Considerada como la sede principal de la Iglesia Católica en el Perú y con una larga historia que se remonta al siglo XVI, este templo religioso es uno de uno de los lugares más emblemáticos de Lima. No importa tu credo o tu filosofía de vida, si te encuentras de visita por Lima, no dejes de conocer esta joya de la arquitectura virreinal, ubicada al frente de la Plaza Mayor.
La Catedral de Lima es considerada como la sede principal de la Iglesia Católica en el Perú. Crédito: Gihan Tubbeh / PromPerú.
Los inicios de la Catedral de Lima
Su historia se inicia en 1535, cuando el conquistador español Francisco Pizarro ordenó edificar un templo católico, el cual se inauguró en 1540, y que el sumo pontífice Paulo III convirtió, un año después, en catedral. Para su ubicación, Pizarro eligió el mismo lugar que ocupaba un centro de adoración indígena junto al palacio del príncipe Sinchi Puma, descendiente del Inca Sinchi Roca, gobernante del Cusco.
Fray Gerónimo de Loayza, primer arzobispo de Lima, mandó a construir un templo más grande cuya edificación culminó en 1551. Más adelante, hubo otros proyectos de diseño a cargo de los arquitectos españoles Francisco de Becerra y Juan Martínez de Arrona, completándose en 1649.
A raíz de los daños causados por los terremotos de 1687 y 1746, la Catedral sufrió una serie de modificaciones y reconstrucciones. De aquella época datan sus modernas torres de estilo neoclásico y su altar mayor. Posteriormente, tuvo otras restauraciones a fines del siglo XIX y luego del terremoto ocurrido en 1940.
A raíz de los daños causados por los terremotos de 1687 y 1746, la Catedral sufrió una serie de modificaciones y reconstrucciones.
Crédito: Gihan Tubbeh / PromPerú.
La Catedral desde el interior
Al recorrer la iglesia, observarás que está distribuida en tres naves y catorce capillas laterales. La nave central está conformada por una impresionante sillería coral con 53 imágenes de santos y santas talladas en madera.
Una impresionante sillería, trabajada por el arquitecto español Pedro de Noguera en el siglo XVII, rodea el altar mayor, en donde se encuentra el sagrario. El púlpito, de estilo neoclásico, está coronado por una imagen de San Juan Evangelista, y el crucifijo, situado al frente, por un Cordero pascual. Asimismo, en el crucero de la nave, se ubican 4 estatuas (2 a cada lado) de San Juan Evangelista, San Pedro, San Pablo y Santiago el Mayor.
Una de las capillas más visitadas es la que alberga el sepulcro de Francisco Pizarro, adornada con paneles de mosaicos venecianos. Se trata de una antigua cripta descubierta a principios del siglo XX cuando se realizaban trabajos de mantenimiento. En otra capilla se exhibe una vitrina con reliquias del sumo pontífice Juan Pablo II, que tuvo a lo largo de su papado un estrecho vínculo con el Perú.
Al recorrer la iglesia, observarás que está distribuida en tres naves y catorce capillas laterales. Crédito: PromPerú.
¿Cómo llegar?
Para visitar la Catedral, debes trasladarte hacia la Plaza Mayor de Lima. Lo puedes hacer a través de una ruta guiada organizada por alguna agencia turística o también por tu propia cuenta, utilizando el servicio de transporte público del Metropolitano que conecta varios distritos de la capital con el centro histórico o en taxi. La entrada es libre; sin embargo, si deseas visitar el museo de arte religioso, el precio es de 10 soles.