Miles de fieles de la Nación Paucartambo acudieron en peregrinación a la sagrada imagen

La fe, devoción y co­lor volvió al paraje del Sinakara, parte baja del nevado Colque Punku, con el retorno de la Na­ción Paucartambo a la sa­grada Imagen del Señor de Qoyllur Riti, ubicado a cuatro horas en auto y siete horas a pie, desde la comunidad de Mahuayani Ocongate Quispicanchi.

Tal como lo estableció el Consejo de Naciones Pe­regrinas del Señor de Qo­yllur Riti, Paucartambo, la primera Nación, ascendió con sus fieles, danzari­nes de las cuadrillas Pu­capakuri Wayrichuncho, Qhapaq Qolla, Qhapaq Chuncho y Ukumaris o pablitos.

Bajo un sol radiante y un intenso frío los ciuda­danos provenientes de distritos y la capital de provincia ascendieron a ritmo de chakiris o brin­cos, para participar de dos misas la primera por la llegada y la segunda de despido, en la que inte­grantes de Qhapaq Qolla deleitaron con su canto melancólico.

José Luis Mamani León, caporal de la Nación Pau­cartambo, informó que este retorno se dio al 50 % y que cada nación pe­regrina lo hará cada se­mana, aunque del 11 al 14 de junio, día central de la imagen, la feligresía podrá retornar al 100 %.

El umalleq, o aquel que dirige a esta gran masa de fieles, afirmó que no as­cendieron al nevado como medida de protección que lo hace desde hace más de una década debido al calentamiento global y la reducción de hielo en este Apu Sagrado.

“Es una tristeza de ver que ya no hay la nie­ve sagrada en el Kolque Punku”, lamentó Mamani león en referencia al ne­vado a la que se ascendía para estar junto con el Apu, deidad andina pre inca que se sincretizó con la católica tras la colonia.

Paucartambo, conside­rada la más antigua y pri­mera nación en llegar a la roca sagrada donde yace Nuestro Señor, volvió a su natal provincia y sólo re­tornarán 100 ukumaris y delegaciones de danzantes para su día central, en la que también habrá solo delegaciones de las otras siete naciones (Quispican­chi, Anta, Canchis, Uru­bamba, Acomayo, Paruro y Tahuantinsuyo).

El Padre Hernán Sonc­co, tras las misas evoca­das desde el santuario, agradeció a Dios por la vuelta al peregrinaje, no sin antes recomendar a estar protegidos ante este virus, que lamenta­blemente se llevó a mu­chos peregrinos.