Municipalidad de Lima, el nuevo tramo del Metropolitano norte sumará 80 mil nuevos usuarios al sistema.
El especialista señaló que el incremento de usuarios tiene que ser tomado en cuenta, así como la dimensión de las estaciones, la frecuencia de los buses y el cambio de la demanda para que la capacidad de absorción de pasajeros en las estaciones de Lima Centro no se vea más afectada de lo que ya están en hora punta.