En su editorial Cecilia Valenzuela,  una periodista que  cautivo a muchos en aquellos tiempos,  por su belleza, su inteligencia y su acuciosidad por la investigación y talante democrático, devino en una periodista, adusta, de ceño fruncido,  poco tolerante, de posturas fanáticos, distante seguramente de muchos de sus amigos o compañeros de trabajo, de ruta,  nadie le puede negar el derecho de  mutar, de cambiar de pareceres,  su neo conservadurismo,  es respetable,  pero por el bien del país, le pedimos que  tome en cuenta al pie de la letra el mensaje de su editorial, que lo trascribimos a  continuación:

“El horizonte es ancho y ajeno. Sin embargo, la crisis de la industria periodística amenazada mundialmente por la “postverdad” o la distorsión deliberada de la verdad, que pone en riesgo la libertad, especialmente en el Perú de estos días, nos obliga a permanecer al pie del volcán luchando contra la polarización y las “narrativas alternativas”.
Pero el reto que asumimos hoy, no solo nos significa un compromiso con la libertad, los derechos ciudadanos y la democracia -valores liberales que todos y cada uno de los que formamos esta redacción compartimos-. También y, sobre todo, es una respuesta a los extremos de la política que en estos tiempos vocifera contra la prensa desde una entraña autoritaria e inescrupulosa, intentando arrebatarle al oficio del periodista, la dignidad y la vocación con la que cumple a diario su servicio a la sociedad.
Reforzados entonces en nuestras convicciones, la línea editorial de Perú21 seguirá defendiendo, en la mejor tradición del liberalismo, los derechos civiles contra el oscurantismo; la competencia, la economía de mercado y la empresa privada contra el mercantilismo, el populismo y el estatismo y; por supuesto, la democracia contra el autoritarismo venga del lado que venga.

El periodismo en el Perú, hace daño, está haciendo mucho daño, al convertir sus pantallas o sus páginas, en verdaderas máquinas desinformadoras, tergiversadoras, de los problemas, la poco tolerancia con los adversarios, la poca pluralidad  para hacerlos participar en los debates, que los que se dan , son en gran parte  de aspectos adjetivos, secundarios,  lamentablemente, carecemos de una prensa tradicional que ponga los problemas  centrales del país, como el eje del debate, de la vida política del país,  cuan  trascendente sería una prensa, que  convoque a los mejores exponentes de la cultura, la ciencia,  la política, para que compartan sus reflexiones, sus alternativas, para que la población se educa, se informe y el Perú, cuente con  alterativas a sus problemas.

Le deseamos sinceramente  mucha suerte, a Perú 21 que sea una ventana de pluralidad, de tolerancia, de apuesta como dice la directora de Perú 21, por la democracia,  por la unidad  de  los peruanos.