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Fiesta de las Cruces: en estas regiones se celebra con fervor y sincretismo cultural

Celebrada con tradiciones y costumbres rebosantes de fervor cristiano y sincretismo cultural andino-católico, la Fiesta de las Cruces o Cruz de Mayo se manifiesta cada 3 de mayo en varias provincias y regiones, siendo una de las más importantes celebraciones del calendario festivo regional peruano

Celebrada con tradiciones y costumbres rebosantes de fervor cristiano y sincretismo cultural andino-católico, la Fiesta de las Cruces o Cruz de Mayo se manifiesta cada 3 de mayo en varias provincias y regiones, siendo una de las más importantes celebraciones del calendario festivo regional peruano.

Esta festividad católica se remonta a los inicios de la evangelización con la conquista española y adquirió en las diversas regiones un sentido de identidad y protección, teniendo a la imagen de la cruz y del propio Jesús como símbolos máximos de la fe y la devoción de los pueblos hacia Dios y su hijo el redentor.
A continuación, conoce cómo se celebra la emblemática Fiesta de las Cruces en las diversas regiones del Perú:
La Festividad de la Santísima Cruz de Mayo, en la provincia de Huancané, constituye una celebración que ha mantenido su vigencia por el profundo y complejo significado de devoción religiosa a la imagen de la Cruz y al espacio con el que esta se relaciona, así como por ser emblema de su cosmovisión e identidad.

Esta celebración es resultado del sincretismo entre la religión católica y la cultura aimara. Coincide con el fin de la época de lluvias y la floración de los campos de cultivo, lo cual constituye un momento importante para las poblaciones que basan su economía y subsistencia en la agricultura.

Según la tradición oral, esta festividad se inició a partir del descubrimiento por parte de un campesino de Huancané, de lo que parecía ser una cruz enterrada, muy cerca de las faldas del cerro Poccopaca, lugar considerado sagrado por los habitantes desde épocas prehispánicas.

Al convocar a los vecinos, ellos confirmaron este hallazgo al que consideraron milagroso, por lo que procedieron a desenterrar la cruz y rendirle culto. Actualmente participan unas 20 cruces, las cuales son custodiadas por los llamados “alferados”, personas voluntarias encargadas de protegerlas, adornarlas con mantos y flores, encabezar las actividades de veneración y atender a los devotos
Esta festividad fue declarada como Patrimonio Cultural de la Nación, el 2 de setiembre de 2015, por el Ministerio de Cultura.
En la ciudad de Huaraz, la Fiesta de las Cruces coincide con la celebración del Señor de la Soledad, que cuenta con la participación de comparsas y pasacalles donde destacan danzas típicas de la región como Shacshas, Atahuallpas, Huanquillos y los Negritos de Cajacay, entre otras.

Por su parte, en el distrito de Piscobamba se celebra también la festividad del Cristo de la Cruz de Tsunta Hirka, en donde la jornada tiene como principal atracción la danza de los Negritos y un festival de platos típicos.
A su vez, en la provincia de Recuay se celebra la Cruz del Señor de Mayo; en Bolognesi coincide con la fiesta del Señor de Chaucayán; y en Corongo se rinde culto a la Cruz de Allaucán.
Esta prodigiosa región también celebra la festividad en honor de la Cruz, en especial en el distrito de Luricocha de la provincia de Huanta. En su fecha central, el 2 de mayo, destaca la participación de los “Chunchos”, personajes que representan a los pobladores de la selva ayacuchana que danzan y entonan música con sus típicas antaras, característicos instrumentos de viento de origen ancestral.

Antes de iniciar la misa en el día central, se presentan las cruces más emblemáticas como la de Huatuscalla, patrón de las capillas; y la de Puchapunya, patrón de los calvarios. Estas ingresan al templo decoradas con elegantes vestimentas, casullas, paños bordados, hierbas y chalinas.
El homenaje a la “Cruz Velacuy” o “Velación de la cruz” es una tradición cusqueña que se inicia el 2 de mayo como serenata a la Fiesta de las Cruces. Allí se realiza el denominado ”amarre’, que consiste en atar flores en las cruces y adornar los altares con figuras de papel y velas de colores.
La población celebra hasta el día siguiente y algunas cruces que se celebran son la Cruz del Peñón del Ángel, la Cruz de Picchu, la Cruz Titicaca y la Cruz de la Fortaleza.

La celebración de la cruz normalmente tiene un mayordomo o “carguyoq”, voluntario que organiza y financia la mayor parte de los gastos, y en cuya vivienda se levantara un altar para la cruz.
En la provincia de Paruro esta festividad adquiere un singular significado porque coincide con la cosecha o “calcheo” en la que se recogen los cultivos, principalmente maíz, que sirven para preparar diversos platos típicos y la “chicha” o bebida considerada sagrada por los incas y las culturas prehispánicas.
Por su parte, en la provincia cusqueña de Urubamba se celebra la Festividad de las Cruces de Pentecostés de Yucay, declarada Patrimonio Cultural de la Nación el 13 de octubre de 2009.
Este reconocimiento del Ministerio de Cultura responde a que se trata de una manifestación cultural que representa el sincretismo cultural y religioso que se produjo en el Perú luego de la llegada de los españoles y que mantiene plena vigencia contribuyendo significativamente a la afirmación de la identidad regional y nacional.

Según el documento que sustenta este reconocimiento, esta celebración tiene dos rasgos que la diferencian de otras celebraciones similares andinas. En primer lugar, su creación se atribuye a Sayri Túpac, el último descendiente del inca Huayna Cápac reconocido con esa distinción. En segundo lugar, se trata de una festividad en torno al símbolo cristiano de la cruz y a la fiesta de Pentecostés, mientras que la mayoría de festividades de la religiosidad popular andina giran en torno a algún santo o santa del catolicismo. Con el paso del tiempo fueron añadiéndose más cruces a la festividad, de modo que en la actualidad se celebran siete cruces, cada una de las cuales representa a una localidad de Yucay.
El distrito de Acobamba de la provincia de Tarma, en la región Junín, celebra en mayo una de sus festividades más emblemáticas en honor al Señor de Muruhuay, declarada Patrimonio Cultural de la Nación en 2017.

Esta celebración, cuya fecha central es el 3 de mayo, constituye una de las festividades religiosas de mayor importancia y duración en la sierra central del Perú, al conjugar variedad de elementos tales como las alfombras de flores, las cúpulas y un muestrario representativo de las danzas más importantes de la región Junín, como la Tunantada, la Chonguinada, el Huaylarsh, los Shapis, la Morenada, los Negritos, los Chunchos, entre otras.

Los bailes se presentan primero en la explanada del templo para recibir a los fieles a la salida de las celebraciones litúrgicas, y luego en formación de pasacalle como parte de las procesiones. Dado el número de integrantes de las comparsas y el hecho de que suelen ir acompañadas por conjuntos musicales, las delegaciones son mantenidas y preparadas por un mayordomo.
En esta provincia de la región Junín también se celebra la festividad en honor a la Cruz de Cristo y se caracteriza por la salida de la cruz festejada con una danza tradicional llamada Chonguinada, baile declarado Patrimonio Cultural de la Nación.

En el distrito de Chilca, epicentro de la celebración, la fiesta en honor a la cruz se celebra en varios lugares y tiene como finalidad la veneración por parte de sus devotos, relacionando su fe hacia las buenas cosechas y la fertilidad de sus tierras.

La fiesta es previamente acompañada en algunos casos con el baile de la jija, ejecutado previo al inicio de la fiesta y que reúne instrumentos como el clarinete, el violín, el arpa y la tynda.
En Huánuco se rinde culto a la cruz del Señor de Chacos, patrón del pueblo de San Rafael. Allí se realiza el “Pachachi”, que es la bienvenida y alojamiento a los visitantes y peregrinos, actividad que es acompañada con el acondicionamiento de los llamados ”palos mayores” en las capillas.

La festividad en honor al Señor del Espíritu Santo o Fiesta de las Cruces se celebra en mayo y consiste en la bajada de las cruces desde las alturas de los cerros, a las que llegan multitudes de peregrinos procedentes de diversos barrios que entonan bellos cánticos en castellano y quechua acompañados por músicos tradicionales conocidos como “Pituteros”.

Diferentes cruces son descendidas desde la cima de los cerros, destacando la “Cruz Pata”, el “Señor de Potocci”, la “Cruz Soltera” y la “Cruz de Oropesa”. En estas celebraciones cada barrio tiene su propio grupo musical e interpretan sus cánticos representativos.
Las bandas de músicos son recibidas por los feligreses en la estación del ferrocarril de Huancavelica, luego de lo cual recorren las calles de la ciudad hasta el encuentro de las diferentes cruces que ya han sido bajadas desde sus moradas en las alturas.
Desde el 1 al 30 de mayo, cada una de las capillas de todos los distritos lucen adornadas con cruces de diferentes tamaños, con ofrendas, velas e inciensos, colocadas en sus altares.
Asimismo, se realizan ferias gastronómicas y artesanales, así como concursos de danzas en todos los distritos pasqueños, especialmente en Yanacancha, Vicco, Huayllay, Huariaca, Pallanchacra y Paucartambo.

Entre las danzas que se exhiben en estas fechas figuran la chonguinada, la negrería, el auquish y el huaylarsh.
En esta festividad destaca la tradicional entrega del “trucay” con panes grandes y frutas adornadas con la Bandera de Perú a los asistentes.

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