En el escenario más pesimista, este año recibiremos 2 millones de turistas. Y en el más optimista, 2.5 millones. Estamos a mitad de camino de los 4 millones que tuvimos antes de la pandemia. Pero vamos avanzando, por lo que debemos prepararnos para el desarrollo turístico que se nos viene, con el anuncio de viabilidad en el sistema de inversión pública del megaproyecto de construcción de teleféricos para Choquequirao.
Se trata del “Mejoramiento de los Servicios Turísticos Públicos del Parque Arqueológico Choquequirao”, una oferta cultural que empezamos en nuestra gestión en el Mincetur, que permitirá a nuestro país ampliar y diversificar su oferta turística, centrada ahora casi exclusivamente por Machu Picchu.
El circuito sur del Perú se verá potenciado y ampliado con la puesta en valor de Choquequirao al punto que este nuevo destino turístico generará su propia demanda, fortaleciendo los servicios locales en las regiones de Cusco y Apurímac.
En términos de estrategia de desarrollo, se busca consolidar un corredor turístico birregional mediante la construcción de teleféricos en Cusco y Apurímac. Estos accesos se complementarán con vías turísticas y caminos de herradura a fin de potenciar también el turismo de caminata y aventura, que tanto reclama el viajero internacional.
El 2019 visitaron Machu Picchu un millón y medio de turistas; es decir, aproximadamente cuatro mil por día. Se calcula que un turista extranjero gasta por día en el Perú US$ 100. Choquequirao atenderá en su quinto año de operación, aproximadamente, a un millón de visitantes por año, lo que significa que el Perú recibirá aproximadamente US$ 1,000 millones al año, por 10 días de permanencia.
Los 2,800 turistas que circularán al día por este corredor turístico generarán en el destino un gasto aproximado de US$ 280 mil por día, en toda la cadena de valor que la actividad turística desarrollará en las poblaciones de destino. Más trabajo, más desarrollo.
El circuito sur del Perú se verá potenciado y ampliado con la puesta en valor de Choquequirao al punto que este nuevo destino turístico generará su propia demanda, fortaleciendo los servicios locales en las regiones de Cusco y Apurímac.
Es decir, para las poblaciones de Cusco, como la provincia de La Convención y los distritos de Mollepata y Limatambo de la provincia de Anta; y los distritos de Kurahuasi, Huanipaca y Cachora en Apurímac, serán lugares de creación de planta turística: hoteles restaurantes, actividad agropecuaria para atender estos flujos de visitantes, entre otros.
En esa línea, un centro de convenciones internacional en Urubamba, como propusimos hace unos años, atraería al Perú los eventos de organismos internacionales que hoy no tienen donde realizar sus actividades por falta de servicios. Esta nueva inversión turística debiera tener un tratamiento tributario especial por veinte años, como ocurre en países que promueven la llegada de capitales.
Asimismo, los gobiernos locales y regionales deben priorizar los servicios públicos: agua, desagüe, electricidad, comunicaciones, transporte, a fin de que los pobladores locales puedan desarrollar sus emprendimientos comerciales, vinculados a la cadena de valor del turismo.